sábado, 20 de julio de 2013

Sobre el caso Snowden Todos somos sospechosos

Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 20-07-2013



Algunos años atrás, luego de los atentados contra las torres del Centro Mundial de Comercio en Nueva York en el año 2001, el gobierno estadounidense lanzó el Acta Patriótica como inicio de lo que en ese momento la administración Bush llamó "guerra total contra el terrorismo". Así se pusieron en marcha: 1) las llamadas guerras preventivas, y 2) el control –por cierto anticonstitucional– de su propia población.
En nombre de la "defensa de la patria" se pisoteó la soberanía de todos los países del mundo, pasando por encima de la Organización de Naciones Unidas, comenzándose una serie de invasiones a países supuestamente "focos de terroristas" (en realidad: grandes reservas de petróleo, de gas, de agua dulce o de campos de amapola, con la que se elabora la heroína –de la que la DEA es el principal cartel traficante–). Y en lo interno, siempre con esa arrogante política de corte fascista, se conculcaron derechos históricos de la población estadounidense, haciendo de cada ciudadano un posible objeto de espionaje sujeto eternamente a control.
En esa lógica, convirtiendo a la humanidad completa en "sospechosa", se desarrolló la iniciativa TIA: Total Information Awareness, en inglés (traducida como "Conocimiento total de la información"), también conocida como Terrorism Information Awareness (Conocimiento de la información sobre el terrorismo). El programa formó parte de la Ley de Seguridad Nacional y, tras su creación en enero de 2003, fue gestionado por la Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA). Para ello, la DARPA inició la adjudicación de contratos para el diseño y desarrollo de los componentes del sistema TIA en agosto del 2002, por medio de muchas empresas contratistas (por ejemplo: Booz Allen Hamilton, donde luego trabajaría Edward Snowden, el controversial técnico que recientemente develó algunos secretos del ciberespionaje). Al hacerse público el proyecto, muchas organizaciones de derechos humanos y defensa del ciudadano alzaron la voz, protestando ante esa grosera intromisión del Estado en la privacidad de cada estadounidense. Ello trajo como consecuencia que el Congreso se viera forzado a detener el programa, dejándolo de financiar. Pero poco tiempo más tarde, hacia el 2006, diversas filtraciones a la prensa informaron que el software desarrollado se había desplazado a otras agencias de espionaje, en particular la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). En otros términos, ahora no existe el proyecto TIA, pero sí sus elementos fundamentales, que son utilizados a diario por las agencias federales de control.
Unos años atrás, no muchos, todo esto parecía una loca idea de ciencia-ficción, propia de un drama orwelliano; hoy día ese panóptico universal es una realidad: sistemas de control absoluto de la población planetaria. Ese control, debe aclararse, tiene dos vías: por un lado, las empresas disponen de toda la información necesaria para afinar sus estrategias de mercadeo (¿qué le gusta a cada persona?, ¿qué necesita?, ¿cuáles son sus debilidades?, ¿qué compra habitualmente?, ¿qué ofrecerle?). Por otro lado, las agencias gubernamentales de espionaje pueden examinar todos los datos de la vida de cada ciudadano, estableciendo el grado de "peligrosidad" que representa para el sistema.
El engendro surgido con la administración Bush se concreta hoy día, con otro nombre pero con similares objetivos. El mismo complementa –y supera con creces– la Red Echelon (compleja trama de espionaje mantenida igualmente por los Estados Unidos y algunos de sus socios, consistente en un tejido de antenas, estaciones de escucha, radares y satélites, apoyados por submarinos y aviones espía, unidos todos a través de bases terrestres, y cuyo objetivo es controlar todo tipo de comunicaciones mundiales, entre las que se encuentran correos electrónicos, envíos de fax, comunicaciones por cable, por satélite, transmisiones radiales, conversaciones telefónicas).
El dispositivo en cuestión permite a la potencia hegemónica mantener un espionaje total, continuo y avasallador no sólo de las comunicaciones –parte medular de lo que desean controlar, y que de hecho ya está haciendo– sino también de las transacciones financieras, los registros de vuelo, las declaraciones de impuestos, la venta de paquetes accionarios, los movimientos de tarjetas de crédito, los archivos médicos de la población mundial. En definitiva: una forma de control absoluto de cada ser humano sobre la faz del planeta; control que se ejerce no sólo sobre sus comunicaciones sino –esto es lo aterradoramente novedoso que comenzó a desarrollarse con TIA– sobre sus características biométricas (el tramado del iris, las huellas dactilares, la voz, sus hábitos motores como la forma de caminar), todo lo cual permitirá un monumental banco de datos universales que posibilitará a los agentes de inteligencia buscar y hallar por satélite a una persona en cualquier lugar del mundo y con una velocidad pasmosa.
En otras palabras: estamos ante el fin de la vida privada de la humanidad, ante un dios omnipotente que –sin ningún lugar a dudas– lo sabrá todo. A partir de este super cerebro omniabarcativo, todos pasamos a ser un número más de una lista; nuestras vidas quedan en sus manos.
Rápidamente explicado, estos sistemas del que TIA fue el precursor –desarrollado en ese entonces por el Comando de Inteligencia Naval de los Estados Unidos– consisten en una combinación de tecnologías de punta del campo de la informática (entre las que se cuenta una monumental base de datos que permite almacenar información personal de los más de 7.000 millones de habitantes actuales del planeta, incluyendo vídeos, fotos y parámetros biométricos de cada ingresado al programa), con la capacidad de localización por satélite e identificación de seres humanos a distancia por medio de las características biométricas almacenadas. En otros términos: un espía global del que nadie, absolutamente nadie se puede escapar.
Apoyan y complementan la iniciativa un traductor universal, que puede convertir instantáneamente en texto una grabación de voz, capaz de intervenir conversaciones telefónicas en cualquier parte del mundo, así como un sistema para "interpretar" las relaciones entre distintos sucesos aislados o que, aparentemente no tienen conexión. Éste detecta patrones comunes en la actividad de diversas personas, grupos, empresas, movimientos financieros, viajes, compras; es decir: cualquier movimiento que se quiera investigar.
Sumados todos estos elementos, el complejo mecanismo de espionaje –en palabras de Steven Wallach, antiguo ejecutivo de la empresa Hewlett-Packard y que fuera consejero del presidente Bush cuando nació la idea algunos años atrás– "podrá asociar una foto de Malasia tomada por un satélite con una llamada realizada en Francfort y con un depósito bancario en Pakistán, para luego relacionar todos esos elementos con algo que pasará en Chicago". Y obviamente, permitiendo actuar en consecuencia.
Lo que acaba de revelar el técnico Edward Snowden (¿ataque de conciencia y remordimiento personal?, ¿jugada preparada con agenda oculta?, ¿distractor?) es parte de un largo proceso de control que el gobierno de Washington viene realizando. El proyecto TIA, amparado en el Acta Patriótica que aprobaron los republicanos luego de los atentados del 11 de septiembre, no prosperó tal como fue concebido en su momento; pero los mecanismos de control sí. No importa con qué nombre actúan; lo importante es que actúan. El ciberespionaje es un hecho.
PRISM: una herencia de TIA
Las explosivas declaraciones que hiciera recientemente Snowden permiten ver que los programas diseñados hace una década atrás en la administración Bush, hoy día son una realidad, no importando qué partido gobierne en la Casa Blanca. Según aseguró el ahora ex agente, el programa de la NSA no se limita a la recolección de datos sobre la inteligencia extranjera, sino que también actúa sobre todas las comunicaciones que transitan dentro de Estados Unidos. En ese sentido, el programa PRISM es la más brillante creación del espionaje de Washington. Todos, absolutamente todos estamos controlados, vigilados, espiados.
El centro de operaciones principal para la vigilancia digital está en el Estado de Utah, cerca de la pequeña ciudad de Bluffdale, en el condado de Salt Lake. Allí se alza un complejo de hormigón que, en apariencia, no tiene nada de especial. Pero está fuertemente custodiado. Una línea de alambre de púas lo aísla del exterior. Y ahí comienzan las interrogantes. En Google Earth no aparece ninguna obra en ese sitio, sólo un campo vacío marcado por huellas de neumáticos. Alguien, de todos modos, ha calificado el lugar con el sugestivo nombre de "Centro de Datos de Utah". ¿Qué hay ahí realmente?
En un artículo publicado por James Bradford en el Wired Magazine en marzo de 2012, se reveló que la obra, de 2.000 millones de dólares de costo, funcionará como mega-almacén de información digital de la Agencia de Seguridad Nacional. Bradford sostiene que el centro cuenta con la capacidad más grande concebida para almacenar datos de vigilancia electrónica de todas partes del mundo: la unidad de capacidad para guardar esa información se mide en cientos de exabytes (cada uno equivalente a más de mil millones de gigabytes). El centro de espionaje utilizará la energía eléctrica de la pequeña ciudad vecina para tener los servidores en marcha y millones de litros de agua para mantenerlos frescos. Alrededor del perímetro de la construcción una serie de sensores de detección de intrusos dará la seguridad necesaria para trabajar tranquilos, apoyados por guardias armados. La NSA no lo niega; por el contrario, llamándolo Centro de Datos de la Comunidad de Seguridad Cibernética Iniciativa Nacional Integral, afirma que ayudará a proteger las redes civiles de los ataques cibernéticos. Sin embargo, esto no es competencia de la Agencia de Seguridad Nacional. De hecho, en su investigación Bradford afirma que el centro se utilizará para albergar una increíble cantidad de datos interceptados, tomados dentro y fuera de los Estados Unidos. En ello, las llamadas redes sociales (Facebook, Twitter) son pieza especialmente importante.
Con las recientes revelaciones de Edward Snowden, el tamaño y la monumental capacidad del centro de datos de Utah toman sentido. Los documentos filtrados por el ex agente detallan, entre otras cosas, un programa integral denominado PRISM, que absorbe grandes cantidades de información personal de las empresas de telecomunicaciones y de internet como Google, Apple y Verizon, combinándolos en una base de datos única. Snowden afirmó, en una entrevista con el diario británico The Guardian, que la base de datos PRISM permite vigilar y espiar a quienquiera en cualquier parte del mundo. La privacidad personal desaparece así: todos somos sospechosos potenciales, todos estamos observados. El panóptico ya no es algo de ciencia ficción: está aquí, vigilándonos.
No hay dudas que la imaginación queda corta ante tamaña parafernalia; el poder de la tecnología es subyugante, pero al mismo tiempo ofende a la condición humana: tanta inteligencia puesta al servicio de la delación policial es simplemente una vergüenza en términos éticos. Lo más probable es que este modesto artículo también sea chequeado por estos fenomenales poderes. No sé qué grado de "peligrosidad" tendrá. Al menos, es mi deseo, ya que escribimos en contra de todo esto, que se nos considere con una buena nota. ¡Es lo menos que pedimos! De todos modos, esto lleva a preguntas de fondo: con tamaños poderes que nos controlan a diario, ¿cómo es posible plantearse cambios contra el sistema dominante? Pensemos, sólo como ejemplo, en la operación de exterminio del comandante Raúl Reyes, de las FARC, en marzo del 2008 en plena selva y por la noche: con precisión milimétrica se pueda matar a alguien desde el aire, no importando dónde se esconda. El poder que parecieran detentar quienes contralan el mundo se muestra infinito. ¿Lo será?
¿Qué hacer ante todo esto? Esconderse no, porque no es posible. Podría parecer absurdo querer enfrentarse a tanto poder. Indudablemente las condiciones en que quedamos los mortales de a pie ante esta nueva deidad no son muy alentadoras: el super poder todo lo ve, todo lo oye, todo lo sabe. Por tanto, siempre se nos adelantará. ¿Resignarse entonces?
La historia no ha terminado, aunque cada vez más se escriba con las directivas del ganador. El nuevo dios que se está pergeñando, en definitiva es un dios humano; y como tal, falible. Aunque lo sepa todo, también tiene puntos débiles: los hackers por ejemplo. Pero la conflictividad de base ahí está, aunque se la espíe, se la trate de maniatar, de condicionar, de eliminar. Es cierto que hoy no hay grandes esperanzas, porque se desbarataron con la caída del campo socialista. Pero si hay conflictos (¡y los hay, por cierto!), la reacción de los seres humanos siempre está ahí presente, lista para saltar, para movilizarse. ¡Eso es la esperanza! La idea que la utopía sigue siendo posible. Hoy día padecemos una gran parálisis en estos temas de rebelarse. Los actuales mecanismos de hiper control nos la refuerzan; pero en tal caso es oportuno recordar las palabras de la dirigente boliviana Domitila Barrios de Chungara: " Nuestro enemigo principal no es el imperialismo, ni la burguesía ni la burocracia. Nuestro enemigo principal es el miedo, y lo llevamos adentro " .
Cerramos con la Carta que Edward Snowden escribiera relatando su actuar con relación al ciberespionaje:
Hola. Me llamo Ed Snowden. Hace poco más de un mes tenía familia, un hogar en el paraíso y vivía con gran comodidad. También tenía la capacidad de buscar, capturar y leer las comunicaciones de ustedes sin necesidad de orden judicial alguna. Las comunicaciones de cualquier persona, en cualquier momento. Es decir, el poder de cambiar el destino de las personas.
Es también una grave violación a la ley. La Cuarta y Quinta Enmiendas a la Constitución de mi país, el artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y numerosos estatutos y tratados prohíben tales sistemas invasivos de vigilancia en masa. Aunque la Constitución de Estados Unidos marca como ilegales tales actos, mi gobierno afirma que veredictos judiciales secretos, que el mundo no tiene permitido ver, legalizan de alguna manera un acto ilícito. Esos fallos simplemente corrompen la noción más elemental de justicia: que los actos deben estar sujetos a escrutinio. Lo inmoral no puede volverse inmoral mediante el uso de una ley secreta.
Creo en el principio declarado en Nuremberg en 1945: Los individuos tienen deberes internacionales que trascienden las obligaciones nacionales de obediencia. Por lo tanto, los ciudadanos individuales tienen el deber de violar las leyes nacionales para prevenir que ocurran crímenes contra la paz y la humanidad.
Por consiguiente, hice lo que creí correcto y emprendí una campaña para corregir esos ilícitos. No busqué enriquecerme. No busqué vender secretos de Estados Unidos. No me asocié con ningún gobierno extranjero para garantizar mi seguridad. Lo que hice fue llevar lo que sabía al público, para que algo que nos afecta a todos pudiera ser discutido por todos a la luz del día, y pedí justicia al mundo.
Esa decisión moral de revelar al público un espionaje que nos afecta a todos ha sido costosa, pero fue lo correcto y no me arrepiento de ella.
Desde ese momento el gobierno y los servicios de inteligencia de Estados Unidos han intentado ponerme de ejemplo, de advertencia a otros que pudieran hablar como yo lo he hecho. Me han convertido en un apátrida y un perseguido a causa de mi acto de expresión política. El gobierno de Estados Unidos me ha colocado en una lista de personas que no pueden abordar un avión. Exigió al gobierno de Hong Kong que me repatriara dentro del marco de sus leyes, en violación directa al principio de no represión: la Ley de las Naciones. Ha amenazado con sanciones a los países que respalden mis derechos humanos y el sistema de asilo de Naciones Unidas. Incluso ha dado el paso sin precedente de ordenar a sus aliados militares detener en tierra el avión de un presidente latinoamericano, en su búsqueda de un refugiado político. Estas peligrosas escaladas representan una amenaza no sólo a la dignidad de América Latina, sino a los derechos fundamentales que comparten todas las personas, todas las naciones, de vivir libres de persecución, y de buscar y gozar de asilo.
Sin embargo, aun a la vista de esta agresión históricamente desproporcionada, naciones de todo el mundo han ofrecido apoyo y asilo. Estas naciones, entre ellas Rusia, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, tienen mi gratitud y respeto por ser las primeras en oponerse a las violaciones a los derechos humanos perpetradas por los poderosos, más que por los carentes de poder. Al negarse a transigir en sus principios ante la intimidación, se han ganado el respeto del mundo. Es mi intención viajar a cada uno de esos países para expresar en persona mi gratitud a su pueblo y sus líderes.
Hoy anuncio mi aceptación formal de todas las ofertas de apoyo y asilo que me han extendido y todas las demás que se me hagan en el futuro. Con, por ejemplo, la garantía de asilo ofrecida por el presidente Maduro de Venezuela, mi estatus de asilado ya es formal, y ningún Estado tiene fundamento para limitar o interferir con mi derecho a disfrutar de ese asilo. Sin embargo, como hemos visto, algunos gobiernos de los estados de Europa occidental y Norteamérica han demostrado disposición a actuar fuera de la ley, y esa conducta persiste hoy. Esta amenaza ilegal me hace imposible viajar a América Latina y disfrutar del asilo que me ha sido concedido allá de conformidad con nuestros derechos compartidos.
Esta intención de estados poderosos de actuar en forma extralegal representa una amenaza para todos nosotros, y no se debe permitir que la lleven a cabo. En consecuencia, solicito la ayuda de ustedes para exigir garantías de salvoconducto a las naciones relevantes para asegurar mi traslado a América Latina, así como solicito asilo en Rusia hasta el tiempo en que esas naciones accedan a cumplir la ley y permitan mi traslado legal. Presentaré hoy mi solicitud a Rusia, y espero que la respuesta sea favorable.
Si tienen alguna pregunta, contestaré lo que pueda.
Gracias.
Publicado originalmente por Reader Supported News (http://readersupportednews.org/opinion2/ 277-75/18387-it-was-the-right-thing-to-do)
Traducción: Jorge Anaya
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Nueva violación de DDHH fundamentales por parte de Chevron

Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 20-07-2013

Observatorio Petrolero Sur

Cuentas de Correos electrónicos de 100 personas vinculadas al juicio por daños ambientales serán entregadas a Chevron

El Juez estadounidense Lewis Kaplan, ordenó a las empresas Microsoft, Yahoo y Google, la entrega a Chevron, de los datos personales (incluye IP y contenidos) de los correos electrónicos de personas vinculadas al juicio ambiental por el que fue condenada la petrolera en Ecuador. Este es un hecho de graves consecuencias, que vulnera los derechos más elementales de quienes están abocados desde hace más de 20 años en reparar el Amazonas ecuatoriano. Esta medida le permitiría a esta empresa tener acceso a sus cuentas particulares, conversaciones privadas, intercambios con sus familias y amigos, llegando a violar la intimidad de los implicados.
La orden del juez está dirigida a unas cien personas, entre las que están abogados, miembros de los afectados, personas de los equipos técnicos que apoyan al caso, periodistas y activistas de diversas partes del mundo, en un intento por amedrentar y ahuyentar a todos quienes tengan acercamiento con los más de 30 mil afectados, indígenas y colonos del Amazonas ecuatoriano.
Lewis Kaplan, juez de la Corte de Nueva York, es cuestionado por su parcialización en favor de Chevron a través de disposiciones que rebasan su jurisdicción. Muchas de sus resoluciones han sido cuestionadas y revertidas tanto por el Segundo Circuito de Nueva York, como por la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos.
En esta disposición dictada Kaplan argumenta que las 100 personas inmersas en esta orden, no tienen el derecho a mantener la privacidad de sus cuentas, puesto que por no ser ciudadanos norteamericanos, para ellos no aplica la Primera Enmienda. Según Pablo Fajardo, abogado de los demandantes ecuatorianos, esta es una inobjetable muestra de racismo, “que nos lleva a pensar que quienes no son norteamericanos no tienen derechos”.
Fajardo aclara que esta decisión del juez norteamericano viola varios derechos al haberse extralimitado en sus competencias, puesto que no es posible aplicar esta medida sobre personas que no están bajo su jurisdicción; al hacerlo ha violado el derecho a la defensa de los implicados, que no han podido comparecer a su corte y el derecho humano a la confidencialidad, al secreto profesional e intimidad de las personas, puntualizó.
Ante esta situación, Humberto Piaguaje, coordinador de la Unión de Afectados/as por las operaciones de la petrolera, alertó a la población sobre estas vulnerabilidades y pidió poner más atención cuando se manejan cuentas en empresas que tengan sus sedes en Estados Unidos, a la vez que insistió que los demandantes no tienen nada que ocultar, pero sí les preocupa el grave precedente jurídico que sienta esta violación a los derechos humanos. “Lo que sí nos preocupa es la manipulación y distorsión que hará Chevron a la información privilegiada y confidencial que pueda obtener”, dijo al recordar que no sería la primera vez que manipule y use de manera indebida datos con el fin de “fabricar supuestos actos indebidos” y conocer la manera de trabajar de los demandantes.
Esta nueva violación a los derechos humanos perpetrada por la petrolera, considerada como la más “opaca del mundo” según lo revelan diversos estudios, se suma a una larga lista registrada durante 40 años, que incluyen desde desplazamientos forzados a poblaciones ancestrales, desaparición de dos pueblos indígenas, malos tratos e incluso violaciones a mujeres, como primeras evidencias de una forma irresponsable de relacionamiento con la petrolera, que además produjo cambios en las estructuras sociales y debilitamiento de las formas de vida de las culturas indígenas que fueron sumidas en la pobreza y humillación.
La actitud racista con la que operó en el Amazonas ecuatoriano, les llevó a utilizar tecnología deficiente, que provocó grandes niveles de contaminación y que generó el desplazamiento y extinción de muchas especies de animales la disminución de caza y pesca; además de la pérdida de importantes reservas naturales. Todo esto fue comprobado durante el juicio ambiental, que durante 20 años acumuló más de 230 mil hojas, en las que se incluyen más de 106 informes periciales, 60 de ellos pagados por la propia petrolera; más de 80 mil resultados químicos de muestras de suelo y agua; 40 testimonios de pobladores; y verificaciones de campo realizadas por los jueces que conocieron el caso.
En el proceso se establece que se construyeron, sin ningún tipo de recubrimiento, más de 880 fosas para el almacenamiento de crudo y agua tóxica, a las que instalaron “cuellos de ganso”, para que desfogaran en ríos, esteros y lagunas; en ellos además se arrojaron más de 16 mil millones de agua tóxica, a lo que se suman los 650 mil barriles de crudo regados directamente a la selva.
Como resultado el incremento en los índices de enfermedades mortales como el cáncer, que afecta a la población, incluidos niños que son víctimas de leucemia, en un índice 3 veces superior al resto de Ecuador; tasas de aborto espontáneo que crecen exponencialmente; dermatitis, problemas estomacales y digestivos.
Durante el proceso ha sido evidente y comprobada la violación del derecho a la justicia de los demandantes, para lo cual Chevron ha utilizado una multiplicidad de estrategias que van desde las presiones políticas y económicas sobre los gobiernos y los sistemas judiciales; acosos, amenazas, persecuciones a los demandantes y sus equipos técnicos y de apoyo; compra de testigos falsos, coacción sobre aliados al caso, para finalmente esconderse en un infamante juicio que se lleva en Estados Unidos, contra las víctimas.
Contactos: Unión de Afectados y Afectadas por las Operaciones de Texaco (UDAPT)
Quito Ecuador
Teléfonos: (593) 2 273533
Correo electrónico: casotexaco@gmail.com
María Eugenia Garcés: 0999225516
Nancy Rodríguez: 0999949337
Fuente: http://www.opsur.org.ar/blog/2013/07/18/nueva-violacion-de-ddhh-fundamentales-por-parte-de-chevron/

Demodiversidad: las luchas por otras democracias

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Diario de Mallorca


El nuevo ciclo de movilizaciones populares que se extiende por las calles y plazas del mundo, desde las primaveras árabes hasta la reciente ola de protestas en Turquía y Brasil, tiene como substrato común la lucha por la demodiversidad o, en palabras de Boaventura de Sousa Santos, por “la coexistencia pacífica o conflictiva de diferentes modelos y prácticas democráticas”. Las luchas por la demodiversidad implican una doble tarea: 1) denunciar las limitaciones de la democracia liberal, que se ha revelado un sistema político ineficiente, opaco, reproductor de desigualdades, subordinado a intereses privados y sostenido, en buena medida, por la corrupción, el conformismo y la apatía. Y 2) rescatar experiencias democráticas alternativas desacreditadas por la concepción arrogante y empobrecedora de la democracia que predomina en la academia y la sociedad: experiencias participativas, deliberativas, comunitarias, incluyentes y radicales con potencialidades contrahegemónicas. La “democracia primitiva” sumeria estudiada por Jacobsen; la deliberación directa del demos en la ekklesia en la Atenas de Pericles; la democracia directa en determinados cantones suizos que inspiró las ideas políticas de Rousseau; la democracia jacobina en la Francia revolucionaria; los procesos de decisión política en la lógica del poder comunal del que habla Tocqueville en referencia a la comuna de Nueva Inglaterra; la democracia oral ejercida en torno al árbol de palabras en aldeas africanas, alrededor del cual se toman decisiones sobre la vida cotidiana; la Comuna de París, exponente histórico de la democracia obrera participativa; la democracia de los soviets (consejos de trabajadores, soldados o campesinos) en los inicios de la Revolución rusa; la formación de comunas campesinas en la China de Mao Zedong; la democracia comunitaria directa de los ayllus andinos; el “mandar obedeciendo” y la “palabra verdadera” de la democracia zapatista; los consejos comunales en Venezuela; las democracias populares en Europa del este entre 1945 y 1989; los presupuestos participativos; las democracias feministas, que incorporan las expectativas y exigencias de las mujeres; la democracia electrónica; la planificación participativa en Kerala (India); la participación ciudadana en la evaluación de impactos científicos y tecnológicos son, todas ellas, experiencias de demodiversidad situadas en los márgenes de la historia política moderna.
A mi modo de ver, las luchas presentes y futuras por la demodiversidad se articularán sobre los siguientes ejes:
La batalla por la definición y el significado de la democracia. Como sostuvo Wittgenstein, “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. Los límites del lenguaje demarcan el ámbito de lo pensable, lo decible y, junto a ello, de lo posible. Sin embargo, los límites mentales y experienciales impuestos por los significados hegemónicos pueden ser transgredidos desde otros lenguajes capaces de ampliar el campo de lo posible. Esta ampliación suele ser el resultado de profundas transformaciones semánticas. Las luchas por la demodiversidad son luchas por la resignificación política y social la democracia; luchas por desnaturalizar la semántica de la democracia liberal y forjar lenguajes democráticos alternativos, pues no existe una sola concepción ni una sola práctica de la democracia. La democracia es una práctica social geográfica e históricamente localizada y culturalmente enraizada que asume formas y significados diversos a través del tiempo y del espacio.
La batalla por la incorporación de nuevos sujetos políticos. El ciclo de indignación popular que atravesamos ha supuesto la entrada en escena de una diversidad de sujetos (desempleados, jóvenes precarizados, desahuciados, estudiantes, pensionistas, etc.) despolitizados por la democracia liberal, que otorga el privilegio de la representación política a sujetos organizados en los cauces de canalización democrática tradicionales. Por el contrario, las luchas por la demodiversidad exigen el reconocimiento de la amplia gama de sujetos cuyas formas de lucha no se inscriben necesariamente en las clásicas estructuras partidarias y sindicales. Estos sujetos presentan múltiples formas de organización y participación política: mareas ciudadanas, el 15M, Occupy, el movimiento 5 Stelle, Syriza, las CUP en Cataluña, partidos piratas, entre otras.
La batalla por otros espacios de construcción democrática. La cultura política de la democracia liberal desdeña los espacios de acción política fuera de los canales formales de la democracia representativa (parlamentos y partidos políticos). Considera que la democracia se resuelve “en las urnas” y no “desde una tienda de campaña” (José Bono) o que se ejerce “con votos y no con pancartas” (José Antonio Bermúdez de Castro). Las luchas por la demodiversidad redefinen y amplían los espacios de la política, abriendo un campo político popular y democrático de acción extrainstitucional que señala el agotamiento de la democracia de partidos y reclama nuevos esquemas participativos. No es casual que en la actualidad las luchas más promisorias por la demodiversidad se den al margen (y a menudo en contra) de los espacios institucionales de la democracia: en calles, plazas, escuelas, fábricas, redes sociales, etc.
La batalla por otras prácticas democráticas y de participación popular. Estas prácticas involucran altos niveles de politización; se producen con una intensidad y duración variables; visibilizan un conflicto, demanda o necesidad específica; y permiten pensar la democracia como una práctica social y una forma de vida cotidiana. Acampadas, asambleas populares, marchas indignadas, ocupaciones de lugares públicos, gritos mudos, desobediencias cívicas pacíficas, cercos al Congreso, performances artísticas, escraches, plebiscitos populares, entre otras iniciativas, dan cuenta de un vasto repertorio de formas de ejercicio del poder popular y ciudadano que desbordan los límites de una democracia insuficiente que no sólo no lo permite, sino que lo bloquea y a menudo lo criminaliza.
La batalla por formas de sociabilidad alternativas. Las luchas por la demodiversidad son portadoras de una cultura política en sentido amplio fundada en bases más igualitarias y participativas que se alejan de las formas de sociabilidad (individualismo, clasismo, consumismo, etc.) propias del mundo (neo)liberal y capitalista institucionalizado y globalizado.
La humanidad se ha instalado en un monocultura electoral capaz de destruir la pluralidad de formas democráticas para las cuales el sufragio individual no constituye el principio y el fin de la democracia. ¿Será el actual ciclo de luchas por la demodiversidad el germen de una nueva ola de democracia participativa que acabará con el dominio de esta monocultura?
Antoni Jesús Aguiló es filósofo político y profesor del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra
Fuente: http://www.diariodemallorca.es/opinion/2013/07/17/demodiversidad-luchas-democracias/860840.html


Que el legado de Mandela sirva para arrojar luz sobre las injusticias en Estados Unidos

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Democracy Now!


Mientras el mundo celebra esta semana los 95 años de Nelson Mandela, resulta oportuno reflexionar sobre su vida, dedicada a luchar por la igualdad de la población negra de Sudáfrica, que sufrió durante largos años la segregación racial impuesta por el régimen del apartheid. Mandela fue arrestado en 1962, un año antes de que Martin Luther King Jr. pronunciara su famoso discurso “Tengo un sueño” en Washington D.C. Tras haber pasado 27 años en prisión, Mandela fue liberado en 1990. Cuatro años más tarde se convertiría en el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente.
La increíble vida de Mandela debería servirnos para arrojar luz sobre las injusticias que ocurren a diario en Estados Unidos, en especial esta semana, tras la absolución de George Zimmerman por el asesinato del adolescente afroestadounidense Trayvon Martin, y mientras en la prisión militar estadounidense de Bahía de Guantánamo cientos de hombres continúan en huelga de hambre, tras permanecer detenidos allí sin acusación en su contra durante más de diez años.
Durante su reciente visita a Sudáfrica, el Presidente Barack Obama llevó a su familia a la Isla Robben, la tristemente célebre prisión de los tiempos del apartheid, cerca de la costa de Ciudad del Cabo. La primera dama Michelle Obama dijo acerca de la experiencia: “Fue increíble ver la celda de Mandela, una pequeña habitación de alrededor de dos metros de ancho donde pasó 18 de los 27 años que estuvo en prisión. Dormía en el piso en un colchón muy delgado, y cuando se estiraba para dormir por la noche los dedos de los pies tocaban una pared y la cabeza rozaba la otra. Sin embargo, a pesar de las terribles condiciones, Mandela y sus compañeros de prisión nunca perdieron la esperanza. Como Mandela dijo una vez: ’La prisión, lejos de quebrantar nuestra moral, nos hizo más fuertes para seguir en esta batalla hasta lograr la victoria`”.
El Presidente Obama firmó el libro de visitas de la Isla Robben, donde escribió lo siguiente: “En nombre de nuestra familia, es un gran honor para nosotros estar aquí donde hombres tan valientes sufrieron la injusticia y no se dieron por vencidos. El mundo agradece a los héroes de la Isla Robben, que nos recuerdan que no hay cadenas ni celdas que puedan más que la fuerza del espíritu humano”.
“Lamentablemente, no necesitamos que el Presidente nos aleccione, necesitamos un líder”, me dijo el Coronel Morris Davis. Davis es un Coronel retirado de la Fuerza Aérea que fue el principal fiscal militar en Bahía de Guantánamo hasta que renunció en 2007 por negarse a obtener declaraciones mediante la tortura. Davis agregó: “Cuando el Presidente Obama visitó Sudáfrica junto a su familia, llevó a Sasha y a Malia a visitar la celda. Salió en todos los medios que el Presidente y sus hijas habían visitado la prisión en la isla donde Mandela pasó 18 años preso. Y, al mismo tiempo, administra una prisión en una isla, en la Bahía de Guantánamo, Cuba, donde personas como Shaker Aamer y otros están detenidos. Y la mayoría de ellos tienen autorización para ser liberados o transferidos de allí. Y si bien no han llegado a pasar 18 años en prisión como Mandela, hay gente que ha estado allí durante once años y medio, y se les ha dicho que tienen autorización para regresar a sus hogares y, sin embargo, permanecen en prisión”.
Si bien las dos elecciones de Obama como Presidente hicieron que muchos declararan que estamos ante una era post-racial en Estados Unidos, el veredicto del juicio contra Zimmerman de la semana pasada demuestra que se trata de una falacia. Phillip Agnew es el director ejecutivo de Dream Defenders, una red de jóvenes negros y mestizos de Florida que lucha por la igualdad de derechos y el acceso igualitario a la educación. Tras el veredicto del juicio contra Zimmerman, Agnew me dijo: “Como país no queremos reconocer que en Estados Unidos aún existe un problema racial que genera las condiciones para que un hombre como George Zimmerman ande suelto, como está ahora, con una pistola, esperando matar a jóvenes de raza negra”.
Al enterarse de la absolución de Zimmerman, el grupo Dream Defenders se movilizó de inmediato. Se trasladaron a Tallahassee, la capital del estado de Florida, donde ocuparon la oficina del gobernador republicano Rick Scott. Quieren que Scott convoque una sesión legislativa extraordinaria para derogar la ley de legítima defensa denominada “Stand Your Ground” en Florida, que amplía el derecho de una personas de aplicar una fuerza mortal contra otra, en caso de un enfrentamiento. Prometieron continuar ocupando la oficina hasta que el gobernador responda a sus reclamos.
La abogada por los derechos civiles y escritora Michelle Alexander dijo en Democracy Now!: “Creo que está claro que George Zimmerman no solo mató a un joven inocente, sino que además Trayvon Martin estaría hoy con vida si hubiera sido blanco. Si hubiera sido blanco, Zimmeran nunca lo hubiera perseguido, no hubiera habido pelea, ni juicio ni veredicto, ni cadáver. Y mientras reflexionamos sobre lo que significa el fallo para nuestra democracia y para nuestro presente en términos raciales, creo que debemos tomar distancia y pensar en la mentalidad de Zimmerman, la mentalidad de un tipo que considera que un adolescente que camina por su barrio llevando un paquete de dulces y té helado representa una amenaza. Es una mentalidad que considera que los hombres y adolescentes de raza negra son un problema eterno con el que debemos lidiar. Esta mentalidad ha contaminado a nuestro sistema judicial, a nuestras escuelas, a nuestros políticos de modos que han tenido consecuencias desastrosas, como la creación de un sistema penitenciario sin precedentes en la historia del mundo, que despoja a millones de personas de sus derechos humanos y civiles fundamentales una vez que han sido etiquetados como delincuentes o criminales. Es la mentalidad que considera que algunas personas, que están definidas en gran medida por su raza y clase, no merecen gozar de las protecciones básicas y que merecen un trato hostil impune”.
Mientras tanto, en California, miles de prisioneros están realizando la mayor huelga de hambre en la historia del estado. Sus demandas: poner fin al confinamiento solitario. Actualmente, en California hay más de 3.000 prisioneros detenidos en aislamiento total en unidades en las que no mantienen ningún tipo de contacto humano y donde no hay ventanas. Algunos de ellos permanecen detenidos en esas condiciones desde hace más de diez años.
Nelson Mandela dijo en una entrevista en 1993: “Nadie quiere ir a prisión, nadie quiere que lo arresten. Pero, al estar en prisión uno se libera del miedo al opresor. Cuando te has liberado del miedo al opresor, no pueden hacer nada. Una vez que has alcanzado ese estado, no te interesa realmente lo que te hagan. Eres libre”. De Sudáfrica a Florida, de la prisión de la Bahía de Pelícanos, en California, a la de Bahía de Guantánamo, hay personas valientes que están defendiendo sus ideales, luchando por la justicia. Es un homenaje muy adecuado al Presidente Mandela en su cumpleaños.
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2013/7/19/que_el_legado_de_mandela_sirva_para_arrojar_luz_sobre_las_injusticias_en_estados_unidos
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2013 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Un sueño de multinacionales que paguen impuestos

Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 20-07-2013

La Vanguardia


Si las multinacionales fueran iguales que tu y yo y tuvieran que pagar impuestos en los paises en los que realizan su verdadera actividad económica , ¿quien se beneficiaria y quien se vería perjudicado? Pues, Grecia por ejemplo, sería un ganador. Italia también. Alemania también. España probablemente. Los perdedores europeos serían Holanda, Luxemburgo, Irlanda , Suiza y algún otro centro offshore. Esto, segun los datos de un estudio preliminar sobre multinacionales estadounidenses bajo el sistema actual y un sistema unitario (se explica más adelante) de Alex Cobham del Center for Global Development y la Universidad de Londres. (Ver gráfico taxbase3333 )


El informe que la OCDE ha presentado hoy (viernes 19 de julio) en el G20 interministerial de Moscú, Action Plan on Base Erosion and Profit Shifting (BEPS), incluye una serie de medidas destinadas a combatir la erosión de la base tributaria en estados naciones provocada por la ingeniería fiscal de las corporaciones multinacionales y el desplazamiento de beneficios a filiales situadas en paraísos fiscales. Pero, según los expertos en contabilidad de Tax Justice Network en Londres, se debería adoptar un sistema unitario para que las multinacionales paguen sus impuestos en los países en los cuales, de verdad, realizan sus actividades económicas (ventas, beneficios etc.) y no en regímenes offshore y paraísos fiscales. Como se ve en el gráfico, un sistema tributario basada en la actividad económica real supondría enormes ventajas para países en apuros como Grecia (su base tributaria subiría el 150%, según un estudio preliminar) mientras que aniquilaría a países como Luxemburgo, Holanda, Irlanda, Suiza, que atraen a multinacionales con regímenes especiales que, según ya hasta la OCDE reconoce, constituye una nociva competencia desleal. Aunque Portugal seria un perdedor, bajo un sistema unitario de tributación de multinacionales estadounidenses, en general, saldría ganando la periferia dela zona euro. Mientras, países como Luxemburgo y Holanda, que han sido locuaces en sus criticas a los “despilfarradores países del sur” que “han vivido por encima de sus medios”, sufrirían una fuerte contracción de sus bases tributarias. Suiza también.

La OCDE identifica acertadamente el problema de desplazamiento de beneficios (profit shifting) que, en ocasiones anteriores, he intentado explicar, y en este también. En el resumen del informe publicado esta mañana (viernes) afirma: “Las normas internacionales y nacionales sobre impuestos deberían estar basadas en la renta y la actividad económica que las genera. Las reglas actuales de transferencia de precios (desplazamiento de beneficios) pueden en algunos casos, facilitar la separación de beneficios tributables de las actividades de creación de valor que dan lugar a estas rentas. El nuevo plan de acción (…) garantizará que los beneficios no puedan ser desplazados artificialmente mediante la trasferencia de intangibles (patentes, derechos de autor), riesgo o capital, desviándose desde los países en los que se crea el valor”, afirma en el informe.

Pero, no va ni mucho menos suficientemente lejos para combatir un problema que amenaza la solvencia de muchos estados naciones que arrastran enormes deudas públicas a la vez que genera competencia desleal pro parte de las grande corporaciones multinacionales frente a pymes y empresas nacionales que no pueden usar sistemas de ingeniera fiscal para evitar impuestos. “El plan de acción es una serie de parches individuales, son positivas como respuestas inmediatas a los enormes agujeros en el sistema tributario internacional”, explcia Sol Picciotto de la Universidad de Lancaster. “Pero es como tapar agujeros en un colador”, añade.

Es más, según Global Financial Integrity en Washington, otro grupo de expertos en el sistema de ingeniería fiscal mundial, la OCDE no ha hecho frente al problema de transparencia pese a las directrices del G8 de elaborar normas para obligar a las multinacionales a publicar datos sobre ventas, beneficios e impuestos pagados a escala nacional, la única manera de saber exactamente donde estas corporaciones globales pagan sus impuestos. esto se conoce como country by country reporting (país por país) y, aunque le parezca mentira, pocas mutlinacionales publican esta contabilidad básica en cada pais dejándonos en la oscuridad mas impenetrable respecto a cuantos impuestos deberían pagar en cada pais. “Como sabemos de las últimas investigaciones sobre el desplazamiento trasnacionales de beneficios de Apple, Starbucks Google etc., las corporaciones internacionales han inventado sistemas creativos para sacar los beneficios de los países en los que se han realizado para declararlos en paraísos fiscales”, dijo Tom Cardamone de GFI. Pero la OCDE no ha especificado la necesidad de normas de contabilidad country by country. Cardamome insta al G20 en Moscú este fin de semana a “avanzar los pasos dados en el G8 el mes pasado para exigir que las corporaciones multinacionales publiquen información país por país."

Pero la verdadera solución al escándaloso hecho de que las compañías más poderosas del mundo -en un momento de beneficios record pese a la crisis fiscal – apenas pagan impuestos es cambiar radicalmente el sistema de tributación en  el cual cada filial de una multinacional se considera una entidad independiente. Según los expertos de la Tax Justice Network a los que conocí en la conferencia celebrada en Londres este mes, lo que hace falta, en realidad, es un sistema unitario de tributación de las compañías transnacionales que asignaría a cada filial nacional una carga tributaria correspondiente a sus ventas, beneficios, plantilla y salarios en ese país.

¿Cómo afectaría un sistema unitario de este tipo a la base tributaria de los países de la OCDE? Pues , según el estudio de Cobham , lso grandes paises europeos serían beneficiarios netos de este sistema pese a que sus principales paraíso fiscales -Luxemburgo, Holanda, Irlanda, Suiza- perderían gran parte de su base tributaria. Alemania es el gran ganador. Con un sistema en el cual las multinacionales estadounidenses pagasen impuestos según su actividad económica real, la base tributaria alemana se multiplicaria por casi seis. Francia también es un gran beneficiario. Grecia, un estado insolvente y sometido a durísimas políticas de austeridad. Si las multinacionales estadounidenses que operan en Grecia pagasen sus impuestos según la actividad realzada en ese país, la base tributaria aumentaría más del 150%. En Italia -otro país en crisis de endeudamiento- la base subiría el 270%. Portugal y España verían un aumento del 100% aproximadamente, dice Cobham “Es un estudio muy preliminar pero se ve que los países grandes europeos salen ganando en el sistema unitario de tributación”, dijo Cobham. Más dinero, quizás ,apara aportar más a la crisis de la zona euro. España no se incluye en el estudio pero Cobham calcula que se vería ligeramente beneficiado por un sistema más justo.


http://blogs.lavanguardia.com/diario-itinerante/?p=2065

viernes, 19 de julio de 2013

Panamá El ministro que formó el “show norcoreano” tiene un pasado elocuente


Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 19-07-2013



El ministro de Seguridad de Panamá, José Raúl Mulino, que tanto intenta formar escándalo con un buque norcoreano transportando armas cubanas obsoletas, estudió en Estados Unidos, fue canciller bajo el régimen que instaló Washington después de la invasión y preside ahora a la reintroducción en el país de toda una red de bases militares norteamericanas para el dominio yanqui de la región.Según expertos, el Gobierno de Panamá fue avisado con mucha antelación de la llegada del Chong Chon Gang y del interés de los servicios norteamericanos de inteligencia de revisar su carga, bajo el pretexto multiuso del “narcotráfico”. Cumpliendo con las orientaciones de sus interlocutores norteamericanos, Mulino desencadenó la operación de intercepción, acompañandola del “cacerolazo”, garantizado por el mecanismo imperial de desinformación.
En entrevista con RT, el investigador francés Salim Lamrani fue el primero en expresar que el Gobierno de Panamá, “aliado de EEUU”, interceptó el barco norcoreano a petición de Washington. "No cabe la menor duda de que los servicios de inteligencia de EE.UU. avisaron a Panamá de que había un buque norcoreano”, dijo el experto.
Los archivos enseñan que Mulino estudió en Tulane University, New Orleans, USA, gracias a una beca que le otorgó el régimen militar que luego atacó en nombre de los “derechos humanos”, siendo uno de los que más ruidosamente reclamaban la invasión norteamericana.
La Universidad de Tulane es conocida por ser un criadero de agentes de la CIA y es un centro académico en el cual la agencia mantiene personal de reclutamiento. Peor aun: Tulane recibió durante años  apoyo financiero de la CIA y del Pentagono  para realizar investigaciones sobre el control de la mente.
Un poco de historia. El 20 de diciembre de 1989 el ejército de yanqui invadió Panamá en otra operación “humanitaria” que terminó en masacre. Los panameños se recuerdan como cientos de personas perecieron en el barrio popular de El Chorillo como consecuencia de salvajes bombardeos en los cuales más de 20.000 personas perdieron sus bienes y pertenencias.
Cuando EEUU instala, antes del final de la operación, un nuevo gobierno panameño, Mulino aparece entre los altos funcionarios del régimen títere, como vicecanciller. El juramento del gobierno se hace en la base militar norteamericana de Fuerte Clayton.
Mulino ocupará luego el sillón ministerial de este gobierno que abolirá el ejército nacional a pesar de la oposición de la populación.
PISANDO LOS TRATADOS TORRIJOS-CARTER
Pasaron los años. El viernes 31 de diciembre de 1999, gracias a los tratados Torrijos-Carter, sale el último soldado estadounidense de territorio panameño y se termina oficialmente la existencia de unas 14 bases y sitios de defensa estadounidenses que ocupaban parte del territorio nacional.
Hay que recordarse que el general Torrijos, presidente histórico del país del istmo, había logrado obligar a los Estados Unidos a clausurar la infame Escuela de las Américas, academia militar donde se enseñaba el uso de la tortura y las técnicas de la “guerra sucia” y donde se graduaban todos los dictadores de Latinoamérica.
A pesar de esto, un nuevo tratado firmado con EEUU y dirigido por Mulino sugiere un retorno a la presencia militar estadounidense en suelos y mares panameños.
El acuerdo levanta duras críticas pues planea permitir que EEUU vigile libremente las aguas del Caribe y el Atlántico, lo que le permitiría un control absoluto de los movimientos de barcos, en lugar de realizar lo mismo a través de intermediarios.
“Hay una actitud de ponerse de rodillas del gobierno de Martinelli con los norteamericanos para entregar parte de nuestro territorio”, denunció el sindicalista Saúl Méndez.
“Este es un problema grave porque es un gran retroceso a la lucha histórica que el pueblo panameño realizó por años (…) la expulsión de la presencia norteamericana a través de sus bases en el país”, añadió Méndez que pertenece a un movimiento obrero para el cual Mulino expresa públicamente su odio y desprecio.
Mulino fue quién implicó Panamá en el conflicto armado de Colombia autorizando al la policía de fronteras a participar en operaciones conjuntas con el ejército colombiano.
Se sospecha que Mulino es detrás de la actuación en Panamá del Mossad, al permitir la presencia en Panamá de empresas de seguridad conformadas por la inteligencia israelí.
Hibrido, Mulino es a la vez miembro de la Asociación Panameña de Derecho Marítimo y de la American Society of Internacional Law.
Mientras esperaba en el muelle la llegada del Chong Chon Gang, Mulino por cierto no dedicó un solo segundo para reflexionar sobre un caso judicial que engavetó febrilmente a su llegada en el ministerio.
Se trata del expediente de Luis Posada Carriles, agente norteamericano condenado en Panamá y indultado ilegalmente por la presidenta Mireya Moscoso.
La liberación del secuestrador, torturador y asesino, Posada fue realizada de forma oculta por el gobierno proyanqui de Mireya Moscoso. La operación, realizada clandestinamente en contacto directo con la embajada norteamericana, fue luego denunciada por ilegal. La administración panameña siguiente planeó pedir la extradición de Posada a EEUU que le da asilo.
La llegada de Mulino puso fin a estas intenciones que molestaban al norte. El ministro tiene otras prioridades asignadas que la extradición del terrorista más peligroso del continente.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Los torturadores norteamericanos de Irak son alumnos de los franceses en Argelia

Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 18-11-2004

Entrevista a Henri Alleg, periodista político torturado en Argelia y autor del célebre libro "La question"




Desde 1950, Henri Alleg [Francia, 1921] trabaja como director del mítico periódico Alger Républicain, una de las principales voces de prensa que en Argelia apoyaban la lucha del pueblo por su independencia de Francia. Este periódico llega a ser el de mayor circulación en todo el norte de África (vendía hasta 1965 entre 80.000 y 100.000 ejemplares, mientras el periódico del Frente de Liberación Nacional (FLN) Ech Chaab [El Pueblo] sólo llegaba a 15.000).
En septiembre de 1955 Alger Républicain es clausurado por las autoridades coloniales. En noviembre de 1956 Henri Alleg, militante del Partido Comunista Argelino, pasa a la clandestinidad. Había sido dictada una orden de arresto contra él. El 12 de junio de 1957 es capturado por los paracaidistas franceses del general Massu, temible cuerpo militar de los colonialistas. Es salvajemente torturado en El Biar, campo de tortura en las afueras de Argel. Henri resiste a los métodos más salvajes, incluso a la “tortura científica” del pentotal. Luego es trasladado al campo de concentración de Lodi. Desde este campo, Henri Alleg hace llegar a Francia sus denuncias sobre las torturas a las que fue sometido. Lo escribe a fines de 1957 y, casi hoja por hoja, las va sacando clandestinamente desde la cárcel hasta que se publica en París en marzo de 1958.
Su alegato, apoyado por Jean-Paul Sartre y Gabriel Marcel —entre otros importantes intelectuales que firman un manifiesto de repercusión mundial—, conmueve a la sociedad francesa. Se conoce con el título de La question. Jean-Paul Sartre le escribe el prólogo, donde el filósofo traza un paralelo de la tortura francesa en Argelia con las torturas nazis de la GESTAPO.
La “question” era el nombre que le daban a la tortura los paracaidistas franceses, magistralmente retratados en la película La batalla de Argel del director Pontecorvo. Entre los métodos que ellos utilizaron también estaban el arrojar prisioneros vivos (con los pies en cemento) desde los helicópteros y la desaparición de personas. Lo mismo que se utilizó años después en Vietnam y en la mayor parte de América Latina.
El libro La question [publicado en Argentina con el título La tortura. Buenos Aires, Editorial El Yunque, agosto de 1974], ha sido traducido a numerosos idiomas. Ha dado origen incluso a películas documentales y de ficción. Entre otros films, el director Jean-Pierre Lledo ha filmado en Le rêve algérien [El sueño argelino, 2003, Francia, Bélgica y Argelia] el regreso de Henri Alleg a Argelia, el encuentro con sus antiguos compañeros de militancia, de periodismo y de prisión, y la visita al lugar donde fue torturado.
Breve, pero contundente, La question constituye sin duda uno de los libros más importantes de la literatura política mundial. Puede compararse con Reportaje al pie de la horca de Julius Fucik, ese otro gran revolucionario torturado que combatió contra el nazismo. En ambos casos, como en muchísimos testimonios de sobrevivientes a la tortura militar en Argentina, Chile, Brasil, Perú, Guatemala, Vietnam, Palestina o Irak, el relato está exento de ribetes melodramáticos. Simplemente se ponen palabras y se narra aquello innombrable: la bestialidad inaudita a la que puede llegar el ser humano cuando forma parte del engranaje represor del capitalismo, el colonialismo y el imperialismo. No sólo en el bando nazi, como muestran las películas de Hollywood... sino también en lo que durante demasiado tiempo se conoció como “Mundo libre” u “Occidente cristiano”. Entre los torturadores nazis de la GESTAPO, los torturadores franceses en Argelia, los torturadores norteamericanos en Vietnam e Irak y los torturadores argentinos de la ESMA [Escuela Superior de Mecánica de la Armada] no hay diferencia alguna. Una misma degradación humana —producto del capitalismo y su dominación social—, compartida por “maestros” europeos y “alumnos” americanos, los envuelve a todos en la misma mugre e inmundicia.
Durante los últimos tiempos, en notable coincidencia con las torturas norteamericanas en las prisiones de Irak, Francia sufre una nueva conmoción. El general Paul Aussaresses, el coronel Bernard y otros genocidas franceses de la guerra colonial salieron a la luz pública a reivindicar los métodos de la tortura en Argelia. La justicia burguesa les inicia causas judiciales. ¡Pero no por lo que hicieron sino por la apología verbal de la violencia!. Su crimen no es, a los ojos de la burguesía francesa, haber torturado y asesinado a cientos de miles de argelinos... sino decirlo en público. Henri Alleg salió a contestarles. Su voz expresa el punto de vista de las víctimas, de todos los torturados y torturadas que a pesar de la barbarie que padecieron han mantenido en alto los mejores valores de la especie humana. Especialmente la dignidad, aquella que jamás tuvieron sus torturadores.
Cuando en La question se toma noticia de las tremendas torturas a las que fue sometido Henri Alleg y cómo él logró resistir y sobrevivir, los lectores se imaginan que el autor debe ser un hombre altísimo y con cuerpo de atleta olímpico. No obstante, al conocerlo, sucede algo análogo a lo que le ocurrió a Gramsci. Sus compañeros de prisión cuentan que cuando Gramsci llegó a la cárcel fascista, nadie le creía. Le preguntaron su nombre. Él respondió: “Soy Antonio Gramsci”. Ellos le contestaron: “Usted no puede ser Gramsci. Es demasiado pequeño. Antonio Gramsci tiene que ser un gigante”. Casi las mismas palabras pueden repetirse para el caso de Henri Alleg.
Al conversar con él aflora al primer plano la nobleza, la coherencia y el humanismo de aquello que el Che Guevara sintetizó con palabras inequívocas como “los sueños honestos de los comunistas del mundo”. Del comunismo entendido, no sólo como un proyecto político de revolución mundial, sino también como una nueva ética y una nueva manera de vivir según los principios. Exactamente lo contrario de la doble moral, el doble discurso y el cinismo de aquellos señores, jerárquicos, elitistas y alejados del pueblo, que durante tanto tiempo mancharon la bandera roja de la revolución con el triste gris de la burocracia, la geopolítica y la mediocridad, mientras hoy se adaptan al capitalismo sin pena ni gloria.
Henri Alleg es hoy una de las grandes figuras, ya legendarias, de la lucha revolucionaria mundial. Su obra periodística y ensayística es prolífica. Además de La question, escribió: Prisioneros de Guerra (1961); Cuba victoriosa (1963), Étoile Rouge et Croissant Vert: L’Orient Soviétique (1983); S.O.S. América (1985); La URSS y los judíos (1989); Requiem por el Tío Sam (1991); El siglo del Dragón (1994); Le Grand Bond en Arrière (1997) y Retour sur «La Question» (2001). Además, fue coautor de La gran aventura de Argel Républicain (1987) y dirigió la redacción de la obra en tres volúmenes sobre La guerra de Argelia (1981).
Con 83 años y más de medio siglo de militancia en la espalda, Henri Alleg sigue desparramando optimismo y esperanza. A pesar de lo que sufrió y de los siete años de su vida que pasó en prisión (entre Argelia y Francia), se ríe con ganas, cuenta anécdotas y hasta hace chistes mientras relata las cosas más horrendas que hicieron los militares colonialistas en Argelia. Aunque constituye una personalidad histórica, este experimentado escritor y periodista político no abandona nunca la sencillez. Sigue siendo, después de tantos años y tantas peripecias, un humilde militante de nuestra causa, la revolución socialista mundial.
(En esta entrevista también participó el compañero Luciano Álzaga, a quien mucho le agradecemos)
P: Las fotografías de las torturas realizadas por los norteamericanos en Abu Ghraib a los prisioneros de Irak recorrieron el mundo. No es la primera vez. Otro escándalo similar ocurre en la base estadounidense de Guantánamo. ¿Los torturadores franceses de Argelia fueron maestros de los torturadores norteamericanos?
Henri Alleg: Los colonialistas franceses han sido verdaderamente profesores de tortura tanto en América Latina como en África del sur. Allí fueron reclutados con el acuerdo de las autoridades francesas para servir de “maestros” en la represión, particularmente en los interrogatorios de tortura. Efectivamente, lo que sucede en Irak es una versión de lo que había sucedido en Argelia y en otros países, no sólo en aquellos donde se desarrollaba una guerra sino también en todos los que estaban bajo dominación colonial. Evidentemente, durante las guerras coloniales, tanto en Vietnam como en Argelia, los torturadores franceses han sido los profesores de interrogatorios y tortura de los oficiales norteamericanos. Esta enseñanza la realizaron en los mismos Estados Unidos, particularmente en Fort Bragg, así como también en América Latina. Recientemente, en el periódico francés Le Monde, se ha hablado de la participación de oficiales franceses en el Plan Cóndor implementado por las dictaduras militares del cono sur latinoamericano. Estos antiguos oficiales franceses habían actuado en la guerra de Argelia. Participaron del Plan Cóndor con la bendición y autorización, naturalmente, del gobierno francés.
P: Tanto en las torturas de los oficiales franceses como en las de los norteamericanos se repite el caso de la violación y las humillaciones sexuales...
Henri Alleg: Exacto. Un caso particular y peculiar de la tortura tiene que ver con las humillaciones de carácter sexual. Durante la guerra de Argelia nunca uno ha hablado de eso. A tal punto que ni yo ni mis compañeros habíamos hablado de las violaciones sexuales. Los oficiales franceses, los militares colonialistas, nunca habían hablado de eso. Del lado argelino también había un silencio total a partir de la cultura de tradición islámica. Por eso los argelinos se mantuvieron en silencio en relación con esto. En la tradición argelina, y árabe más en general, se piensa que una mujer violada está humillada y ensuciada. No solamente ella, como persona individual, sino que se piensa que toda la familia está humillada. Una de estas mujeres argelinas, amiga mía, fue violada. Tiene ahora 72 años. Me ha dicho que cuando ella cayó en prisión —tenía entonces 17 años— y le contó a su madre que también estaba en prisión el hecho de la violación, su propia madre le replicó que no le cuente a nadie más que había sido violada. Ni al padre, ni a los hermanos ni a nadie. Nadie de la familia ni de fuera de la familia. ¿Qué podía pasar? Pues que la niña fuera echada de la familia y así podría perder absolutamente todo. Ese fue el caso de todas o casi todas las prisioneras argelinas en poder de los colonialistas franceses.
Muy recientemente, hubo mujeres de más de 70 años con un coraje magnífico que han revelado que ellas fueron violadas. Un oficial colonialista del ejército francés ha revelado en el periódico Le Monde que todas las mujeres capturadas y hecho prisioneras por los militares franceses, a escala de un 90% (noventa por ciento), fueron sistemáticamente violadas.
P: En la retórica imperialista de George W.Bush y en los grandes monopolios de la comunicación que lo defienden suele repetirse hasta el cansancio la palabra “terrorista” para designar a cualquier disidente radical. Ni siquiera en la campaña presidencial de EEUU por la reelección dejó de pronunciarse ese término. En su opinión ¿quiénes son hoy en día los terroristas?
Henri Alleg: Sobre este tema yo pienso que hay que hacer una diferenciación clara al interior del conjunto de personas que utilizan la acción violenta. Los que se levantan para luchar por la liberación de un país con los medios pobres y las pocas armas que cuentan no son lo mismo que los que tienen todo el poder militar del mundo. Ya en tiempos de los alemanes, durante la segunda guerra mundial, los nazis caracterizaron invariablemente a sus opositores como “terroristas”. Pero todos aquellos que combaten a los nazis no son “terroristas”, son combatientes por la libertad.
Un ejemplo interesante sobre este problema es el siguiente. En Argelia existía un dirigente nacionalista argelino que es un héroe de la guerra anticolonialista. Él fue asesinado por los militares en su celda de la prisión. Como tantas otras veces, su asesinato fue hecho pasar por “suicidio”. Se trata de Ben M'hidi. El oficial francés que dirigió su ejecución le había dicho a este héroe de la resistencia: “Usted es un terrorista. Usted pone bombas a través de las canastas que llevan las mujeres de Argelia”. Él le respondió al oficial francés: “Si ustedes me dan sus aviones bombarderos y el NAPALM yo les doy mis canastas...”.
Entonces, lo que ellos —los poderosos— denominan “terrorismo” es frecuentemente el último medio de un pueblo para resistir. ¡Los auténticos terroristas son ellos, los militares colonialistas!
Ahora bien, ciertas acciones que algunas veces no son controladas pueden no ser positivas, como por ejemplo hacer explotar bombas en cualquier lugar. Cuando mueren civiles en estas acciones no pensadas, la acción es claramente negativa. Los dirigentes políticos de una acción de resistencia no pueden promover ni admitir estas acciones. Esa fue, precisamente, la posición de los comunistas argelinos, quienes rechazaban estas acciones.
P: El general Acdel Vilas, uno de los genocidas argentinos que en la provincia de Tucumán estuvo a cargo del “Operativo Independencia” dirigido a aniquilar el frente rural del Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP), escribió un libro de campaña que en su momento no fue publicado. Vilas dice en ese texto que sus maestros en contra-insurgencia fueron militares franceses. Cita expresamente el libro Subversión y revolución del coronel Roger Trinquier. [Acdel Edgardo Vilas: Diario de campaña. Tucumán: De enero a diciembre 1975. S/editorial, s/fecha]. La misma información que brinda Vilas es formulada por otro conocido genocida argentino, el general Osiris Villegas [Temas para leer y meditar. Bs.As., Theoría, 1993]. Más recientemente, vuelve a aparecer esa confirmación, ahora por boca del general Alcides López Aufranc, en un documental de la periodista francesa Marie-Monique Robin titulado “Escuadrones de la muerte. La escuela francesa” [Les escadrons de la mort: L’école francaise, 2003], estrenado hace muy poco tiempo en Argentina. Dado que usted opina que la decisión de exportar esta doctrina, sus métodos de tortura y sus especialistas en interrogatorios, fue una decisión de Estado, ¿quiénes fueron concretamente los responsables en Francia?
Henri Alleg: Quisiera hacer una aclaración previa. Yo creo que la tortura no comienza con la guerra. Siempre, antes de la guerra, en nuestro periódico Alger Républicain [Argel republicana] mucha gente que fue arrestada por la policía, ya sean nacionalistas o comunistas, todos fueron torturados. En Vietnam pasó lo mismo. Cuando en Argelia hablamos de eso, de la tortura, nuestro periódico fue intervenido y cerrado. El compañero que en nuestro periódico escribió sobre la tortura fue arrestado y condenado a prisión. Su nombre es Khalfa Woualem. Por denunciar y escribir sobre la tortura fue condenado a dos años de prisión.
Entonces, la tortura es un arma del colonialismo aún antes de que comience la insurrección. Hasta que comienza la guerra, en el tiempo previo, la tortura tiene una dimensión artesanal. Durante la guerra colonial o contrarrevolucionaria la tortura adquiere una dimensión industrial.
Esta situación de no respeto de los derechos humanos, antes y durante la guerra, que fue promovida a escala industrial durante la guerra, ha sido el hecho común de todos los gobiernos de Francia. Tanto del gobierno socialista de Guy Mollet, como los gobiernos de derecha que sucedieron a los socialistas, así como también el gobierno del general De Gaulle. Incluso un gobierno que se ha llamado “de izquierda” ha cubierto y ha mantenido el silencio, ha dado su aprobación a todas estas acciones de tortura y a su exportación a América Latina. No se puede hacer una diferencia muy clara entre los que han dirigido la guerra de Argelia, sean de “izquierda” o de derecha. Sin ninguna duda, ¡todos fueron responsables!
P: En el relato de La question usted describe el método represivo de la desaparición de los prisioneros argelinos a manos de los militares franceses. Más tarde, ese método se exportó y aplicó masivamente en Argentina. También en Chile, en Guatemala, en Perú y otros países de América Latina. ¿Cuándo es la primera vez que se aplica la técnica represiva de la desaparición? ¿Es en Argelia? ¿Quizás en Indochina?
Henri Alleg: Yo no creo que en Indochina la desaparición haya sido muy nombrada ni que haya habido muchos casos de desapariciones. Pero en Argelia sí ya son decenas de miles las personas que han desaparecido. Por ejemplo, una cosa muy interesante es la siguiente. En Argel, la capital de Argelia, se encontraba el secretario general de la Policía que se llama Paul Teitgen. Este funcionario, antes de ir a Argelia, había sido un militante de la resistencia en la época de la guerra contra Alemania. Él había sido arrestado y torturado por los nazis. Había sido deportado al campo de concentración de Buchenwald. Años más tarde, fue enviado a Argelia. Cuando llega, él no conoce nada de ese país. Yo lo conozco a él personalmente. Él era un hombre, como quien dice, “no político”. Su tarea no era hacer política. Era un patriota francés, un antifascista. Cuando él llega a Argelia su rol consistía en aplicar el reglamento en lo que concierne a los arrestos. Es decir que cuando una persona era arrestada por la policía o por los paracaidistas existía el deber de señalar, de informar los nombres, las condiciones del arresto, etc. Antes de que transcurriera un mes, existía la obligación de informar lo que había sucedido con el prisionero. O la persona había sido liberada —algo muy raro, por cierto—, o había sido deportada a un campo o había permanecido en la cárcel. Después de tres meses, o dos meses y medio, solamente por la ciudad de Argel, Teitgen corroboró que dentro del grupo de personas hechas prisioneras... ¡faltaban 3.026 nombres!. Entonces él preguntó: “Pues bien, ¿qué pasó? Me dan una explicación”. No hubo explicación... Teitgen comprendió que estos desaparecidos habían sido ejecutados. Muchos fueron abatidos, ejecutados y fusilados, bajo el pretexto de “una tentativa de fuga”. Dentro de esta cifra existían tales tentativas de fuga, pero esos casos fueron contabilizados como muertos. Los 3.026 desaparecidos corresponden, no a toda la guerra de Argelia ni a todo el país, sino tan sólo al período de dos meses y medio y sólo a la ciudad de Argel. Teitgen entregó su renuncia y dijo, muy valientemente, lo siguiente: “Yo no puedo admitir la tortura, no puedo admitir lo mismo que nos hicieron a mí y a nuestro pueblo los torturadores de la GESTAPO nazi”. Él renunció.
P: En la guerra de Argelia fueron asesinados casi un millón de argelinos. ¿Existían campos de concentración como en Argentina o a los prisioneros los mataban directamente?
Henri Alleg: Existían campos de concentración. En ellos estuvieron prisioneras —en total— alrededor de 30.000 personas. Había varios tipos de campos de concentración. Había algunos, por ejemplo, campos muy duros, destinados a quienes fueron hecho prisioneros con armas en la mano. Eran los campos PAM (prisioneros con armas en la mano). Allí había muertos, torturados, desaparecidos. Pero también había otros tipos de campos, un segundo ejemplo, donde la tortura también se practicó. Existía también un tercer tipo de campos. Aquellos que funcionaban como “vitrinas”, preparados para recibir las comisiones, para mostrar que “los prisioneros comen y duermen bien”, “no gritan”, etc. Yo estuve en El Biar, uno de los sitios “duros” de represión y tortura, y luego estuve un mes en el campo Lodi, un campo “vitrina”, porque en mi caso existió una presión internacional tremenda. Pero incluso en los campos “vitrina” los paracaidistas fueron autorizados a ingresar y a tomar cualquier tipo de prisioneros, torturarlos, si su nombre había aparecido en algún lugar. No existieron muchos campos “vitrina”.
P: ¿Existieron pueblos y aldeas que hayan funcionado como campos?
Henri Alleg: Hubo pueblos enteros cerrados, exactamente como en Vietnam, porque se consideró que el pueblo entero participaba de la lucha. No era exactamente un campo porque había desplazamiento de población. A los habitantes de estos pueblos, quienes en su totalidad eran hecho prisioneros, los desplazaban hacia otros pueblos. En esos pueblos existía la prohibición para todo el mundo de salir del lugar donde estaban prisioneros. En algunos casos existieron regiones enteras consideradas como “zonas prohibidas”. En el norte de Argelia una tercera parte del territorio fue considerado “zona prohibida”. Los militares franceses han tenido el derecho de ingresar al pueblo y disparar contra cualquier persona que se mueva sin dar ninguna explicación. Hubo un general que declaró que estas “zonas prohibidas” fueron muy buenas, excelentes, porque “todo lo que se mueve allí adentro es malo”.
P: ¿Cuál era el objetivo de la tortura? ¿Qué perseguían los militares colonialistas, los paracaidistas franceses, con el método de la tortura y la desaparición?
Henri Alleg: Durante aquellos años, en Argelia se desarrolla una guerra popular. Esto quiere decir que no hay muchas unidades combatientes con uniforme. El enemigo, para los paracaidistas franceses, son los patriotas. El enemigo, en consecuencia, es todo el mundo. Por eso ellos, los militares franceses, han tenido muy poca información —en el sentido policial del término “información”— sobre el enemigo, es decir, sobre los patriotas. ¿Qué hacen entonces los militares? Pues van de noche a un barrio donde hay patriotas, en el caso de Argelia ese barrio es árabe, y entonces toman prisioneros al azar. Capturan 100 ó 150 personas, tanto hombres como mujeres. Lo hacen de noche. La gente está semidesnuda. Y llevan a todos a una casa de tortura que tiene varios pisos. Allí empiezan a golpear a cada persona. Dan golpes, golpes y más golpes. Inmediatamente después de la tortura a un prisionero traen a otro. Uno detrás del otro. Entonces, en este caso, los militares torturan sin saber nada. No es como torturar a un militante. Los militares llegaron a una buena conclusión: la inmensa mayoría de la población había sido conquistada por las ideas de la insurrección, por el proyecto revolucionario de los patriotas. ¿Cómo hacer si ellos, los militares, no saben nada y todo el mundo apoya la insurrección?. Entonces empiezan diciendo al prisionero o prisionera: “Tú no haces nada. Pero seguro que tú aportas dinero”. Golpes, golpes y más golpes. Y continúan: “¿A quién le das la plata? Dinos quien está encima tuyo”. El objetivo de la tortura es reconstruir el organigrama de los revolucionarios. Entonces, luego de la tortura, ellos toman al prisionero o la prisionera y encapuchados los llevan al barrio. Allí le dicen: “Denuncia a la persona a quien tú le entregas el dinero”. Una vez que logran capturar a la persona que recolecta el dinero, lo llevan y lo torturan. Le dicen: “Tú eres alguien sin importancia. Tú haces pocas cosas”. Entonces lo golpean y lo vuelven a golpear. Luego le preguntan: “¿A quién entregas tú el dinero que recolectas?”. Así van reconstruyendo hasta llegar al recolector más importante del barrio. Entonces lo torturan hasta dar directamente con el Frente de Liberación Nacional, el FLN, es decir, con la organización de la lucha armada. Así fue el proceso. El primer objetivo, entonces, de la tortura era obtener información para reconstruir el organigrama, subiendo la cadena hasta alcanzar a los mandos guerrilleros. El segundo objetivo era implantar el terror. Repito: ¡los auténticos terroristas son ellos, los militares! En las épocas de guerra popular todo el mundo sabe que si caes prisionero seguro que te torturan. Y si te torturan tú puedes morir. Eso lo sabía todo el mundo. Realmente el terror estaba implementado para ser disuasivo.
P: ¿Esa tortura generalizada no provocó, en el caso de Argelia, el efecto contrario?
Henri Alleg: Exactamente, se logró lo contrario. Aquel que estaba indeciso, que no estaba convencido de ingresar en la lucha armada, cuando los militares colonialistas asesinan a su hermano o a su padre, entonces sí toma la decisión y entra, ingresa en la organización y asume la lucha armada. Por los mismos métodos militares de represión y tortura se terminó alimentando y fortalecido a las fuerzas de liberación.
P: ¿Qué rol jugaron los marxistas en la lucha anticolonialista de Argelia? ¿Ese papel fue la continuidad de la resistencia antinazi?
Henri Alleg: En primer lugar hay que aclarar que la resistencia antinazi en Argelia no tuvo la fuerza que había tenido en Francia. Porque allí no había fuerzas de ocupación alemanas o italianas en el propio territorio argelino. Solamente había comisiones alemanas o italianas al servicio del gobierno fantoche de Vichy. En Argelia hubo comunistas de origen europeo y fueron cazados. Cuando yo era joven, ya militaba en la juventud comunista. En aquellos años había tratado de hacer propaganda. Pero nunca existió el grado de resistencia como en Francia. Por ejemplo, no hubo nunca ataques contra trenes o contra soldados alemanes.
En cuanto a los nacionalistas que ingresaron en la lucha por la independencia de Argelia, el movimiento nacional fue muy vacilante. Hubo gente buena, bienintencionada y honesta contra el colonialismo francés. Pero esta gente no entendió, realmente, que la lucha contra el nazismo y a favor de la resistencia francesa fue también su propia lucha. Es decir que muchos pensaron que los enemigos son los franceses y los alemanes son los enemigos de los franceses. Tuvieron la idea de que los alemanes no son nuestros amigos pero tampoco nuestros enemigos. Hubo otros nacionalistas como Ahmed Messali Hadj quien rechazó caminar con los alemanes y con el gobierno de Vichy. Este tipo de nacionalista expresó: “No quiero que se diga que soy un fascista”.
En segundo lugar, en cuanto al papel de los comunistas en Argelia, conviene recordar que su población era muy variada, muy heterogénea, bastante plural. Había musulmanes, europeos, judíos, etc. La orientación del Partido Comunista era que no importa el origen étnico o la religión de la que se proviene, lo importante es que todos y todas pueden contribuir a hacer una Argelia pluralista, donde cada uno pueda vivir bien y sin problemas, independientemente de su origen. Los comunistas afirmábamos que sólo con una Argelia libre, independiente del colonialismo, era posible que ese sueño se pudiera concretar. Todas las restricciones coloniales eran terribles en Argelia. No solamente la tortura, también el analfabetismo, el desempleo, fueron liquidados junto con el colonialismo. La idea era que ese cambio tenía que conducir a una Argelia libre y no convertir ese país en una provincia francesa.
P: ¿Los marxistas participaron de la lucha armada en Argelia?
Henri Alleg: Los marxistas, los comunistas, entraron y formaron parte de la lucha armada desde que tuvieron la oportunidad y la posibilidad porque la situación fue muy diferente de un lugar al otro. Por ejemplo, en el Este de Argelia, donde el Partido Comunista ha tenido fuerza, la lucha de liberación armada empezó muy temprano. Los comunistas estuvieron en esa lucha desde el primer día. Pero hubo muchos otros lugares donde hubo un retardo en comenzar. En consecuencia la lucha en estos lugares ha adoptado una forma más pacífica. Pero los colonialistas franceses liquidaron rápidamente estas diferencias regionales. Después de dos años y medio todo el país de Argelia pasó a estar igual y a participar igualmente en la lucha armada.
P: ¿Cómo era la relación entre los dirigentes nacionalistas de Argelia y los comunistas?
Henri Alleg: Una de las cosas que durante mucho tiempo no se habló y que recién han comenzado a discutirse en los últimos tiempos es la actitud de algunos dirigentes nacionalistas del FLN —no todos— que eran anticomunistas y muy sectarios con respecto a los compañeros comunistas. Por ejemplo, había algunos compañeros miembros del comité central del PC, uno de ellos fue un formidable y magnífico combatiente, muy famoso, que se había formado en las Brigadas Internacionales en España y tenía muchas acciones de guerra en su haber, y cuando él y otro compañero arribaron al maqui, en las montañas de Argelia, fueron ejecutados. Los dos fueron ejecutados por los dirigentes nacionalistas del FLN porque no quisieron firmar un papel diciendo que “los comunistas son traidores, los comunistas no son verdaderos argelinos”. Los nacionalistas quisieron obligarlos diciéndoles: “O firman o los matamos”. Ellos dos respondieron que no querían firmar eso contra el Partido Comunista y entonces fueron degollados por los nacionalistas. Les cortaron la garganta. Estos dirigentes nacionalistas del FLN, muy sectarios, tenían políticamente miedo del desarrollo de la influencia del Partido Comunista durante la lucha.
P: Usted conoció personalmente al Che Guevara. ¿Cómo fueron esos encuentros y en qué circunstancias se produjeron?
Henri Alleg: El Che Guevara había viajado a Argel. Allí lo conocí. Si no me acuerdo mal fue en 1963. Él se quedó bastante tiempo, varias semanas. Argel, en esos días, se convirtió en una especie de punto de encuentro de todos los países y representantes de movimientos africanos que combatían por la independencia. Por eso era un lugar de pasaje, donde se buscaba informaciones. Era lógico que Ernesto Guevara se quedara un tiempo allí. Al Che le debe haber interesado esto porque estaba pensando y buscando en qué parte de África se podía crear un buen maqui antiimperialista, es decir, un buen lugar donde comenzar la lucha armada. En esta época mucha gente visitó Argelia. Por ejemplo, Carlos Bellibello, un famoso economista y analista político de Angola, cuando nos encontramos hace un par de días nos dimos un gran abrazo y él me dijo, después de tantos años: “Henri, nosotros nos habíamos visto en Argelia...”. Efectivamente, él había estado en nuestro periódico. Lo mismo sucedió con Agostinho Neto y también con compañeros de África del sur. Todos los que resistían pasaban por Argel. Es en este contexto en que yo lo encontré al Che Guevara. Nos vimos varias veces. La primera vez lo vi junto con un periodista argelino en el hotel. Otra vez lo encontré en la embajada de Cuba en Argel. Lo vi una tercera vez, pero no me acuerdo ahora donde fue, y la cuarta vez el Che vino a la redacción de nuestro periódico. Yo tengo varias fotografías con él en la redacción del periódico Argel Republicana. Recuerdo que cuando nos encontramos y conversamos con el Che, nosotros hablamos con él con mucha simpatía. Lo mismo le sucedió a muchos jóvenes que trabajaban conmigo en el consejo de redacción del periódico. Ellos y yo teníamos una gran simpatía personal por el Che Guevara.
P: ¿Cómo veía el Che Guevara lo que sucedía entonces en Argelia?
Henri Alleg: Este era un período muy complicado para los compañeros extranjeros que estaban en Argelia porque ellos estaban realmente sorprendidos ante la actitud de los dirigentes del FLN, quienes expresaban que: “¡Cuba es magnífica!”. El Che, obviamente, veía esto con gran simpatía. No es casual que él pronunciara su famoso discurso de Argel en aquel lugar. Pero el Che Guevara no dejaba de tener sus propias opiniones. Algunas aseveraciones y puntos de vista ideológicos de los dirigentes del FLN estaban en contradicción con el pensamiento marxista del Che. Algunos de ellos, por ejemplo Ahmed Ben Bella —quien era nacionalista—, decían a propósito de los campesinos que “La única clase revolucionaria en Argelia está constituida por el campesinado”. En cambio, no opinaba lo mismo de los obreros y trabajadores. Ben Bella decía que había que poner atención para no caer en el “peligro del obrerismo”. Estas eran ideas de Frantz Fanon, quien había sugerido que la clase obrera del norte era “enfant chérie du colonialisme” (niño querido del colonialismo), es decir, que eran funcionales al colonialismo. Evidentemente esto no concordaba con lo que pensaba el Che Guevara, quien compartía y había formulado una vieja concepción leninista según la cual el campesino no ve más lejos que el acto de posesión de un pedacito de tierra.
P: ¿Cuál fue el papel de la mujer en la lucha anticolonialista en Argelia?
Henri Alleg: La situación de las mujeres en Argelia hacía que la idea de que las mujeres tomaran las armas y entraran en la lucha armada parecía imposible. Nadie podía pensar algo así. Pero en la tradición de la lucha anticolonialista de Argelia, durante el siglo XIX, existieron mujeres que empuñaron los fusiles contra los colonialistas franceses. Más tarde, en el siglo XX, durante la guerra de liberación anticolonial, estos tabúes ancestrales que pesaban contra las mujeres cayeron. Por ejemplo, se necesitaban enfermeras. Además, hubo pocas pero existieron mujeres con una educación que fueron a la escuela e incluso entraron en acción en los combates. Ellas jugaron un rol activo en el combate contra los colonialistas. Mujeres que desempeñaron un importante papel en las acciones armadas en la ciudad. Yo las he conocido. Hubo necesidad de acciones dentro de las ciudades, acciones de inteligencia. Además fue necesario cargar las bombas en las canastas de las mujeres. Para comprender la acción de las mujeres este aspecto es quizás es más espectacular, pero no es el fundamental. Hay otros más importantes. Los hombres fueron arrestados y encerrados en campos de concentración y en prisiones. Estaban bajo un control mucho más duro que las mujeres. Entonces, en varios casos, las mujeres tuvieron que tomar el lugar de los hombres: en el trabajo, con los niños, para salir de la casa, etc. Muchos hombres no querían que las mujeres salieran. Ellos hubieran preferido que las mujeres se quedaran en la casa... ¡Pero si el hombre no está, sí o sí es la mujer la que tiene que salir! Por ejemplo, me acuerdo de una anécdota. Una vez yo estaba en la misma celda en la cárcel con un compañero comunista, un líder sindical muy conocido, muy amado, pero que tenía costumbres musulmanas. Un día hubo una visita para él en la cárcel. Luego de ir a la visita este compañero regresa a la celda y yo le digo: “Tú has visto un fantasma. ¿Qué te sucede?”. Estaba blanco. Entonces él me dice: “Fue mi mujer”. Para él era algo increíble que su mujer haya ido sola... ¡a la administración colonial!..., ¡al comisario de policía!..., para pedir... ¡a los franceses!... el permiso para encontrar a su esposo. Para él fue una sorpresa. No sólo ella se había hecho cargo de la casa sino que además hizo todo lo necesario en la administración colonial francesa para encontrarlo y verlo a él, para encontrar a su esposo prisionero. Ese fue el caso para muchos otros. Esto se repitió, sin duda, durante la lucha anticolonialista.
P: ¿Qué sucedió después de la independencia de Argelia con la situación de las mujeres?
Henri Alleg: Una vez que se logra la independencia del dominio colonial se creyó que todo lo que se había conquistado durante la guerra de liberación respecto de la emancipación de la mujer se podría conservar. Pero inmediatamente después se retomó el control por parte de las fuerzas reaccionarias. Una anécdota al respecto es la siguiente. El edificio de nuestro periódico, Argel Republicana, tenía un balconcito. Justo enfrente del nuestro había otro balconcito que pertenecía al ministerio de la agricultura. El 8 de marzo de 1963 en Argel hubo una manifestación inmensa de mujeres reclamando por sus propios derechos, así como también por la independencia, la lucha de liberación del pueblo argelino, etc. Era una manifestación de mujeres con velo y de mujeres sin velo. Todas mezcladas. También con los tradicionales gritos árabes. Yo estaba en el balcón del periódico junto con otros compañeros comunistas, jovencitos, mirando esta manifestación de mujeres. Los compañeros veían movilizarse a sus mujeres, a sus madres, a sus hermanas, etc. Estos compañeros jóvenes, comunistas, estaban con mucho entusiasmo. Tenían una alegría tremenda. Pero enfrente nuestro, en el otro balconcito donde estaban los funcionarios del ministerio de agricultura, ellos tenían un rostro absolutamente descontento. Miraban todo eso como algo feo, como algo malo. ¡Ellas habían ido tres kilómetros adelante de sus maridos y esposos! Tres días después me encontré con una amiga, ella no era comunista, pero había participado de esta manifestación. Pues bien, resulta que ella había sido convocada a la comisaría de policía y allí le dijeron: “Te hemos visto gritando «¡los maridos a la cocina!». Lo que hicieron estos policías era algo estúpido, pero expresa algo...
P: ¿Qué es lo que expresa?
Henri Alleg: Yo creo que los hombres reaccionarios, después de la independencia, pararon el movimiento. Sobre todo existe un código de la familia que ha mantenido las cosas como antes, incluso las cosas más estúpidas. En particular, por ejemplo, aquello de que las mujeres que quieren un pasaporte no pueden obtenerlo sin el acuerdo del marido, del padre o del hermano varón. Si ella se quiere separar y divorciarse del esposo, sucede lo mismo. Para la herencia económica ocurre algo análogo: si existe un hijo varón tiene el derecho, si hay una hija mujer no tiene el derecho. Eso fue muy criticado. En Argelia hay muchas mujeres progresistas, por supuesto, hay mujeres diputadas, hay mujeres ministras, pero el fondo reaccionario no cambió, no fue liquidado por la independencia. Continúa la autoridad masculina, incluso peor que en las sociedad de Túnez o Marruecos. Las mujeres se vieron muy frustradas porque se produjo este movimiento hacia adelante y luego hubo un retroceso, una reacción.
P: ¿Qué sucede con la relación de los argelinos religiosos con los no religiosos, en particular con los marxistas?
Henri Alleg: Pienso que eso no era contradictorio. Por un lado existía la voluntad de los dirigentes del FLN, de aquellos más sectarios que han llevado el movimiento hacia la reacción, y por otro lado, pero al mismo tiempo, se encontraban las ideas de las masas populares que han tenido varias ideas preconcebidas (entre otras el machismo). Pero de manera general, si se toma colmo referencia la orientación general del movimiento nucleado en torno al FLN, allí nunca se han tenido ideas islámicas cerradas e intolerantes, que llamaran a matar a los no musulmanes. Nunca pasó eso. Al contrario. Los más sencillos y humildes de la población han tenido una grandísima tolerancia religiosa. De manera más general, eso ha predominado en la tradición de Argelia. Sin idealización. Nunca hubo en Argelia progroms contra los judíos. Por ejemplo, el gran líder Abd el-Kader, el gran líder contra la colonización francesa, ha tenido un ministro de relaciones exteriores judío. ¡Fue en 1830!. En Europa, por esa misma época, no sucedía eso...
P: Dado que usted es marxista, ¿cómo vivió el tema de la religión?
Henri Alleg: A pesar de lo que sucedió después en Argelia con las masacres islámicas, intolerantes y completamente reaccionarias, hay algunas anécdotas que lo ejemplifican bien claro. Por ejemplo, recuerdo una que sucedió en otra prisión —distinta a la que mencioné antes—. En esta cárcel había 100 ó 120 campesinos, todos encerrados en el mismo pabellón carcelario. Dentro de ellos había unos 10 europeos. Los diez eran comunistas. Los prisioneros árabes argelinos estaban muy sorprendidos de ver europeos en el grupo de prisioneros. Se sorprendieron porque eran campesinos. En las ciudades era un poquito diferente, había una mezcla de árabes con europeos, pero en el campo no. En las ciudades, aunque los argelinos tuvieran ideas un poquito racistas, sabían perfectamente que los europeos podían luchar junto con ellos. Pero los campesinos no lo sabían. Entonces en la cárcel los campesinos argelinos preguntaron: “Pero ¿quiénes son ellos? ¿Quiénes son estos europeos?”. Estaban totalmente sofocados al ver a europeos que, como ellos, también sufrían la prisión. ¡No lo podían creer!. Entonces un día, uno de los viejos campesinos argelinos que estaba en esta prisión, pidió un traductor entre los presos para traducir en perfecto árabe y en perfecto francés lo que él quería expresar. ¿Y qué comunicó este campesino argelino? Pues les dijo a los comunistas que, a pesar de ser europeos, estaban prisioneros como él, lo siguiente: “¡Ustedes, crean o no crean en Dios, lo quieran o no, van a ir al Paraíso y van a ir adelante nuestro! ¡Sí, ustedes van a ir al Paraíso antes que nosotros!”. [grandes risas de Henri Alleg]. Esto fue una clara muestra de tolerancia y de simpatía con la lucha de sus compañeros, los comunistas.
P: ¿Cómo fue que aquella tolerancia dio paso al fanatismo religioso?
Henri Alleg: Sí, realmente hay una diferencia dramática entre aquella época y lo que sucedió muchos años después, cuando en Argelia aumentó la intolerancia, se produjeron masacres, y hubo matanzas de monjes religiosos. Antes nadie los había tocado, pero en la guerra reciente terminaron degollados, con la garganta cortada. Esto fue un golpe tremendo para los propios argelinos. Ellos mismos, los argelinos, dijeron: “Estos asesinos están ensuciando nuestra cultura y nuestras tradiciones”.
P: Tanto en la actual guerra de Irak como antes en la de Argelia, las potencias colonialistas utilizan como pretexto el fantasma del Islam como sinónimo de fundamentalismo. ¿Cuándo surge el fundamentalismo en Argelia?
Henri Alleg: El fundamentalismo musulmán apareció en Argelia en 1992, hace poco más de una década. No tiene entonces nada que ver con el desarrollo del proceso durante treinta años después de la independencia de Argelia como algunos han querido hacer creer. ¿Cómo explicar esta ola actual del fundamentalismo y sobre todo esta integración de jóvenes que han dado su vida por el fundamentalismo? La primera, la más importante razón, es la situación económica y política del país que ha creado las condiciones para el desarrollo del fundamentalismo islámico. La lucha por la independencia provocó un entusiasmo general, una esperanza tremenda. En Argelia la cuestión de las clases sociales fue una cuestión sencilla. Existían los muy pero muy ricos, que eran todos europeos con algunos feudales aliados de los europeos, y del otro lado, la inmensa mayoría de los argelinos con diferencias de clase que eran mínimas entre ellos. La aspiración a la liberación nacional significó también la aspiración a la emancipación social. Se quería cambiar las cosas, crear una Argelia nueva: ¡una Argelia socialista!. La palabra “socialista” apareció de una manera espontánea en la boca de todo el mundo en esos años. ¡El proyecto era de una Argelia socialista!. Todo el mundo hablaba de una Argelia socialista. Pero el movimiento fue dirigido por una pequeña burguesía que poco a poco se fue enriqueciendo hasta llegar a ser millonarios. Todo eso provocó una decepción inmensa de los más pobres, sobre todo de los jóvenes. Los que más sufrieron fueron ellos, los jóvenes. Actualmente, y desde los años ’90, el desempleo alcanza una cifra que oscila entre el 30 y el 40 % de los jóvenes. En el interior de Argelia, en el campo, el desempleo alcanza el 60%. Existe una voluntad de fugarse y salir de esta situación. Además, existe un hecho social en Argelia. Si a un jovencito le gusta una chica, no pueden vivir juntos. Eso no existe en esta sociedad. Porque tiene que dar plata al padre, buscar una vivienda y todo eso. Como estas condiciones no existen, los jóvenes tienen un stress muy fuerte. Incluso los jóvenes no pueden tener mujeres. Eso genera un gran malestar. En octubre de 1988 hubo una manifestación en Argel, la capital de Argelia, en una fecha de cambio. Era el tiempo del dirigente Chadli Bendjedid quien ha dado la orden de tirar sobre la manifestación. Hubo en ese momento —esto está confirmado— al menos 500 muertos en Argel. La mayoría fueron jóvenes. La manifestación no tenía grandes objetivos políticos, ni reivindicaciones muy delimitadas. Querían pan, querían trabajo y hubo una masacre. Eso tuvo una repercusión tremenda en Argel y en todo el país. Precisamente a partir de este hecho los islamistas han empezado a prosperar y desarrollarse con una lógica de argumentación muy sencilla: “El socialismo ha sido quebrado, es una porquería. Luego, si la opción no es el socialismo, tiene que ser el liberalismo. ¿Qué nos ha dado el liberalismo? Pues nada. Ahora lo tienes enfrente de ti. Han matado a los jóvenes, los han fusilado. Entonces el problema viene de la gente que dirige Argelia, que imita el Occidente y lo adopta como modelo. Nos hacen olvidar que somos musulmanes. La única solución es abandonar todas estas ideas y concentrarse sobre el regreso al Islam...”. Esa es la lógica que permite comprender lo que está pasando en Argelia.
P: ¿Los fundamentalistas islámicos se han desarrollado en forma aislada o cuentan con apoyo externo?
Henri Alleg: Existió este terreno de frustración, de reprobación, de disgusto con respecto al poder político, y toda esta situación ha facilitado el trabajo de los islamistas y el desarrollo del islamismo. Pero al mismo tiempo los islamistas han contado con apoyos, especialmente fuera de Argelia. Algo interesante a destacar es que en Argelia hubo muchos extranjeros, representantes de empresas o cooperantes y hubo franceses, italianos y yugoslavos asesinados. Gente de muchas nacionalidades. Lo sorprendente es que nunca hubo un solo norteamericano asesinado... En Inglaterra los ingleses han dado, paulatinamente, la autorización a los islámicos (por ejemplo para abrir oficinas), quienes anteriormente estaban prohibidos en ese país, así como también habían estado prohibidos en Argelia. Uno de estos grupos ha sido el Frente Islámico de Salvación (FIS). Incluso, hasta en los mismos Estados Unidos hubo una oficina legalizada de los islámicos. El Departamento de Estado norteamericano ha tenido una posición bastante proclive respecto a ellos. No fue un apoyo sistemático en todos los lugares pero sí los han apoyado en función de sus propios intereses. Por ejemplo, el rey de Marruecos ha combatido a los islámicos mientras Estados Unidos los apoyaba. Al principio, en Turquía, el gobierno turco combatió a los islámicos y los EEUU los han apoyado. En el caso de Argelia ha habido un apoyo de los norteamericanos a los islámicos porque el gobierno de EEUU no tenía confianza en la estabilidad y la fiabilidad del poder político argelino. ¡Hay muchos indicios de que el Departamento de Estado ha apoyado a los islámicos!. Dentro de los primeros que cometieron atentados del FIS (Frente Islámico de Salvación), por ejemplo horribles masacres de mujeres embarazadas que estaban con niños y otras cosas horrendas del mismo estilo, se encuentran individuos que provenían de Afganistán, donde antes habían trabajado al servicio de quienes los habían reclutado: los norteamericanos. La CIA los había reclutado en la lucha contra los soviéticos. Luego de la lucha con los soviéticos, fueron exportados por la CIA desde Afganistán a Argelia. En Argelia la gente los llamaba simplemente “los afganos”.
P: A partir de la experiencia política que usted aprendió a lo largo de tantos años de lucha por la revolución, ¿qué le gustaría decirle a los jóvenes que hoy comienzan a participar en la resistencia contra el capitalismo y el imperialismo?
Henri Alleg: Pienso y creo que de toda esta experiencia se podrían extraer al menos dos “lecciones”, por llamarlas de algún modo. Para los jóvenes pero también para lo no tan jóvenes. En primer lugar, no creer que todo lo que fue ganado se ganó para siempre. Esa es una gran lección, de alcance muy general. Desde el principio de mi militancia, desde el momento en que empecé a luchar contra el fascismo, para mí fue algo obvio que el fascismo sería derrotado. Era evidente que los países que en ese momento fueron ocupados por los alemanes, por el nazismo, serían liberados. Para mí era algo obvio que la Unión Soviética saldría victoriosa, que nuevas fuerzas se agruparían junto a ella, que el comunismo ganaría terreno. Y eso sucedió, efectivamente, un poco después. En Francia, al momento de la liberación, una tercera parte del Parlamento llegó a ser comunista. Había ministros comunistas en el gobierno. El “espíritu de esta época” indicaba que no pasarían muchos años para que Francia se volviera un país socialista. A propósito de esto, recuerdo una anécdota. Una discusión con E. F., secretario del PCF, miembro de la dirección del periódico L'Humanité. Él tenia 10 años mas que yo. Era un hombre muy simpático. Al final de una sesión de la Escuela del Partido, le pregunté: “¿Cuánto tiempo tendremos que esperar para que Francia sea un país socialista?”. Él me contestó: “Escucha, eres joven, eres impaciente, no creo que eso vaya a ocurrir muy rápidamente. No creo que Francia sea socialista antes de 10 años...”. ¡Eso fue hace 40 años! La segunda lección es que jamás hay que desanimarse ni descorazonarse. La vida es corta, pero todo impulsa a los seres humanos a combatir por su liberación, a luchar por un futuro mejor. Yo creo en nuestra victoria. La mayoría de los pueblos del mundo se convencerá de que no hay otra vía para lograr esta liberación y este futuro mejor que la del socialismo. Eso es lo que quisiera decir a los jóvenes, pero también a los no tan jóvenes.