sábado, 4 de mayo de 2013

Ian Cooper James Morrison Hot Jazz Violin Fiddle

El decrecimiento: de la utopía a la necesidad


La Marea


El crecimiento no es la solución, es el problema. En tiempos de recesión, la sociedad del crecimiento nos conduce al colapso económico y, en tiempos de bonanza, nos lleva directamente al colapso ecológico. Este “dilema del crecimiento” se traduce, o bien en tasas de paro y de pobreza socialmente inasumibles cuando la economía se hunde, o bien en la dilapidación acelerada de los combustibles fósiles, mayor cambio climático, crisis alimentaria y pérdida de biodiversidad cuando la economía rebrota. Para salir de esta “encrucijada del siglo XXI”, no nos valen ni el austericidio que se aplica en la actualidad ni un nuevo “pacto de crecimiento” (incluso pintado de color verde), por cierto, ambos impuestos desde arriba.De todas maneras, ya no se trata únicamente de una cuestión ideológica. Guste o no, y por mucho que continúe habiendo grandes avances en tecnología, la era del crecimiento ha terminado. La decadencia estructural del crecimiento del Producto Interior Bruto —desde los niveles altos de los años 70 (¡tasas de hasta un 8% anuales en España!) a niveles bajos o negativos en estos momentos— indica que los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), incluido el nuestro, van a salir del breve periodo de su historia en que su modelo económico, la paz social y el progreso se basaban en un aumento continuo e insostenible de las cantidades producidas y consumidas.
Ante esta realidad, es hora de poner en marcha una “prosperidad sin crecimiento”, entendida como nuestra capacidad de vivir bien y felices dentro de los límites ecológicos de la naturaleza. Esta tercera vía se basa en las siguientes premisas mínimas: redefinir de forma colectiva lo que llamamos riqueza y necesidades; reducir nuestra huella ecológica hasta que sea compatible con la capacidad del planeta; redistribuir el trabajo, las riquezas económicas, los cuidados, la tierra y los recursos naturales en base a la justicia social y ambiental; relocalizar la economía en circuitos cortos de consumo y producción; y desmercantilizar gran parte de nuestras actividades.
Para alcanzar estos objetivos, tenemos que ejercer el poder que está en nuestras manos. Desde abajo y de forma cooperativa, existen numerosas iniciativas de soberanía alimentaria y agroecología, autosuficiencia energética, banca ética, monedas locales, ciudades en transición, etc, que desafían diariamente al coloso liberal-productivista con pies de barro y construyen ya la transición social, ecológica y ética de la sociedad. Este profundo cambio requiere además tejer redes entre todas estas “islas alternativas” para que se vayan conformando en archipiélagos, continente y, ojalá un día, en sistema-mundo.
Sólo tenemos un planeta pero para muchas generaciones, presentes y futuras, esta gran transformación no es una utopía, es una necesidad.
Fuente: http://www.lamarea.com/2013/05/03/el-decrecimiento-de-la-utopia-a-la-necesidad/

El mundo en 2030

Le Monde Diplomatique


Cada cuatro años, con el inicio del nuevo mandato presidencial en Estados Unidos, el National Intelligence Council (NIC), la oficina de análisis y de anticipación geopolítica y económica de la Central Intelligence Agency (CIA), publica un informe que se convierte automáticamente en una referencia para todas las cancillerías del mundo. Aunque obviamente se trata de una visión muy parcial (la de Washington), elaborada por una agencia, la CIA, cuya principal misión es defender los intereses de Estados Unidos, el informe estratégico del NIC presenta una indiscutible utilidad porque resulta de una puesta en común –revisada por todas las agencias de inteligencia de EE.UU.– de estudios elaborados por expertos independientes de varias universidades y de muchos otros países (Europa, China, la India, África, América Latina, mundo árabe-musulmán, etc.).

El documento confidencial que el presidente Barack Obama encontró sobre la mesa de su despacho en la Casa Blanca el pasado 21 de enero al tomar posesión de su segundo mandato, se acaba de publicar con el título: Global Trends 2030. Alternative Worlds (Tendencias mundiales 2030: nuevos mundos posibles) (1). ¿Qué nos dice?

La principal constatación es: el declive de Occidente. Por vez primera desde el siglo XV, los países occidentales están perdiendo poderío frente a la subida de las nuevas potencias emergentes (2). Empieza la fase final de un ciclo de cinco siglos de dominación occidental del mundo. Aunque Estados Unidos seguirá siendo una de las principales potencias planetarias, perderá su hegemonía económica en favor de China. Y ya no ejercerá su “hegemonía militar solitaria” como lo hizo desde el fin de la Guerra Fría (1989). Vamos hacia un mundo multipolar en el que nuevos actores (China, la India, Brasil, Rusia, Sudáfrica) tienen vocación de constituir sólidos polos continentales y de disputarle la supremacía internacional a Washington y a sus aliados históricos (Japón, Alemania, Reino Unido, Francia).

Para tener una idea de la importancia y de la rapidez del desclasamiento occidental que se avecina, baste con señalar estas cifras: la parte de los países occidentales en la economía mundial va a pasar del 56% hoy, a un 25% en 2030... O sea que, en menos de veinte años, Occidente perderá más de la mitad de su preponderancia económica... Una de las principales consecuencias de esto es que EE.UU. y sus aliados ya no tendrán probablemente los medios financieros para asumir el rol de gendarmes del mundo... De tal modo que este cambio estructural (añadido a la profunda crisis económico-financiera actual) podría lograr lo que ni la Unión Soviética ni Al Qaeda consiguieron: debilitar durante mucho tiempo a Occidente.

Según este informe, en Europa la crisis durará al menos un decenio, es decir hasta 2023... Y, siempre según este documento de la CIA, no es seguro que la Unión Europea logre mantener su cohesión. Entretanto, se confirma la emergencia de China como segunda economía mundial y con vocación de convertirse en la primera. Al mismo tiempo, los demás países del grupo llamado BRICS (Brasil, Rusia, la India y Sudáfrica) se instalan en segunda línea compitiendo directamente con los antiguos imperios dominantes del grupo JAFRU (Japón, Alemania, Francia, Reino Unido).

En tercera línea aparecen ahora una serie de potencias intermediarias, con demografías en alza y fuertes tasas de crecimiento económico, llamadas a convertirse también en polos hegemónicos regionales y con tendencia a transformarse en grupo de influencia mundial, el CINETV (Colombia, Indonesia, Nigeria, Etiopía, Turquía, Vietnam).

Pero de aquí a 2030, en el Nuevo Sistema Internacional, algunas de las mayores colectividades del mundo ya no serán países sino comunidades congregadas y vinculadas entre sí por Internet y las redes sociales. Por ejemplo, ‘Facebooklandia’: más de mil millones de usuarios... O ‘Twitterlandia’, más de 800 millones... Cuya influencia, en el “juego de tronos” de la geopolítica mundial, podrá revelarse decisivo. Las estructuras de poder se difuminarán gracias al acceso universal a la Red y el uso de nuevas herramientas digitales.

A este respecto, el informe de la CIA anuncia la aparición de tensiones entre los ciudadanos y algunos gobiernos en unas dinámicas que varios sociólogos califican de ‘post-políticas’ o ‘post-democráticas’... Por un lado, la generalización del acceso a la Red y la universalización del uso de las nuevas tecnologías permitirán a la ciudadanía alcanzar altas cuotas de libertad y desafiar a sus representantes políticos (como durante las primaveras árabes o la crisis de los “indignados”). Pero, a la vez, según los autores del informe, estas mismas herramientas electrónicas proporcionarán a los gobiernos “una capacidad sin precedentes para vigilar a sus ciudadanos” (3).

“La tecnología –añaden los analistas de Global Trends 2030– continuará siendo el gran nivelador, y los futuros magnates de Internet, como podría ser el caso de los de Google y Facebook, poseen montañas enteras de bases de datos, y manejan en tiempo real mucha más información que cualquier Gobierno”. Por eso, la CIA recomienda a la Administración de EE.UU. que haga frente a esa amenaza eventual de las grandes corporaciones de Internet activando el Special Collection Service (4), un servicio de inteligencia ultrasecreto –administrado conjuntamente por la NSA (National Security Service) y el SCE (Service Cryptologic Elements) de las Fuerzas Armadas– especializado en la captación clandestina de informaciones de origen electromagnético. El peligro de que un grupo de empresas privadas controle toda esa masa de datos reside, principalmente, en que podría condicionar el comportamiento a gran escala de la población mundial e incluso de las entidades gubernamentales. También se teme que el terrorismo yihadista sea reemplazado por un ciberterrorismo aún más sobrecogedor.

La CIA toma tan en serio este nuevo tipo de amenazas que, finalmente, el declive de Estados Unidos no habrá sido provocado por una causa exterior sino por una crisis interior: la quiebra económica acaecida a partir de 2008. El informe insiste en que la geopolítica de hoy debe interesarse por nuevos fenómenos que no poseen forzosamente un carácter militar. Pues, aunque las amenazas militares no han desaparecido (véase les intimidaciones armadas contra Siria o la reciente actitud de Corea del Norte y su anuncio de un uso posible del arma nuclear), los peligros principales que corren hoy nuestras sociedades son de orden no-militar: cambio climático, conflictos económicos, crimen organizado, guerras electrónicas, agotamiento de los recursos naturales...

Sobre este último aspecto, el informe indica que uno de los recursos que más aceleradamente se está agotando es el agua dulce. En 2030, el 60% de la población mundial tendrá problemas de abastecimiento de agua, dando lugar a la aparición de “conflictos hídricos”... En cuanto al fin de los hidrocarburos en cambio, la CIA se muestra mucho más optimista que los ecologistas. Gracias a las nuevas técnicas de fracturación hidráulica, la explotación del petróleo y del gas de esquisto está alcanzando niveles excepcionales. Ya Estados Unidos es autosuficiente en gas, y en 2030 lo será en petróleo, lo cual abarata sus costos de producción manufacturera y exhorta a la relocalización de sus industrias. Pero si EE.UU. –principal importador actual de hidrocarburos– deja de importar petróleo, es de prever que los precios se derrumbarán. ¿Cuáles serán entonces las consecuencias para los actuales países exportadores?

En el mundo hacia el que vamos, el 60% de las personas vivirá, por primera vez en la historia de la humanidad, en las ciudades. Y, como consecuencia de la reducción acelerada de la pobreza, las clases medias serán dominantes y se triplicarán, pasando de los 1.000 a los 3.000 millones de personas. Esto, que en sí es una revolución colosal, acarreará como secuela, entre otros efectos, un cambio general en los hábitos culinarios y, en particular, un aumento del consumo de carne a escala planetaria. Lo cual agravará la crisis medioambiental. Porque se multiplicará la cría de ganado, de cerdos y de aves ; y eso supone un derroche de agua (para producir piensos), de pastos, de fertilizantes y de energía. Con derivaciones negativas en términos de efectos invernadero y calentamento global...

El informe de la CIA anuncia también que, en 2030, los habitantes del planeta seremos 8.400 millones pero el aumento demográfico cesará en todos los continentes menos en África, con el consiguiente envejecimiento general de la población mundial. En cambio, el vínculo entre el ser humano y las tecnologías protésicas acelerará la puesta a punto de nuevas generaciones de robots y la aparición de “superhombres” capaces de proezas físicas e intelectuales inéditas.
El futuro es pocas veces predecible. No por ello hay que dejar de imaginarlo en términos de prospectiva. Preparándonos para actuar ante diversas circunstancias posibles, de las cuales una sola se producirá. Aunque ya advertimos que la CIA tiene su propio punto de vista subjetivo sobre la marcha del mundo, condicionado por el prisma de la defensa de los intereses estadounidenses, su informe tetranual no deja de constituir una herramienta extremadamente útil. Su lectura nos ayuda a tomar conciencia de las rápidas evoluciones en curso y a reflexionar sobre la posibilidad de cada uno de nosotros a intervenir y a fijar el rumbo. Para construir un futuro más justo.
Notas:
(1) http://www.dni.gov/index.php/about/organization/national-intelligence-council-global-trends. Existe edición en francés: Le Monde en 2030 vu par la CIA, Editions des Equateurs, Paris, 2013.
(2) Léase el Atlas, Nuevas potencias emergentes, editado por Le Monde diplomatique en español, Valencia, 2012.
(3) En esa misma línea de alerta, léase Julian Assange (con Jacob Appelbaum, Aandy Mûller-Maghun y Jérémie Zimmermann), Cypherpunks. La libertad y el futuro de internet, Deusto, Bilbao, 2013.
(4) http://en.wikipedia.org/wiki/Central_Security_Service; consúltese también: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2012/04/19/el-f6-el-servicio-de-espionaje-supersecreto-a-escala-mundial-96404/
Fuente: http://www.monde-diplomatique.es/?url=editorial/0000856412872168186811102294251000/editorial/?articulo=e8187d95-88cd-46a5-a22e-d69e48ef3c63

viernes, 3 de mayo de 2013

El Sistema, el Capitalismo, el Imperio, el Estado: ¿cómo funciona y nos explota y destruye?

La filosofía panteísta de Benito Espinoza

Libro: FILOSOFIA Y METODOLOGIA DE LA CIENCIAS SOCIALES

2.1. La substancia
Las influencias más marcadas en este filósofo, son la tradición judía y árabe, la filosofía cartesiana y el estoicismo antiguo; más en segundo plano, aunque asimilados, aparecen Platón y Aristóteles.
Espinoza aplica con toda coherencia el concepto cartesiano de substancia. <<Por substancia entiendo>> dice en la Ética, aquello que es en sí y por sí se concibe, esto es, aquello cuyo concepto, para formarse, no requiere el concepto de otra cosa>>. Al igual que Descartes, considera que sólo puede haber una substancia, si bien añade a esto que es algo de lo cual nada puede negarse. Ninguna cosa determinada agota la substancia, pero nada llega a ser sin ella que, constituye lo ubicuo, eterno y continuo. La substancia no es <<infinita en su género>> (con la infinitud <<finita>> de lo interminable, como la serie de los números naturales, o las divisiones del espacio y el tiempo), sino <<absolutamente infinita>>. Por lo mismo, no puede ser sólo espiritual o sólo material, y <<a su esencia pertenece todo lo que expresa una esencia>>.
Esencia significa para Espinoza afirmación de existencia, perseveración de algo en un ser propio a la que llamará <<esfuerzo>> (conatus). Lo fundamental en el concepto de substancia es ser causa de sí, en lo cual se indica dos aspectos. Primero, la substancia no <<es>> simplemente, sino que es un hacer, una actividad que no permanece sencillamente en sí (como el Dios trascendental) y da paso a su otro, el efecto. Pero, en segundo lugar, al producir el efecto -las indefinidas esencias que se esfuerzan por perseverar en su realidad- lo que hace es producirse a sí propia. De este modo, pone la separación como unidad de sí consigo misma, produciendo en lo determinado una <<negación de la negación>> (Hegel).
Con la idea espinozista de substancia se consolida, el más perfecto panteísmo (Dios es consubstancial al mundo) que conocemos, y de ahí el famoso comentario de que quien no sea espinozista no tiene filosofía alguna. También Aristóteles pudo haber dicho Dios es naturaleza, como nuestro filósofo, pero la diferencia entre uno y otro está en que para Espinoza la physis es infinita, mientras Aristóteles permanece en un cosmos finito, vuelto sobre sí como límite. Para Aristóteles toda determinación es perfección, mientras en Espinoza toda determinación es negación.
Pero tampoco se trata en la Ética de una unidad abstracta y vacia, que simplemente lo engloba todo como un cajón de sastre, sino de una tensión causal interna que se desdobla en Natura naturans y Natura naturata, energía formadora y material formado. En ese desdoblamiento no se pierde la fluidez de lo mismo en lo mismo, aunque aparece el proceso de lo particular y lo individual determinado, que constituye el pormenor de lo infinito.
2.2.Atributo y modos.
Lo que en Descartes eran la substancia extensa y la pensante (que no eran en sentido propio <<substancias>> sino res, <<cosas>>, por corresponder lo substancial sólo a Dios) no aparece en Espinoza como algo escindido e independiente. El pensamiento y la extensión son atributos de la substancia infinita. La definición de la Ética dice:
<<Por atributo entiendo aquello que el entendimiento percibe como constituyendo la esencia de la substancia>>.
No se trata de que haya sólo estos dos atributos, sino de que nuestros entendimiento sólo ha llegado a percibir esos dos. Los atributos son infinitos, como corresponde a aquellos que determinan, pero sólo infinitos, en su género. El concepto de atributo guarda cierta relación con el aristotélico de categoría, pero con la diferencia fundamental de que en Espinoza el hecho de expresar la esencia divina (en Aristóteles <<lo que es>>) únicamente acontece de modo cabal con el pensamiento y la extensión, mientras el lugar, el tiempo, la cualidad, la cantidad, etc. son especificaciones que se producen dentro de uno de los atributos, o de ambos.
El tercer elemento de la substancia es lo que Espinoza llama los modos, que define como:
<<aquello que es en otra cosa, por medio de la cual es también concebido>>.
Los modos son los accidentes, a los que Espinoza llama <<afecciones>> de la substancia. Fuera de lo absolutamente infinito, y de las expresiones puras de esa infinitud en el entendimiento que son los atributos, todo lo demás del universo son modos, cosas que llegan a ser en cuanto participan de la substancia o descansan sobre ella. Ser en otro significa así ser en Dios, y estos seres sólo se distinguen de Dios mismo en el hecho de construir -además- algo determinado y por tanto finito. Dentro de los modos aparecen nuevos modos, y otro dentro de éstos, porque el concepto de la substancia como actividad es que de ella fluyan <<indefinidas cosas, en indefinidos modos>>.
2.2.1. Lo afirmativo de la esencia
Aquello que el modo tiene de finito o definido es lo que una cosa tiene de propio y excluyente, como ser gusano, trapecio, globo, árbol, etc. Al conseguir esta definición que la hace ser sólo ellas, distintas de todo lo demás ponen el principio de su perfección (su <<sí mismo>>) no menos que el de su acabamiento,
Fijémonos en que esta dialéctica de indefinido-definido fue objeto del primer texto de la historia de la filosofía, el fragmento donde Anaximandro habla de que las cosas <<se pagan unas a otras su injusticia de acuerdo con el orden del tiempo>>. Al llegar a la filosofía de Espinoza el asunto se replantea bajo una nueva luz. Sigue siendo claro que diferenciarse significa penetrar en el límite, y penetrar en el límite significa ingresar en la finitud (temporal, espacial), pero el sentido de que esto suceda así ya no es la <<injusticia>> de cada individuo con respecto a lo general indeterminado -aquello que en el Antiguo Testamento constituye <<La ira de Dios>>- sino algo relacionado exclusivamente con los otros individuos.
La definición de una cosa expresa su esencia, dice Espinoza, <<y la esencia pone, no quita>>. Lo que pone -lo arbóreo del árbol, lo humano del hombre, lo esférico de la gota, etc.- se expresa como un esfuerzo por perseverar (conatus), y este perseverar <<no tiene ninguna duración limitada>>. Librados a sí mismos, el árbol, el hombre y la gota seguirían siendo siempre. Hay, pues, una energía eterna en cada individuo y en cada estado, una afirmación infinita, que es la presencia de la substancia en ellos. La muerte y la transformación de naturaleza acontecen tan sólo porque unos conatos se interponen en el camino de otros, y en su variada multitud se atropellan y excluyen entre sí; unas veces son vivientes que asimilan o parasitizan a otros, y otras se trata simplemente de que la existencia de cierta cosa resulta incompatible con la otra.
2.3. La eticidad
El concepto de la extensión y el pensamiento como atributos de una substancia inmanente destruye de raíz el dualismo cartesiano. El alma es la idea de un cuerpo, su unidad reconocida bajo el atributo del pensamiento. El cuerpo es esa misma unidad, reconocida bajo el atributo de la extensión. La excelencia del alma no puede ser otra cosa que la excelencia del cuerpo.
La meta del obrar ético es desde luego la felicidad, pero lo propio de esta felicidad en el caso del hombre es la libertad que proporciona el conocimiento de lo verdadero, que es un conocimiento de lo necesario. Cada cosa existente constituye el resultado de una infinita cadena de causas eficientes, y lo casual en el sentido estricto -lo <<contingente>>- sólo proviene de deficiencias en nuestro conocimiento, que ha omitido algún eslabón en la cadena genealógica del objeto en cuestión. Por su parte, el modo de alcanzar conocimiento verdadero es formarse ideas adecuadas del objeto, cosa que prácticamente significa no confundir allí lo substancial, lo predicativo y lo modal (que incluye modo o determinación).
2.3.1. Las virtudes y los vicios
<<La virtud ha de ser su propio premio>>, afirma la Ética en la más pura línea aristotélica. Cualquier otra recompensa degrada la conducta al autoengaño o la hipocresía. Como la eticidad ha de ser buscada por sí, no por lo que pueda sugerir a otro (y mucho menos a otros imaginarios solamente), es virtuosa la alegría. Espinoza define la alegría como aquello que aumenta al capacidad de obrar de un cuerpo. De la virtud de la alegría se derivan absolutamente todas las otras. A través de ella el esfuerzo por conservar la existencia adquiere un grado de libertad que se convierte en humanidad, firmeza, templanza y, finalmente, idea adecuada de lo que es, cuyo requisito está en superar lo naturalmente confuso de los efectos. A la inversa, el paradigma del vicio es la tristeza, que reduce la capacidad de obrar; de ella proviene el odio, la envidia, el miedo a la muerte y los demás efectos característicos de aquellos que Espinoza llama <<la servidumbre humana>>.
No podemos entrar en el detalle de la definiciones que la Ética ofrece de los distintos efectos y sus relaciones. Baste decir que, como en Sócrates, para defendernos de las pasiones el único camino es formar ideas adecuadas sobre ellas. <<Un efecto, afirma, deja de ser pasión cuando nos formamos de él una idea clara y nítida>> Nunca podremos alcanzar otra libertad que el conocimiento de lo necesario, pero en el caso de los ánimos la principal causa de padecimiento son los conceptos confusos que el hombre se forma sobre Dios, el mundo y su propio ser.
La filosofía de Leibnitz.
3.1. El concepto del individuo
Volviendo a Aristóteles, que inauguró las distinción entre ser por sí y ser por otro, Leibnitz se adhiere a una substancia que es lo contrario de algo único. La substancia son las substancias, una pluralidad ilimitada a la que -usando un término aristotélico también- llama mónadas a unos.
Nótese que <<ilimitado>> sólo se aplica al número de substancias, no -como sucedía en Espinoza- a su esencia; la determinación vuelve, pues, a pensarse positivamente. Como constituyente o elementos de todo lo real aparecen una especie de átomos cualitativos privados de extensión y materia, intemporales, que son las nómadas.
Cada mónada constituye lo que Leibnitz llama una forma substancial (término usado por el atomismo), entendiendo por ello algo <<sin ventanas>> que es en sí definición.
El interés filosófico de este concepto a primera vista extraño. está en que intenta pensar radicalmente la diferencia. Leibnitz no se conforma con la diferencia formal,, derivada de un contraste entre forma y magnitudes en las cosas del mundo es preciso que haya antes una distinción real o inmanente de sus elementos básicos, porque sólo esto permite comprender la individuación.
3.1.1. El principio de lo indiscernibles
Con la combinación típica en él de frivolidad y profundidad. Leibnitz nos dice: <<no hay dos individuos indiscernible (iguales)>>. Uno de mis amigos, gentil hombre de espíritu, con el conversaba en presencia de la Sra. Electora de Maguncia en el jardín de Herrenhausen, creyó que encontraría dos hojas completamente iguales. La Sra. Electora le desafió, y él corrió de aquí para allá buscándola en vano durante largo tiempo. Dos gotas de agua o de leche miradas al microscopio se revelaran discernible (distinguible). Es un argumento contra los átomos>>.
Conceptualmente formulado, esto significa: lo que no es diferente en sí no es diferente; la determinación no es algo derivado de nuestro comparar. Si tres o cuatro cosas se distinguen tan sólo por ser tres o cuatro, no son tres o cuatro sino una sola. He ahí un gran pensamiento. Con todo, si no se distinguen como formas ni como masas, sino como <<formas substanciales>>, Leibnitz postula que no puede relacionarse sino de manera extrínsica o, mejor aún que no puede relacionarse (por lo dicho de <<no tener ventanas>>).
A esta falta de relación la llama simplicidad, añadiendo con un matiz claramente especulativo que las mónadas no son meros unos sino <<una pluralidad que permanece encerrada en lo uno>>. Todo cuanto puede postularse como principio relacional de estos unos vueltos sobre sí mismo (cuya composición constituye todos los seres existentes) es, según Leibnitz <<una posibilidad: la armonía, la unidad que es en sí>>. Resulta difícil seguir a Leibnitz hasta semejante conclusión, que constituye la base de su famosa doctrina de la armonía preestablecida. Espinoza había dicho que el <<orden de las ideas es el mismo que el orden de las cosas>>, fundiendo de manera inmediata el ser y el pensamiento. Descarte, con su principio subjetivo, acababa postulando una comunicación milagrosa entre lo extenso y lo mental. Lo mismo disfrazado por el sofisma de presentar las atracciones como impulsos- aparece en Newton. Ahora lo que se propone es una separación absoluta pero originalmente coordinada, de tal manera que todas las cosas <<compuestas>> deben concebirse como una multitud de relojes aislados pero puestos a la misma hora, sincronizados desde el principio de los tiempos.
3.1.2. La percepción como interior
La infinitud del panteísmo espinozista era un levantamiento del límite en general. Leibnitz, por su parte, propone un infinito de infinitos (un verdadero continuo), siguiendo la línea inaugurada por Anaxágoras, que no cancela en realidad el límite: lo grande no tiene más parte que lo pequeño.
<<Cada parte de la materia puede concebirse como un jardín lleno de plantas, y como un estanque lleno de peces. Pero cada rama de la planta, cada gota de sus humores, es también un jardín tal y un tal estanque>>.
Por consiguiente, cada mónada o forma sustancial está encerrada sobre sí, pero dentro de esta unidad está todo absolutamente; dentro <<resuena>> un infinito de infinitos, una pluralidad propiamente inmersa. Esto -si volvemos un momento a nosotros mismos, en nuestra singularidad- guarda puntos de contacto con la experiencia inmediata, que puede concebirse como cadena de causas eficientes externas (de acuerdo con Espinoza) y también como la bóveda recluida de un destino propio, regido por la unidad <<en sí>> que es la armonía preestablecida.
Lo más notable quizá de toda la filosofía leibniziana deriva de que esta pluralidad inscrita en lo simple se concibe como percepción.
<<Una determinada y un cambio de este tipo, que permanecen y se desarrollan así en la esencia misma, no son otra cosa que una percepción>>.
Cada mónada, y cada individuo concreto como armonía de ellas, tienen por naturaleza el sentirse, el principio interno del ánimo. Allí reside la diferencia inmanente, que en vez de ser impuesta desde fuera brota de la peculiar pluralidad en lo simple representada por la percepción. La percepción no constituye en Leibnitz una presencia de lo otro, sino una unidad de la distinción infinita inscrita dentro.
De ahí que la apetencia no sea alguna idea acompañada de alguna causa externa, de acuerdo con el espinozismo, sino <<la actividad del principio interior por el cual se avanza de una percepción a otra>>. Esto es lo que para Leibnitz asegura la <<espontaneidad>> de la mónada.
3.1.3 Los cuerpos
Los cuerpos son conglomerado de mónadas.
(sust.unidad,adj.aislado,solitario)
Las percepciones de los conglomerados de mónadas no son necesariamente conscientes. Las mónadas que Leibnitz llama <<inorgánicas>> carecen de conciencia (aunque sean en sí percepción), y las orgánicas pueden permanecer en estado de <<oscuridad>> como en el sueño o el delirio febril. Un ejemplo de espontaneidad sin conciencia en mónadas inorgánicas es la aguja magnética, continuamente orientada hacia el Norte. Si la aguja fuese consciente, dice Leibnitz, no sólo habría en ella una acción inmanente sino una libertad. Al igual que en Espinoza, la libertad no es cosa distinta de la necesidad, sino algo como lo espontáneo reflejado sobre sí, el hacer asumido.
Son inorgánico aquellos cuerpos compuestos de modo externo, por agregación de elementos. Falta allí una <<perfección>> o mónada que sea principio y rija para todo. Son orgánico o vivos, animados, los cuerpos en los que una mónada predomina sobre las demás. Como unos y otros son percepción (<<pluralidad en lo uno>>), lo que tienen de materia es la oscuridad del sentir, un aturdimiento ante la infinitud como el del oído que no escucha el caer de una gota aislada sino el rugido de la ola.
En cierto cuerpos orgánicos acontece la conciencia, que significa una claridad en la percepción y delata el gobierno de una nueva mónada <<aperceptiva>>. Con un término que Kant consagrará, Leibnitz llama apercepción a cualquier percepción consciente (de sí). Decantada de toda otra cosa, la apercepción conoce dos verdades intemporales.
Una es el principio de contradicción según aparece en Aristóteles, como posición de lo opuesto. Otra es la ley de <<parsimonia (moderación)>> -también aristotélica- en cuya virtud, la naturaleza no hace nada en vano y se complace siempre en la economía.
A esta tendencia, vista en la génesis de las cosas, la llama Leibnitz principio de <<razón suficiente>>. Ser, existir, significar tener alguna razón de ser o existir. <<El principio de razón consiste, dice en que todo tiene su fundamento>>. Pero la razón no es otra cosa que Dios, y allí donde rige el principio de razón rige lo divino, <<mónada de las mónadas>>. En esa mónada la oscuridad del sentir, el aturdimiento, se ha reducido a nada.
3.2. Lo analítico y lo sintético
La principal deuda del kantismo para con Leibnitz se vincula a la doctrina que éste mantenía acerca de la verdad.
Las <<verdades de razón>> constituyen juicios donde los predicados son inherentes a los sujetos, como cuando comprobamos que el todo tiene una extensión superior a la parte o que no hay color sin extensión. Cuando la conexión entre términos no incluye nada nuevo, ninguna composición de elementos en principios diversos, Leibnitz dice que se trata de proposiciones analíticas.
Las <<verdades de hecho>>, en cambio, conectan determinaciones que son en principio inherentes y podrían hallarse desvinculadas. Que el apogeo del pensamiento presocrático (Heráclito, Parménides) acontece cuando Atenas está adoptando la constitución democrática de Clístenes, por ejemplo, es un juicio verdadero pero no <<analítico>>. Aunque Leibnitz lo llama <<fáctico>> (y no sintético), lo que le distingue es componer (<<sintetizar>>) una unidad o una diferencia no dada a priori en los términos.
Las verdades de razón, añade Leibnitz, tienen por base el principio de contradicción. Las de hecho se basan, además en el de razón suficiente. Que Heráclito y Parménides sean coetáneo de Clístenes es pues un hecho, aunque si ha llegado a suceder es también porque no constituye una completa arbitrariedad y tiene su fundamento o razón en el detalle mismo de lo acontecido.
Observemos, con todo, que el tener todo hecho una razón, el hecho se convierte en una razón, deducible a priori (o <<analítica>>) disponiendo de los necesarios elementos de juicio, lo cual tiende a borrar la fina diferencia recién trazada entre verdades de hecho y verdades de razón. Consciente de ello, Leibnitz intentó conservar la distinción a pesar de todo, afirmando que unas verdades se refieren a las esencias -esto es, a las ideas, al reino ideal- y otras a las existencias. Así, que una parte de la manzana sea menor que toda las manzanas es independiente de que haya manzanas; que las manzanas resulten ser dulces, por el contrario, no es independiente de que existen manzanas. El asunto dista de estar claro, pero convendrá aplazarlo hasta Kant, que elaborará ampliamente.
La filosofía de Kant
Los primeros escritos de Kant son intento de combinar a Newton con Leibniz mediante un sistema de mónadas como centro de fuerza dentro de un espacio absoluto, esto es, una física especulativa donde tratan de complementarse lo empírico con la pura deducción.
La <<filosofía crítica>> intentará llevar una inversión del planteamiento tradicional en alguna medida comparable a la revolución copernicana; no será un saber del mundo físico -una ingenua adecuación del intelecto a la cosa_ sino clara y decididamente un saber del sujeto, no en tanto que yo empírico, psicológico, sino como sujeto trascendental.
<<Trascendental>> es un neologismo kantiano que significa prescindir del contenido concreto y atenerse exclusivamente a lo que hay en la experiencia de pura forma previa o independiente, a las <<condiciones de posibilidad>> de ella misma.
Para percibir un olor es preciso que algo despida algún aroma, pero antes aún es preciso que haya un olfato; se trata de investigar la forma de semejante facultad.
El <<Idealismo trascendental>> en Kant, es considerar los fenómenos como simples representaciones, no cosas en sí; tiempo y espacio son sólo formas sensibles de nuestra intuición, no condiciones de los objetos como cosa en sí.
1. La crítica de la razón pura. ¿Qué puedo saber?
Publicada cuando Kant tenía casi sesenta años, y revisada profundamente por el autor en su segunda edición, seis años más tarde, la primera Crítica es un tratado monumental que alterna la claridad y la oscuridad, el barbarismo terminológico y una refinada precisión. Con ella resurge el planteamiento genuinamente filosófico, que es la naturaleza del pensamiento y de lo real, así como la relación entre ambos. Describiendo el proceso que va desde la intuición sensible hasta las ideas absolutas de la razón, Kant llena de realidad y detalle el desnudo¡udo cogito cartesiano. No es que estoy cierto de existir por que pienso, sino -como dirá la Crítica- que <<el entendimiento bien podría ser el autor de aquella experiencia donde aparece sus objetos>>.
1.1. Los requisitos de cualquier ciencia posible
Kant parte de la distinción leibniziana entre verdades de hecho y verdades de razón. Llama a las primeras juicios sintéticos, entendiendo por tales aquellos donde el predicado no está contenido implícitamente en el sujeto (<<la tarde está fresca>>, <<mi vecino es gordo>>, <<en Chile hay censura de prensa>>) y, por lo mismo, se transmite una información que amplía el conocimiento. Los juicios analíticos (<<la nieve es blanca>>, <<A es igual a A>>); en cambio, permanecen en la tautología y no amplían el conocimiento.
Junto a esta distinción Kant enuncia otra, entre juicios a priori y juicios a posteriori. La verdad de los primeros no depende de la experiencia, siendo por ello universales y necesarios, y su prototipo son los juicios analíticos antes mencionados. Los juicios a posteriori depende de la experiencia y son contingente, como es contingente -aunque real- que la tarde esté fresca o que mi vecino sea gordo.
Parece, pues, que la segunda clasificación se limita a repetir la primera desde otro ángulo, pero Kant da un paso más y define el conocimiento científico en general como sistema de juicios sintéticos a priori, donde se cumple la exigencia de universidad y necesidad no menos que la de existir un contenido en información. Un juicio de esta índole, por ejemplo, es para Kant la definición euclidiana de línea recta (<<distancia más corta entre dos puntos>>) o el principio de que <<nada comienza sin causa>>.
No es en modo alguno evidente que estos dos ejemplos sean juicios sintéticos a priori -en el caso de la recta puede dudarse de que <<más corto>> sea algo distinto de <<más simple>>, e indirectamente de <<menos curva>>, y en el caso de la causalidad es discutible (recordemos Hume) que se trate de algo distinto de una <<creencia>>, pero Kant está convencido, como todo su tiempo, de que la matemática no es una disciplina analítica y de que la física matemática no es una disciplina meramente experimental.
La importancia del planteamiento es que de él se sigue preguntar si la metafísica puede formar juicios sintéticos a priori, y para responder a ello la Crítica de la razón pura tratará de hacer una descripción genética del proceso cognoscitivo humano.

1.4 El razonamiento y las ideas
La tercera parte de la Crítica (la <<dialéctica trascendental>>) pretende investigar la razón, que se define como <<facultad de juzgar mediadamente>>. El entendimiento entiende, mientras la razón concibe. La razón <<nunca mira directamente a la experiencia o a objeto alguno, sino al entendimiento, para impartir una unidad>>. Es por eso el origen de conceptos y principios que no ha tomado a préstamo ni de los sentidos ni del entendimiento. De acuerdo con Kant, la razón es pura <<espontaneidad>>, cuya operación consiste en producir ideas, siendo la idea <<un concepto formado por conceptos puros, que trasciende cualquier experiencia posible>>.
La razón persigue siempre lo incondicionado, lo no relativo, y esto hace que trate siempre de pasar desde condiciones particulares a otras más generales y desde ellas a algún término absoluto que sea una unidad infinita de las diferencias. Para Kant, se trata de <<una dialéctica natural e inevitable de la razón pura, inherente e inseparable de la inteligencia humana, que nunca dejará de fascinarla>>. Las leyes de esa dialéctica producen tres clase de razonamientos de acuerdo con las tres ideas <<trascendentales>>.
El primero parte de la conciencia de sí para llegar a la unidad absoluta del sujeto pensante (esto es, el alma o la libertad), y es lo Kant llama el <<paralogismo (razonamiento falso) trascendental>>. El segundo parte del conjunto del objeto fenoménico para llegar a la unidad absoluta de las series de condiciones (esto es, al universo como todo perfectamente cohesionado), y desemboca en lo que Kant llama <<antinomias (contradicción entre dos leyes o principios racionales) de la razón pura>>. El tercer razonamiento parte de la unidad de lo subjetivo y lo objetivo, de todas las cosas en general, para llegar a la unidad absoluta de todo lo pensable (esto es, a Dios), y constituye para Kant <<el ideal de la razón pura>>, no menos que la <<ilusión trascendental>>.
1.5 El <<canon>> de la razón pura
El alma -como elemento inmortal (espíritu) y como agente no inerte (libertad)- el universo y Dios son ideas que <<la razón produce por necesidad, en virtud de sus leyes originales>>. Sin embargo, no constituyen juicios sintéticos a priori ni, en consecuencia, razonamientos <<científicos>>. Al ser substancias puramente inteligibles violan la cesura entre fenómenos y cosas en sí sobre lo que se basa el idealismo trascendental; pretenden saltar sin el apoyo de la experiencia sobre lo existente.
En definitiva, transgreden el principio de la subjetividad radical del pensamiento. Desde luego, este idealismo ha puesto el pensamiento en todas partes -como <<condición general de posibilidad>> o condición trascendental- pero insiste en separar de ello el ser o la substancia física, presentándola como algo otro y dotado de una verdad inaccesible a la razón pura.
Es importante constatar hasta qué punto todo este análisis del conocimiento y sus límites está sobredeterminado por motivos teológicos-morales. Según Kant, o bien las ideas de la razón práctica pura pasan a ser patrimonio exclusivo de la razón práctica (como <<ideales>> sólo accesible a la voluntad), o bien cualquier manejo de las mismas caerá no sólo en <<quimeras>> sino en devastaciones>>. Una de las últimas frases del tratado nos habla de la <<filosofía crítica>> como un censor que mantiene el orden público>>, gracias al cual, <<la metafísica podrá seguir siendo el baluarte de la religión, pues la razón humana, dialéctica ya por naturaleza, no puede prescindir de una ciencia que le sirva de freno y evite las devastaciones que una razón especulativa liberada de ley no dejaría de producir en la moral y la religión>>.
Ya en el prefacio a la segunda edición del libro, Kant había dicho lo que completa estos pensamientos:
<<yo no puedo suponer para el necesario uso práctico de mi razón a Dios, la libertad y la inmortalidad sin negar al mismo tiempo las pretensiones de la razón especulativa, que transforma las instituciones trascendentales en objetos de experiencias, haciendo así imposible toda extensión práctica de la razón pura. Tuve, pues, que superar el saber para hacer sitio a la fe>>.
Junto a la monumental construcción especulativa surge, así el intento de poner a cubierto de toda especulación los contenidos últimos del pensamiento, confiándolo a la voluntad piadosa. Conceptos espléndidos como la distinción entre entendimiento y razón, o el de que la razón <<produce>> ideas, coexisten con un sistema de creencias que se resiste a dar el salto hacia un idealismo coherente con las demás premisas de la construcción.
1.6. Lo subjetivo y lo objetivo
Los herederos inmediatos de Kant (Fichte, Schelling y Hegel) no podrán conformarse con este <<canon>> de la razón pura. Al tomar posesión de su cátedra en Berlín, Hegel empezará diciendo:
<<Lo que en todo tiempo pasó por más ignominioso e indigno, la renuncia a conocer la verdad, llegó a ser en nuestros días el más sublime triunfo del espíritu. Este supuesto conocimiento ha usurpado incluso el nombre de filosofía>>.
La distinción tajante entre lo objetivo y lo subjetivo que representa el <<fenomenismo>> kantiano pasaba por alto dos aspectos nucleares. En primer lugar, un análisis riguroso de la impresión en la primera fase del conocimiento (<<estética trascendental>>); Kant adopta el criterio de Hume sobre la falta de nexo entre los datos sensibles, corrigiéndolo luego con la introducción de las formas puras de la intuición (espacio y tiempo), pero si la sensación es el momento <<pasivo>> del conocimiento ha de haber algo activo o impresionado que por ninguna parte aparece investigado y descrito.
En segundo lugar, la compartimentación propuesta de lo subjetivo y lo objetivo contradice la síntesis de ambos lados que la propia Crítica ha anunciado <<como unidad original de la apercepción>> en el yo pienso inherente a cualquier categoría y concepto; o bien esa unidad original sintetiza efectivamente el ser y el pensamiento -en cuyo caso sobra la cesura (corte) entre cosa en sí y fenómeno-, o bien se trata de una expresión artificiosa, donde <<yo>> y <<pensar>> constituyen aspectos de lo mismo y no hay verdadera síntesis.
Investigar las condiciones de posibilidad del conocimiento sin proponer algo conocido tiene ciertas semejanzas con la pretensión de aprender a nadar sin entrar en el agua, antes de ponerse a nadar. Y si hace unas páginas decíamos que el olfato tiene algo de previo al aroma, ahora cabe observar que eso sólo vale para el olfato en acto, oliendo, mientras con Kant se ofrece únicamente en potencia o como una <<facultad>> olfativa. Aceptando las premisas del fenomenismo, se diría que olemos lo hediondo pero no lo hediondo, como si pudiera darse una cosa sin la otra.
La Crítica de la razón pura desarrollará vigorosamente lo especulativo, aunque poniendo a la razón bajo una tutela del entendimiento. Sus ideas no son juicios sintéticos a priori, que sólo pueden provenir de una observación apoyada sobre procedimientos matemáticos. Kant considera quimérico todo cuanto brote de la razón teórica librada a sí misma, y quimeras son las ideas cuando aparecen bajo aspecto del saber objetivo. Al mismo tiempo, la <<idealidad>> lo atraviesa todo, determinando la perspectiva trascendental del discurso. Puesta al abrigo del puro saber, las ideas se confían al querer. El alma, el universo como totalidad y Dios no son cosas que no se conocen, sino cosas que se anhelan o buscan prácticamente.
2. LA FILOSOFIA DEL DERECHO DE HEGEL
Ultima de las obras publicadas por el propio Hegel, los Fundamentos de la Filosofía del derecho (1820) muestran hasta qué punto el <<idealismo>> de su pensamiento puede considerarse un realismo. <<La filosofía>>, dice el Prefacio, <<resume su tiempo en el pensamiento [...] y llega siempre demasiado tarde, cuando la realidad ha cumplido y terminado su proceso de formación. Sólo al comenzar el crepúsculo lo levanta el búho de Minerva>> (diosa romana).
El <<derecho en general>> constituye el espíritu objetivo, que se realiza en tres momentos fundamentales.
1º. El <<derecho abstracto>>, que concierne a los individuos, como meras personas. Puesto que la persona no es sino capacidad jurídica singular, la irrealidad o el vacio interior del individuo abstracto sólo se llena de un poder sobre cosas externas e inertes, representado por la propiedad. Las relaciones entre propietarios y poseedores constituyen la esfera del contrato, donde los hombres trabajan, intercambian objetos y pactan, como si la voluntad privada de cada uno fuese lo racional mismo. Falta, pues, la idea de la totalidad, y esa falta determina que el libre acuerdo se deslice primero hacia la <<impostura>> y, finalmente, hasta el <<crimen>>, determinando la necesidad de una justicia penal.
Digamos de paso que Hegel nunca fue un entusiasta del puro laissez faire en materia económica, y que ya en sus Cursos de Jena (1806-1807) previó el empobrecimiento de <<toda una clase>> -proletariado y pequeña burguesía- como efecto inevitable de los principios librecambistas; <<a quien ya tiene, a ése se le da>>, decía entonces, considerando dicha condición como principio del <<máximo desgarramiento de la voluntad social, la rebelión interior y el odio>>.
2º. La <<moralidad subjetiva>> no se refiere ya al individuo como persona jurídica, cuya existencia sólo se alcanza gracias a la posesión de objetos externos, sino a verdaderos sujetos para quienes la libertad constituye algo interno, una intención permanente de adecuarse a lo universal y, en consecuencia, a la razón. Para la posición de la <<moralidad subjetiva>> (que expresa el formalismo kantiano y la ética individualista de Fichte), <<la esencia del derecho y el deber y la esencia del sujeto pensante y deseante son absolutamente idénticas>>. Hegel se opone de plano a este criterio considerando, primero, que el espíritu es concebido allí tan sólo como yo y no como nosotros igualmente y, segundo, que el reino del puro deber ético desembocará en un anhelo permanente incumplido como la <<rectitud>> de Kant, pues supone sustituir toda las inclinaciones naturales del hombre por imperativos formales, tarea de toda una eternidad. Además, la buena intención por sí sola no puede evitar las múltiples contradicciones de la <<buena conciencia>> y <<el mal>> ya enumeradas en la Fenomenología.
3º. La <<moralidad objetiva>> marca el momento donde el sujeto se eleva desde su ser individual a las totalidades orgánicas que son la familia, la sociedad civil, y el Estado, reconciliando legalidad y eticidad.
La familia tiene su origen en el <<amor>>, gracias al cual el sujeto pasa a existir como <<miembro>> y no sólo como persona. Pero el desarrollo natural de la familia conduce a una división de familias que comportan como personas independientes. Reunidas por la potencia de un amo, o por libre consentimiento, las colectividades familiares dispersas se convierten en sociedades civiles.
La satisfacción de sus exigencias que suscita el grupo se realiza mediante el trabajo y su división. La relación entre los bienes sociales y el trabajo que los suscita genera, a su vez, la ley positiva como <<jurisdicción>>, gracias a la cual se expían las violaciones de la propiedad y las personas. Pero hace falta, además, garantizar la seguridad y el bienestar de los individuos, y esto justifica la <<administración>> como modo de <<salvaguardar lo que hay de universal en la particularidad de la sociedad civil>>. Bajo la administración esa particularidad se consolida en corporaciones o estamentos (agrícolas, mercantil y funcionarial). Este último gremio, que se ocupa de los intereses comunes de la sociedad civil exclusivamente, constituye el germen desde el cual se desarrolla la superación inmanente de la sociedad civil, el Estado.
2.1. El estado hegeliano
El Estado constituye <<lo racional en sí y por sí, un fin propio, absoluto, inmóvil, donde la libertad obtiene su valor supremo>>. Su fundamento reside en el destino inevitable de los hombres que es la existencia colectiva, y sólo queriendo conscientemente el Estado supera el sujeto las cadenas de la arbitrariedad y la barbarie. Sin los <<funcionarios dotados con el sentido del deber>> que encarnan prácticamente la actividad estatal, el espíritu del pueblo se vería escindido por los intereses demasiados particulares de los demás estamentos y gremios.
Pero Hegel nos depara aquí una sorpresa, porque el Estado del que habla constituye lo más opuesto al Estado mínimo basado en las tesis liberales. Aunque en su juventud se ha sentido jacobino, en sus últimos años no tiene reparos a la hora de afirmar:
<<el pueblo representa en el Estado la parte que no sabe lo que quiere>>. Aunque en la Fenomenología del espíritu y en la Filosofía de la historia ha expuesto desde diversos ángulos la dialéctica fatal del Imperio, con sus secuelas de miseria y corrupción, en la Filosofía del derecho aboga por un Estado monárquico con vocación imperial, poderes ilimitados y absoluta irresponsabilidad para el gobierno. La libertad es sólo conciencia de la necesidad. Ya en el Prefacio a esta última obra ha distinguido el ejercicio <<privado>> de la filosofía en Grecia de su ejercicio <<público>> en Prusia, donde se encuentra <<exclusivamente al servicio del Estado>>. Su pensamiento, en términos generales mucho más inclinado hacia Aristóteles que hacia el dualismo platónico, adquiere ahora orientaciones afines al absolutismo de la República, con su gobierno de severos sabios. En realidad, él es ahora uno de los principales funcionarios-sabios, a cuyas clases asisten miembros del Gobierno y de la familia real, y está haciendo honor a sus responsabilidades.
Detrás de todo ello está el único punto de encuentro entre Hobbes y Rousseau, tan divergentes en todo lo demás. Se trata de la vieja majestas, la <<soberanía>> que reclama la voluntad general ahora <<espíritu del pueblo>>. En nombre de esa soberanía inalienable, indivisible, ilimitada e incapaz de equivocarse predica Hegel como madurez de la Historia Universal un paternalismo absoluto; el Estado no es hostil a una Constitución (ni pretende basarse en la fuerza o en la astucia). Pero sí se opone vivamente al <<azar de la elección>> para su <<príncipe>> todopoderoso, a su escrupulosa separación de poderes y a instituciones democráticas elementales como el sufragio universal, la libertad de prensa, el derecho de asociación, el de huelga, etc., basadas -según Hegel- en oposiciones y desarmonías anacrónicas ya para el espíritu <<absolutamente libre>> sobre el cual se establece. Si hubiésemos de definir el Estado hegeliano con una sola palabra, ésta sería totalitario.
La consecuencia inmediata es un germanismo que rechaza las ideas kantianas de la Sociedad de Naciones, el derecho universal., la prohibición internacional de la guerra y genéricamente, todas aquellas iniciativas y proyectos donde el principio de la nacionalidad y la autoridad monárquica quedan limitados.
"Para Hegel, la soberanía del Estado es un instrumento necesario para la preservación de la sociedad de clase media, ya que el Estado soberano es capaz de eliminar en los individuos el destructivo elemento competitivo y convertir la competencia en un interés positivo del universal...Según Hegel, la sociedad civil tiene que engendrar finalmente un sistema autoritario, un cambio que surge de los fundamentos económicos de la sociedad misma y que contribuye a perpetuarla. <<Razón y Revolución. H. Marcuse>>.
En lo profundo, Hegel nunca quiso sino pensar la necesidad, y esa necesidad fue para él siempre una oposición entre lo natural y lo espiritual en el hombre. Comprendía admirablemente el mundo griego, se entusiasmó con las revoluciones liberales en su juventud, pero el elemento propiamente germánico -el severo ascetismo de la Reforma- no dejó de ser el último núcleo informado de su filosofía política. Libre, dirá en la Filosofía del derecho, es <<el que puede soportar la negación de su inmediatez individual, el dolor infinito>>.

Vídeo. Hegel, dialectica del amo y el esclavo

Repartir el trabajo



Revista Alternativas Económicas, nº2


El crecimiento de los años noventa y dos mil era insostenible. Tan insostenible que al estallar la burbuja inmobiliaria, España cuenta con la segunda tasa de desempleo más alta de la Unión Europea (solo le adelanta Grecia) y vive como si tuviera a su disposición más de tres planetas. Por tanto, desde el ámbito laboral, se deben aportar a la vez soluciones capaces de combatir el paro y reducir drásticamente nuestro impacto sobre el medio ambiente.
En este contexto de crisis estructural, el reparto del trabajo y la reducción de la jornada laboral son medidas centrales hacia más equidad y sostenibilidad. De hecho, cumplen con tres objetivos: reforzar la justicia social, preservar el planeta y construir una economía próspera sin crecimiento:
  1. En una sociedad donde el empleo es un valor tan arraigado, el reparto del trabajo permite incluir social y económicamente colectivos fuertemente afectados por el paro de masas (principalmente los jóvenes, las mujeres, las personas mayores o con ingresos bajos). En paralelo, la reducción de la jornada laboral es una apuesta por reequilibrar los tiempos de vida entre trabajo remunerado y no remunerado. Se convierte en una condición necesaria —aunque no suficiente— para permitir una mejor inclusión de las mujeres en el mercado laboral, evitando su “doble jornada”, y para redistribuir las tareas domésticas y de cuidado entre mujeres y hombres.
  2. Avanzar hacia una semana laboral mucho más corta ayuda a romper el hábito de vivir para trabajar, trabajar para ganar dinero, y ganar dinero para consumir (mal y mucho), principal causa de nuestra desmedida huella ecológica. Se trata de diseñar una sociedad donde estamos menos atados al hiperconsumo intensivo en energía y más apegados a actividades sostenibles desde la participación social y ciudadana, la autogestión y la esfera no mercantil.
  3. Como lo ha modelizado el economista Peter Victor y lo dice Tim Jackson, el reparto del trabajo es “la solución más simple y más citada para mantener el empleo sin aumento de la producción”. Además, hay evidencia de que la gente que trabaja menos horas es más productiva y que las sociedades más cohesionadas y equitativas son ecológica y económicamente más fuertes.
Para ser creíble, esta visión sistémica supone pensar al mismo tiempo una distribución más igualitaria de los ingresos (renta básica y renta máxima), una política de formación activa, y, en tela de fondo, un cambio de modelo productivo (empleos verdes) y un cambio cultural para salir de la lógica social del consumismo.
Blog del autor: http://florentmarcellesi.wordpress.com/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

jueves, 2 de mayo de 2013

Unión Patriótica (Colombia)

Unión Patriótica
UP.gif
Fundación 1985
Ideología política Socialista
Posición en el espectro Izquierda
Sede Bogotá, Colombia
La Unión Patriótica (UP) fue un partido político colombiano de izquierda, fundado en 1985 como parte de una propuesta política legal de varios grupos guerrilleros, entre ellos el Movimiento de Autodefensa Obrera ADO y dos frentes desmovilizados (Simón Bolívar y Antonio Nariño) del Ejército de Liberación Nacional (Colombia), las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Con el tiempo, el partido UP tomó distancia de los grupos insurgentes y llamó a negociar una paz democrática y duradera. El Partido Comunista Colombiano (PCC) también participó en la formación y organización de la UP.
Dos candidatos presidenciales, los abogados Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa, 8 congresistas, 13 diputados, 70 concejales, 11 alcaldes y miles de sus militantes fueron asesinados por grupos paramilitares, miembros de las fuerzas de seguridad del estado (ejército, policía secreta, inteligencia y policía regular)[cita requerida] y narcotraficantes. Muchos de los sobrevivientes al exterminio abandonaron el país.1

Índice

Historia

La UP nació en un proceso de paz que adelantó la guerrilla de las FARC con el presidente Belisario Betancur. Las guerrillas argumentaron, que al apoyar la creación de este partido buscaban hacer política sin armas y bajo los acuerdos de cese al fuego firmados por el comisionado del gobierno John Agudelo Ríos. El naciente movimiento enarboló una plataforma de 20 puntos que reivindicaban reformas políticas democráticas, sociales y económicas como una reforma agraria, nacionalización de los recursos naturales y un modelo económico nacional separado del capitalismo global. En 1986 su candidato Jaime Pardo Leal llegó a obtener el 4,6% de la votación, alcanzando el tercer lugar en las elecciones presidenciales.2
La UP logró su mayor votación en las regiones del Nordeste, Bajo Cauca, Magdalena Medio, Urabá, Chocó, Arauca y Área Metropolitana de Medellín. Durante las elecciones del 25 de mayo de 1986 la UP obtuvo 5 senadores, 9 representantes, 14 diputados, 351 concejales y 23 alcaldes.[cita requerida]El número de víctimas de la violencia política puede ser más escalofriante, pues datos independientes estiman que entre 1988 hasta 1991, murieron unos 14,000 colombianos.3 Hacia 1994, datos calculados por organizaciones de derechos humanos sitúan la cantidad de muertes por violencia política en 20,000.4
El narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha inició una guerra particular en contra de la guerrilla de las FARC bajo la bandera de defenderse del secuestro y robo de ganado, con la cual impulsó el asesinato sistemático de los miembros de la Unión Patriótica, ya que los acusaba de ser el brazo político de dicho grupo armado.[cita requerida]Al comienzo utilizó la modalidad de masacres de campesinos o jornaleros que reclamaban mejoras laborales, para luego ordenar el asesinato selectivo de militantes de la UP en campos y ciudades.
En ese exterminio que impulsara Rodríguez Gacha inicialmente, luego de su muerte lo escalaron los grupos paramilitares de la extrema derecha - que en la próxima década se aglutinarían en las Autodefensas Unidas de Colombia AUC - bajo el mando de Carlos Castaño Gil en muchas ocasiones en coordinación, alianza y colaboración con efectivos militares y de policía.5 Algunas investigaciones señalan que una misión de militares estadounidenses recomienda la creación de grupos armados ilegales para luchar contra la guerrilla,6 para lo cual encuentran apoyo en ganaderos, terratenientes y empresas trasnacionales. En algunos casos se denominaron "masetos" (Muerte a Secuestradores - MAS), "autodefensas" y en otros "cooperativas de seguridad" (Convivir). Estos contratan al militar y mercenario israelí Yair Klein para entrenar los primeros grupos. Se desconoce la cifra total de militantes o simpatizantes de la Unión Patriótica que fueron asesinados, pero cálculos parciales estiman que pudieron ser unos 3,500 y un buen número de desaparecidos.7
Leonardo Posada representante a la Cámara fue el primer asesinado en 1986 en la ciudad de Barrancabermeja. En enero del mismo año asesinaron el concejal de Pereira Gildardo Castaño Orozco. En octubre de 1987 fue asesinado en presencia de su familia Jaime Pardo Leal, quien había sido candidato presidencial en las elecciones de 1986. El 22 de marzo de 1990 fue asesinado el también candidato presidencial Bernardo Jaramillo Ossa, en el aeropuerto de Bogotá. Luego del asesinato de Bernardo Jaramillo, la Unión Patriótica sufre un proceso de quiebre final cuando en marzo de 1990, su nuevo presidente Diego Montaña Cuéllar y once dirigentes más, presentan su renuncia colectiva en una reunión en Bogotá conocida como el X Pleno, cuando fallan en su intento de separar la UP de la ortodoxia de izquierda y de condenar irrevocablemente la lucha armada. Tiempo después, perdería su reconocimiento jurídico por la baja votación en unas elecciones generales.8
Con la escalada de violencia paramilitar en contra de la militancia de la UP, las FARC dejaron a su suerte al nuevo partido y sus voceros públicos se reintegraron a la lucha armada. Por varios años las Farc hicieron un doble juego de hablar públicamente de paz con el gobierno, cuando en realidad nunca renunciarion a sus planes de tomar el poder por las armas. Su estrategia consistía en llamar a negociaciones de paz, mientras buscaban extender su poder armado en lo que llamaban "acumulación de fuerzas". El detonante definitivo de la ruptura de las conversaciones entre la guerrilla y el gobierno, fue el asalto ordenado por el presidente César Gaviria al liderato guerrillero asentado en Casa Verde en el departamento del Meta, el 9 de diciembre de 1990.9
El senador Manuel Cepeda Vargas fue asesinado en 1994.10

Otros asesinatos

El viernes 14 de agosto de 1987, sicarios motorizados derribaron la puerta de la residencia del Senador Pedro Luis Valencia en Medellín y fue acribillado. Alejandro Cárdenas-Villa, quien fue alcalde de la UP en Mutatá, pasó luego a la gerencia de la Corporación de Vivienda y Desarrollo Social de Medellín [CORVIDE], y murió asesinado a plena luz del día en la Plaza de Ferias de Medellín. [cita requerida]Gabriel Jaime Santamaría, siendo presidente de la Asamblea de Antioquia, murió asesinado dentro de su oficina en La Alpujarra de Medellín, a pesar de las medidas de seguridad.[cita requerida]
El 18 de mayo de 1988 fue asesinado en Medellín Elkin Martínez, elegido para posesionarse en Remedios, Antioquia. Fue asesinado en una recepción de hotel mientras tomaba una foto turística. Su muerte desencadenó el paro del nordeste antioqueño en Segovia y Remedios, paro que duró cerca de tres semanas.[cita requerida]
El político César Pérez García, durante la segunda semana del paro del nordeste recibió un atentado en el Alto del Muerto al pasar por el corregimiento de La Cruzada, del cual salió ileso.[cita requerida]
Los paramilitares de Puerto Boyacá incursionaron en Segovia el 11 de noviembre de 1988 al mando de Alonso J. Vaquero Agudelo mejor conocido como el ‘Negro Vladimir’. Entraron disparando y dejando a 48 muertos incluyendo niños, mujeres y ancianos. El ‘Negro Vladimir’ participó también en las masacres de 14 campesinos en Cimitarra, Santander, 19 comerciantes en Puerto Boyacá y 15 funcionarios de la Fiscalía en La Rochela, Santander.11 Estos hechos se conocieron posteriormente como la Masacre de Segovia, Masacre de La Rochela y la Masacre de Cimitarra.
A Elkin Martínez lo reemplazó Carlos Rojo Uribe quien también murió asesinado en agosto 1 de 1997 por los alrededores del batallón Bomboná, junto con siete personas que fueron sacadas de sus casas en Remedios, Antioquia.[cita requerida]. la única líder política que logro sobrevivir fue la ex concejal de Bogotá Aida Avella a quien intentaron matar en 1995
La muerte en Puerto Valdivia del concejal de Valdivia, Henry Montenegro, desató un paro en el Bajo Cauca antioqueño, que duró una semana hasta que se hiciera presente una comisión del gobierno. Henry Montenegro perdió la Alcaldía de Valdivia por 1 (un) voto en las elecciones de 1988.[cita requerida]
Octavio Sarmiento Bohorquez ex-dirigente de la UP de la que fue representante por Arauca fue asesinado por el grupo de Autodefensas Vencedores de Arauca, el 1 de octubre de 2001.

Acusaciones a agentes del estado

Procesos judiciales

La gran mayoría de éstos homicidios no cuentan con condenas. En algunos casos puntuales se condenó a autores materiales, pero los autores intelectuales siguieron en la impunidad. Las víctimas sobrevivientes y sus familiares han aportado testimonios y pruebas de la participación de miembros de las fuerzas de seguridad del estado colombiano en varios de los hechos criminales. [cita requerida]
Un abogado defensor de las víctimas de la Unión Patriótica, Eduardo Umaña Mendoza, fue asesinado en los años 90 en su propia oficina de Bogotá.12
En 1993 se interpuso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) una demanda contra el estado colombiano por su responsabilidad y participación en los crímenes contra la UP.13 Al aceptar la demanda, la comisión alegó que "los hechos alegados por los peticionarios exponen una situación que comparte muchas características con el fenómeno del genocidio y se podría entender que sí lo constituyen, interpretando este término de conformidad con su uso corriente. Sin embargo, la comisión ha llegado a la conclusión de que los hechos alegados por los peticionarios no caracterizan, como cuestión de derecho, que este caso se ajuste a la definición jurídica actual del delito de genocidio consignada en el derecho internacional. Por lo tanto, en el análisis de los méritos del caso, la Comisión no incluirá la alegación de genocidio."13
Esta sentencia constituía un triunfo parcial para el gobierno de Colombia, ya que no reconocía su responsabilidad en la planificación del exterminio brutal y sistemático de un grupo opositor con métodos ilegales, en alianza con reconocidos narcotraficantes y delincuentes comunes y la participación encubierta de altos oficiales y unidades completas del ejército, policía y estrados judiciales. Las evidencias acumuladas siempre han demostrado todo lo contrario.
En el 2006, la Corporación Reiniciar, la Comisión Colombiana de Juristas y los representantes de las víctimas argumentaron que el estado colombiano no ha logrado impedir las persistentes amenazas, asesinatos y acciones arbitrarias en su contra.[cita requerida]
El proceso ante la CIDH, una vez aceptada la demanda en 1997, continúa en curso después de que un intento de búsqueda de solución amistosa, iniciado en el 2000, llegó a su fin por decisión de la Corporación Reiniciar, la Comisión Colombiana de Juristas y y los representantes de las víctimas. Persiste el reto de que alguno de los diferentes gobiernos colombianos pueda romper el ciclo de impunidad que históricamente ha rodeado a éstos crímenes.[cita requerida]

Documental

El documental "Memoria de los silenciados: El Baile Rojo" trata sobre los asesinatos de miembros de la Unión Patriótica e incluye las versiones de varios familiares de las víctimas.

Referencias

  1. Corporación para la defensa y promoción de los Derechos Humanos
  2. Tablas de elecciones presidenciales
  3. Political murder & reform in Colombia. The violence continues. Human Rights Watch. New York-USA, 1992.
  4. Political Violence in Colombia. Myth and Reality. Amnesty International. New York-USA, 1994.
  5. El terrorismo de estado en Colombia. Ediciones NCOS. Bruselas-Bélgica, 1992.
  6. Colombia's Killer Networks.The Military-Paramilitary Partnership and the United States. Human Rights Watch. New York-USA,1996.
  7. Tras los pasos perdidos de la guerra sucia. Paramilitarismo y operaciones encubiertas en Colombia. Ediciones NCOS. Bruselas-Bélgica, 1995.
  8. Bernardo Jaramillo Ossa. Es un soplo la vida. Napoleón Vanegas. Ediciones Foro Nacional por Colombia. Bogotá, 1991.
  9. Colombia Update Bulletin. Colombia Human Rights Committee. Washington DC, January -1991.
  10. Sentencia sobre el asesinato del Senador Manuel Cepeda Vargas. Consultado el 27 de mayo de 2008
  11. «La realidad sitiada: informe final de la Acción Humanitaria al nordeste antioqueño (24-29 de febrero de 2004)».
  12. http://www.amnesty.org/en/library/asset/AMR23/023/1998/en/7821382a-dabd-11dd-80bc-797022e51902/amr230231998fr.pdf
  13. a b INFORME Nº 5/97 - CASO 11.227 (Sobre Admisibilidad) COLOMBIA 12 de marzo de 1997
Walking Ghosts (Murder and Guerrilla Politics in Colombia). Steven Dudley. Routledge. 253 páginas. New York, 2004'
More Terrible than Death (Violence, drugs, and America’s war in Colombia). Robin Kirk. PublicAffairs. 321 páginas. New York, 2004.

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