sábado, 1 de febrero de 2014

Entrevista a Luis Martín-Cabrera sobre la vida político-cultural norteamericana (I)


“No hay relato más totalizante, cerrado y autoritario que el del libremercado y su confusión de la libertad en general con la libertad de comprarlo y venderlo todo.”



Estudiante de doctorado en el departamento de castellano de la Universidad de Yale, militante del sindicato de estudiantes de doctorado GESO, Luis Martín-Cabrera no pudo permanecer en Yale por su actividad sindical y por sus afinidades marxistas. Tuvo que finalizar su tesis en la Universidad de Michigan, donde, por supuesto, siguió siendo militante del sindicato de estudiantes, GEO, y del de profesores contratados, LEO.
Actualmente es profesor del departamento de Literatura la Universidad de California, San Diego, uno de los pocos focos de marxismo vivo en el país de H. Zinn. Como él mismo suele señalar, L. Martín-Cabrera tiene el inmenso privilegio de que allí, donde ahora trabaja, le hayan precedido pensadores y activistas como Herbert Marcuse, Carlos Blanco Aguinaga o Angela Davis. Mejor atalaya para su visión crítica, insumisa y libre no es concebible.
***
En el ámbito de la crítica literaria, de los estudios culturales, ¿cómo podemos definir o acotar el concepto de postmodernismo?
Es una pregunta muy difícil de contestar en una entrevista como esta, pero si tuviera que partir de algún sitio partiría de la lectura y la recepción de un libro de Jean Francois Lyotard: La condición postmoderna.
De acuerdo, un excelente inicio.
Lyotard fue profesor del Departamento de Francés de la Universidad de Emory, en Atlanta, y desde ahí ejerció una importancia decisiva en los departamentos de literatura de todo el país y por extensión de otras partes. La tesis central del libro de Lyotard es que la modernidad, como expresión de la organización de cierta racionalidad capitalista surgida de la Ilustración, tendía a producir grandes relatos cerrados y totalizantes. Las grandes ideologías del siglo XX, el comunismo y el fascismo, serían en este sentido intentos de explicar el mundo en su totalidad a partir de grandes narrativas donde ninguna pieza quedaría fuera del mapa del conocimiento. Desde este prisma conceptual, por ejemplo, se tendía a criticar que Marx tratara de explicar la “totalidad” de las relaciones sociales dentro del capitalismo sin entender que el capitalismo nunca puede capturar completamente las relaciones sociales de ninguna sociedad (por ese lado han ido, por ejemplo, Negri Y Hardt y su reflexión sobre el procomún o el trabajo inmaterial) o explicar la emancipación únicamente como resultado de una visión escatológica de la historia cuyo fin teleológico es la marcha del proletariado hacia la superación del capitalismo.
No te quiero interrumpir pero más tarde te pregunto sobre esto que acabas de señalar.
Y aquí es donde empiezan los primeros escamoteos teóricos y la fusión de un cierto pensamiento francés con las ideologías del final de la historia y el final de las ideologías en la academia norteamericana. Se puede estar o no de acuerdo con Lyotard en su crítica a los relatos emancipatorios de la Ilustración, pero lo que no se puede hacer, como de hecho sucedía en los años noventa, es sacar al liberalismo de los grandes relatos emancipatorios de la modernidad, porque de ese modo lo que sucedía es que se deconstruían sistemáticamente las supuestas fallas del marxismo y del fascismo y quedaban intactas la estructura del capitalismo y de la ideología liberal que lo justifica y lo naturaliza. Todo esto además se mezclaba con el auge y el prestigio de la teoría de los totalitarismos de Hannah Arendt que lo mismo servía para desarmar la violencia genocida de Pinochet que para decretar el final del comunismo en Cuba.
Por eso, en los años noventa, cuando era estudiante de doctorado en lugares como Emory, Yale o Michigan, no me cansaba de preguntar ¿Por qué decimos postmodernidad, postmarxismo, postestructuralismo y, sin embargo, no decimos postliberalismo sino neoliberalismo?
Excelente pregunta. Magnífica.
En el lenguaje estaba la trampa, porque no hay relato más totalizante, cerrado y autoritario que el del libremercado y su confusión de la libertad en general con la libertad de comprarlo y venderlo todo. Si hay un metarrelato cerrado y totalizante es el de las ficciones del capitalismo y, sin embargo, de esto se hablaba más bien poco.
Ahora bien, esta ruptura epistemológica de los grandes relatos emancipatorios de la modernidad sí permitió que se vieran algunas cosas que quedaban subsumidas o eran menos visibles bajo la categoría marxista de proletariado y la noción concomitante de “lucha de clases” como, por ejemplo, las narrativas de mujeres, la literatura gay y queer, los relatos de sujetos racializados o las formas de opresión y violencia que surgían por fuera del estado en la escuela o la prisión. La trampa otra vez fue pensar que la noción de clase quedaba obsoleta y no entender que la cuestión era y es abordar la interrelación entre distintos modos de opresión que, de todas maneras, se originan con y por el modo de producción capitalista y los proyectos coloniales que lo alimentan.
En este sentido quién mejor entendió este legado de la postmodernidad es el Subcomandante Marcos.
  ¿De verdad lo dices?
De verdad lo digo. En toda su producción discursiva se puede leer el choque productivo entre el Marxismo y las epistemologías de los pueblos indígenas de Chiapas. El sujeto de la historia ya no es el proletariado en las crónicas de Marcos, sino que son todos los excluidos del sistema neoliberal, los de abajo frente a los de arriba: los indígenas, las mujeres, los homosexuales, los estudiantes, los pobres, los trabajadores, las trabajadoras… La máscara fue una manera de hacer visible la invisibilidad de todos los excluidos y de dar cuenta de una multiplicidad heterogénea de relatos, pero que, lejos de disolverse en el final de las ideologías o de la historia, eran una manera de recomenzar la lucha contra el capitalismo y el imperialismo dando cuenta de ciertas complejidades. En este sentido, Marcos podría ser considerado un guerrillero postmoderno, pero por esto más que por usar una computadora.
Dos peguntas en una a raíz de esta última respuesta. ¿Nos explicas qué es eso de Negri Y Hardt y su reflexión sobre el procomún o el trabajo inmaterial? Una cuestión más. Has hablado de Arendt y Los orígenes del totalitarismo. ¿Por qué crees que su filosofía ha tenido la enorme influencia que ha tenido y sigue teniendo en Estados Unidos? ¿Nunca ha estado afectada por el caso Heidegger?
Sobre Negri y Hardt, lo que ellos proponen son dos cosas: que el Capital nunca puede someter del todo al trabajo, que siempre hay energía creativa (el trabajo dionisiaco) que se escapa al aparato de captura del Capital y que ésta tendencia se ha exacerbado durante el postfordistmo. Esto es así, según Negri y Hardt, porque la forma de trabajo en el postfordismo es fundamentalmente inmaterial y afectiva. Negri y Hardt no dicen que haya desaparecido el trabajo material en el Tercer Mundo, sino más bien que el trabajo inmaterial es hoy la forma cualitativamente hegemónica de trabajo. Según ellos el Capital es cada vez menos capaz de controlar el proceso de producción y las llamadas “externalidades positivas”, lo “común” aparece como ese territorio de producción inmaterial (i.e. la gente que escribe entradas de Wikipedia) que cada vez crecerá más y acabará por sepultar al capitalismo en sus propias contradicciones.
Múltiples problemas con todo esto. Tengo una critica más elaborada en este ensayo: "The Potentiality of the Commons: A Materialist Critique of Cognitive Capitalism from the Cyberbracer@s to the "Ley Sinde" (se puede descargar aquí http://humctr.ucsd.edu/mobilecommons/suggested-readings/ ), pero básicamente yo estoy mucho más de acuerdo con la perspectiva feminista de Silvia Federicci, porque es mucho más consciente de que ese trabajo afectivo, material e inmaterial lo hacen las mujeres, en general, y las mujeres de Sur Global, en particular. El otro ángulo de mi crítica lo fundamento en el trabajo de compañeras ecologistas como Yayo Herrero, que nos han mostrado la absoluta dependencia que tenemos de los procesos de producción material y de la extracción de recursos limitados para general un crecimiento exponencialmente ilimitado y que nos condena a cierto Apocalipsis ecológico. Negri y Hardt participan de esta fantasía del trabajo inmaterial y el crecimiento ilimitado. Como me decía Constantino Bértolo una vez, es como si creyeran que las sardinas se meten solas en la lata, o como si no nos diéramos cuenta que para hacer trabajo inmaterial delante de una computadora hace falta extraer toneladas de materiales y de trabajo esclavo en las fábricas de Foxcom de China o de cualquier otra periferia de los centros de modernización.
Además como el capitalismo se va a terminar solo exacerbando sus contradicciones, no hace falta militar ni luchar, solo esperar a que el Capital deje de dominar las externalidades positivas y surja lo común. Es voluntarismo teórico de academia; de las barricadas y de lo que cuesta levantar resistencias, saben poco, yo creo.
En cuanto Arendt No, no la salpica nada de Heidegger, por lo que te decía, su teoría de los totalitarismos es extremadamente útil, es como la teoría de los dos demonios en Argentina o España, está el demonio de derechas (Hitler) y el demonio de izquierdas (Stalin) y el capitalismo beatífico en el medio de árbitro. Claro que Arendt es más complicada y que el capítulo sobre gente sin estado, por ejemplo, ofrece cosas interesantes, pero así es como se lee y, por eso, yo creo que el libro de Losurdo sobre Stalin…

El que editó en España la editorial de El Viejo Topo…
Exacto. Aunque no este de acuerdo con todo, es importante porque ha venido a remover un poco las aguas estancadas de la teoría del totalitarismo.
  Cojo el hilo de nuevo. ¿Tiene importancia esta corriente, esta enorme tendencia filosófico-cultural en los departamentos de estudios culturales de las universidades norteamericanas?
No creo que nadie se identifique en este momento con el pensamiento postmoderno en los departamentos de humanidades de las universidades norteamericanas. En las tres grandes conferencias de literatura a las que he asistido con cierta regularidad en los últimos años –el MLA (Modern Language Association), LASA (Latin American Association) y ACLA (Association of Comparative Literatures)— no recuerdo el título de ninguna conferencia que hiciera referencia siquiera tangencialmente al debate sobre la postmodernidad. Esto es así en parte porque el pensamiento postmoderno quedó circunscrito a los años noventa y en parte porque la postmodernidad en la academia ha engendrado corrientes teóricas muy disímiles entre sí .
¿Nos das cuenta de ellas?
A grandes rasgos podríamos decir que de la postmodernidad ha engendrado una escuela de pensamiento postestructuralista muy vinculada en los años ochenta al debate sobre la muerte del sujeto y a la deconstrucción como práctica de lectura. Esta corriente surge en Yale de la mano de Paul de Man que es quien introduce el pensamiento de Derrida y otros pensadores franceses en los departamentos de literatura . El libro On deconstruction de Jonathan Culler, un profesor de la Universidad de Cornell, resume bien esta tendencia. La segunda corriente sería el pensamiento postcolonial cuyos tres máximos exponentes serían Homi Babha, Gayatry Spivak y Edward Said. A partir de una canibalización de la teoría francesa –Foucault en el caso de Said, Derrida en el de Spivak y Bhabha— estos intelectuales del tercer mundo cuestionan desde el privilegio de la academia norteamericana el occidentalismo tácito que permea tanto la historiografía como el estudio de la literatura y de la cultura. Y finalmente, habría una tercera tendencia que tendría que ver con los estudios de género y sexualidad. A la sombra de la ruptura de las grandes narrativas que mencionábamos antes y a partir de la lectura crítica que hacen de Foucault y del psicoanálisis lacaniano surgen toda una serie de estudios que complejizan el feminismo de primera y segunda ola y los modos en que éstos reproducen cierta matriz heteropatriarcal blanca o para decirlo de manera más simple los modos en que invisibilizan las palpables diferencias entre una mujer blanca burguesa y una mujer afroamericana pobre y lesbiana. Sin duda los dos libros más emblemáticos de esta tendencia sería Gender Troubled de Judith Butler y Borderlands/la frontera de Gloria Anzaldúa.
Habría que decir también que a la sombra de estos debates quedan, por ejemplo, la cuestión del testimonio como género en América Latina (por ejemplo, la inclusión o no de Rigoberta Menchú en los planes de estudio y las discusiones que generó en Stanford) o los estudios críticos de raza y los Estudios Chicanos que por su propia trayectoria histórica no aceptaron nunca la muerte del sujeto que preconizaba el pensamiento postmoderno en todas las versiones arriba mencionadas.
En cualquier caso, si alguien se acercara ahora a algún departamento de literatura y preguntará por el pensamiento postmoderno probablemente haría que la gente se encogiera de hombros y dijera “ahh sí de eso discutíamos en los años noventa, pero ahora ya no estamos en eso”, porque una de las cosas que genera la academia norteamericana es una producción incesante de mercancías teóricas que devienen obsoletas con mucha rapidez. Esto es evidentemente un problema, pero tampoco sirve ponerse anti-intelectuales y no leer teoría, porque todos estos debates abren importantes espacios de pensamiento crítico y proporcionan herramientas válidas para la liberación colectiva .
Babha, Gayatry Spivak y Edward Said, decías, han cuestionado el occidentalismo tácito que permea tanto la historiografía como el estudio de la literatura y de la cultura. ¿No hay aquí una generalización excesiva? Pienso por ejemplo en Thompson o en Hobsbawm. ¿También ellos están permeados por el occidentalismo?
No, pero no decimos que no haya gente dentro de Occidente que cuestione el occidentalismo como los autores que citas. De hecho, Babha, Spivak y Said se apoyan en toda la cultura Occidental para leerla contra sí misma, son intelectuales del tercer mundo en la metrópolis y enganchan críticamente desde esa posición excéntrica con toda la cultura occidental.
Es verdad que, muchas veces, yo tengo discusiones fuertes con nuestros colegas y compañeros de Estudios Étnicos porque encuentro que transforman Occidente en un todo homogéneo sin matices en el que, por ejemplo, la clase obrera inglesa también aparece como igualmente responsable y beneficiaría del colonialismo británico en la India. Una cosa es que en Europa todos nos hayamos beneficiado de la acumulación primitiva de los imperios y otra que todos lo hayamos hecho igual, eso es cortar grueso también.
Puedes también encontrar a intelectuales como Ramón Grosfogel del grupo de Estudios Decoloniales de Berkeley que te van a decir que Marx era un hombre blanco europeo heterosexual y por lo tanto es parte del pensamiento colonial y opresor. No estoy de acuerdo, aunque sí que es verdad que Marx era alemán y escribió desde Europa y eso impone ciertas limitaciones.

En cuanto a Butler, a la que antes te referías, Martha Nussbaum , por ejemplo, ha escrito muy críticamente sobre su filosofía, su lenguaje y su estilo argumentativo.
No conozco mucho la obra de Nussbaum, pero sí tengo claro que está dentro de la matriz de pensamiento académico liberal y Butler no. Butler, por ejemplo, se ha posicionado muy claramente en contra del Estado de Israel o a favor de los trabajadores precarios de Berkeley, Nussbaum enseña en la Universidad de Chicago, enseñó en Harvard, le han dado el premio Príncipe de Asturias, etc.
Además las criticas al estilo son perezosas, hablemos del contenido. ¿Qué tiene Nussbaum que decir a la crítica de Butler del feminismo de primera y segunda ola y a los modos en los que la categoría “mujer” opacan la experiencia de muchas mujeres incluidas las transexuales? ¿Cómo resuelve eso el pensamiento liberal progresista que defiende Nussbaum y que sigue excluyendo de la ciudadanía a millones de personas que no participan de los privilegios de heteronormatividad?
No sé responderte a esa pregunta, aunque no afirmo que no tenga respuesta. En todo caso, si me permites el comentario, también Edward Said fue premiado en su día con el Príncipe de Asturias y no por ello consideramos su pensamiento funcional al sistema.
Tienes razón, esa crítica que le hago a Nussbaum es ad hominem o mejor dicho ad mulierem, y esas críticas siempre son débiles. Mira, lo que sucede es que no la he leído bien ni en profundidad, porque no se puede leer todo (lamentablemente) y, con ella, simplemente sospecho por sus intervenciones que todo el tiempo se trata de circunscribir el feminismo y los debates de género a una matriz de pensamiento liberal sobre la que yo tengo muchísimas dudas. Igual te respondí desde el prejuicio que es lo que yo critico en esta entrevista que otros hacen con Foucaul, así que te reconozco humildemente que tienes razón y que tendría que leer más y mejor a Nussbaum.
Mil gracias por estas últimas palabras. Te pegunto ahora sobre Foucault. ¿Te parece?
De acuerdo, cuando quieras.
Notas:
[1] http://www.nytimes.com/2004/10/10/obituaries/10derrida.html?pagewanted=1&_r=0
Salvador López Arnal es nieto del cenetista asesinado en mayo de 1939 –delito: “rebelión militar”-: José Arnal Cerezuela.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons

Ucrania, el punto de no retorno





Una vez, ya hace tiempo, trabajando con turistas, teníamos que organizar un vuelo a una isla en el Pacífico. Los pilotos explicaron que para obtener permiso para el despegue, primero hay que tener la confirmación del aterrizaje exitoso del avión que salió antes, ya que en caso de cualquier accidente en la pista, un segundo avión rumbo a la isla simplemente no tendrá donde aterrizar, ya que pasando el punto de no retorno, por la distancia y reserva de combustible, este avión no tendría opciones. Me acuerdo que me impresionó este concepto del punto de no retorno, que escuché por primera vez. También me pregunté si es aplicable este término para la historia de las sociedades. Después de los últimos acontecimientos en mi país, Ucrania, me acordé de es o y me hice la misma pregunta.
Después del trágico y fulminante derrumbe de la Unión Soviética, Ucrania, su segunda república después de Rusia, por nivel de desarrollo y número de población, entró en el turbulento periodo de su historia independiente. A pesar de un sin número de problemas económicos y políticos, a diferencia de sus vecinos, Ucrania se mantuvo este cuarto de siglo con una envidiable paz social y mis compatriotas me repitieron varias veces ese narcisista y seductor mito de “lo pacífico” del “carácter nacional” de los pueblos de Ucrania, tan diferente de los otros, donde están desde los bosnios hasta los chechenos, capaces de tanta barbarie.
A partir de mediados de enero del presente año, nadie más creerá en este cuento. Se derramó sangre. Desde la liberación de Kiev de la ocupación nazi en 1944 la capital ucraniana no vio este tipo de escenas. Los principales medios del mundo mostraron Kiev en llamas, miles de manifestantes, policías, armas, banderas y otros elementos noticiosos, como siempre casi sin contexto, adormeciendo al espectador con su eterno cuento de la lucha del bien contra el mal y de la democracia contra el totalitarismo.
Sin duda estamos frente a un fenómeno que todavía no logramos entender por completo.
En el territorio de Ucrania hoy se enfrentan dos grandes depredadores: el capital occidental y el capital ruso, donde los oligarcas ucranianos como chacales siempre estarán detrás y siempre apostarán por el más fuerte.
En el futuro seguramente se escribirán varios libros sobre el trabajo de los servicios secretos extranjeros en Ucrania de principios del siglo XXI. De esos temas ya hablan y hablarán mucho, cambiando el énfasis según la óptica ideológica. Tocaremos otro tema, por ahora menos mediático: las verdaderas y más profundas causas del descontento popular en Ucrania. Algo sucedió en este país, todavía ayer tan pacifico y tolerante, que ahora en su desesperación busca un cambio urgente, sin elegir los medios ni las fuerzas que hoy prometen asegurarlo.
Las protestas, cada vez más violentas, contra un gobierno de derecha, cada vez más violento, son encabezadas por grupos de ultraderecha también cada vez más violentos. Lamentablemente esta ultraderecha ahora tiene cada vez más aceptación social. Esto pasa porque la ultraderecha actúa contra un gobierno corrupto que prácticamente perdió su legitimidad frente a la mayoría de los ucranianos, mientras otra derecha, ya la tercera de las derechas, la de oposición democrática, la de los cuentos europeos y llantos por Yulia Timoshenko (temas y nombres hoy día ya olvidados), no tuvo valor ni capacidad para encabezar las protestas populares. Así que mejorando los cálculos anteriores esta guerra interna ucraniana ya no es entre dos sino entre tres de las derechas.
Uno de los periodistas ucranianos comparó el rol de la ultraderecha nacionalista ucraniana en la actual lucha contra el gobierno con el rol de los integristas musulmanes en la “Primavera Árabe”. Tomando en cuenta la enorme diferencia cultural e histórica entre estos dos casos, igual me parece una comparación interesante y como fenómeno digna de un estudio más profundo.
Criticando o defendiendo al partido fascista ucraniano “Svoboda”, los medios normalmente ignoran el hecho que hace unos 4 años, este partido era un grupito de fanáticos y tuvo un apoyo electoral del 0,12%. Al ganar la elección presidencial, el actual mandatario del país Víctor Yanukovich, pensando en su futura reelección optó por dar luz verde a Svoboda y a su propaganda, porque según su cálculo, el podía ser reelecto sólo si su futuro rival fuese un siniestro candidato fascista. En las elecciones parlamentarias del 2012 “Svoboda” logró un 10,44% de los votos y hasta ahora duplicó o triplicó el número de sus partidarios. El nivel de aprobación del presidente Yanukovich está cerca de un 12 ,6%. Si los comicios fueran hoy, con toda seguridad Víctor Yanukovich perdería frente a un candidato nazi. Entre otras cosas, lo anterior es una prueba más de la destrucción de la memoria histórica del pueblo ucraniano. Recordemos que en la Segunda Guerra Mundial, que para nuestro pueblo fue La Gran Guerra Patria, murió uno de cada seis habitantes ucranianos. Mis felicitaciones a los nuevos medios de comunicación: libres, entretenidos, democráticos y anticomunistas.
Las típicas frases que suenan en las calles de Kiev: “No son fascistas, son nacionalistas no más”. Otros reflexionan: “Mejor los fascistas que los bandidos”. Una de las características de esta extraña postmodernidad neoliberal es el rápido retroceso mental donde confundimos la patria con las banderitas.
Para imaginar el fondo social del drama ucraniano, tomemos en cuenta que los precios al consumidor en el país son similares a los de Europa Central y la jubilación mínima es de USD 100 al mes y la media es de unos USD 170 al mes, las que se pagan a veces con mucho retraso. Las jubilaciones que se pagan sin retrasos son las de los ex diputados. Respecto a ellos, las jubilaciones pueden llegar hasta los USD 15 294 mensual. La familia del presidente Yanukovich, como antes la de Somoza en Nicaragua, controla gran parte de la economía del país y su hijo Aleksandr es la quinta persona más rica de Ucrania, quien empezó sus negocios hace unos años arrendando al gobierno los helicópteros recién privatizados.
En Ucrania se habla bastante de su actual presidente, que cuando era joven fue un asaltante y estuvo preso por robos con violencia. En realidad el joven Víctor Yanukovich, quien fue criado por su abuela, vivía en los suburbios de un pueblito minero, a la edad de 17 años fue condenado a 1,5 años de cárcel por integrar una pandilla que robaba los gorros de piel a los transeúntes. Pero en comparación con las fábricas, tierras, palacios y millonarias sumas de dinero del estado robados por tantos políticos ucranianos, los tiernos recuerdos de la adolescencia de su presidente son un chiste que no merece la atención, aunque los medios afirmen lo contrario.
Respecto al extraño “sueño europeo” de los ucranianos. Hace medio año estuve en Ucrania Occidental, la cuna del actual nacionalismo. Visité pueblos fantasmas, todos sus habitantes se fueron a trabajar a Europa Occidental o a Rusia. Obreros, choferes, pilotos, empleadas domesticas y prostitutas ucranianas siguen invadiendo mercados de empleos formales e informales de Europa y el mundo. Mientas muchos latinos empiezan a regresar desde Europa en crisis a sus países de origen, los ucranianos siguen saliendo. En comparación con las realidades de Ucrania, Europa incluso en crisis para ellos sigue siendo casi un paraíso. No hay comparación, dicen. Una mujer en un pueblito cerca de Lvov, que tiene a sus cuatro hijos y dos nietos entre Polonia e Italia, me explicaba: si pudiéramos ganar aquí trabajando en lo que sea por lo menos unos USD 150 al mes, nadie se iría de Ucrania. Para salir del país hacia el Oeste, los ucranianos necesitan visas. Las visas al paraíso europeo no se las entregan a todos. Esta es la razón del misterioso deseo de ser miembros de la UE para muchos ucranianos.
¿Qué pasa con la izquierda ucraniana? Casi nada, porque casi no existe. El Partido Comunista de Ucrania, que hasta la semana pasada fue aliado del gobierno derechista de Yanukovich, ahora siguiendo su instinto oportunista “se indignó con la represión” y “rompió con el régimen”. A veces pienso que la última izquierda verdadera del país fue aniquilada en los campos de concentración de Stalin. Los pequeños grupitos de izquierda ucraniana, más individuos que organizaciones, están totalmente sobrepasados por la magnitud de los actuales acontecimientos. Frente a estos hechos están divididos, unos optan por “estar con el pueblo” y “primero acabar con el régimen y luego ver qué se puede hacer”, otros dicen que “esta guerra no es nuestra” y que la derrota del actual gobierno conducirá al país a una dictadura mucho peor. Ambas posturas son honestas y reconozco sentirme esquizofrénicamente dividido, dando la razón a las dos y observando cómodamente desde lejos.
A la microscópica izquierda ucraniana que critica al pueblo por seguir a las derechas quiero recomendar que relea este poema llamado “Solución” de un gran alemán y gran comunista Bertolt Brecht: “ Después del levantamiento del 17 de junio el Secretario de la Unión de Escritores distribuyó panfletos en la StalinAlle declarando que el pueblo había roto la confianza del gobierno y sólo la podría recuperar redoblando esfuerzos. ¿No sería más fácil para el gobierno en este caso disolver el pueblo y elegir otro?”
Muchos en Ucrania hablan de la “dictadura fascista” de Yanukovich y cuando tratan de explicar la situación a los latinoamericanos, lo definen como “Pinochet ucraniano”. Sin sentir nada positivo hacia el personaje, afirmo que una verdadera dictadura es otra cosa y significa niveles de represión y bestialidad absolutamente diferentes, que ojala jamás conozcan los ciudadanos de Ucrania.
Mi amigo Andrei Manchuk, una persona muy honesta y además uno de los pocos periodistas ucranianos de izquierda, con toda la seguridad afirma que Víctor Yanukovich, sin duda es un ladrón y delincuente, pero idiota no es y jamás habría ordenado torturas y asesinatos de los opositores, porque realmente no le conviene. Andrei dice que Yanukovich es un adversario débil e indeciso y que su gobierno no cayó hace un mes sólo porque la “oposición” busca el poder pero no quiere hacerse cargo de nada en un país saqueado y colapsado. Los únicos que no tienen miedo son los neonazi.
Varios analistas ucranianos afirman que por la misma razón de la debilidad y un general rechazo ciudadano a Yanukovich, que de ser la solución se convirtió en un problema, Putin, varios oligarcas ucranianos y otros actores ya optaron por deshacerse de él y reemplazarlo por alguien más hábil y carismático.
Expongo a continuación un resumen de dos miradas ucranianas, que reflejan bastante bien dos posturas internas predominantes, las que no se identifican con ninguna de las tres o más derechas nacionales. No es una traducción literal, es una síntesis:
Periodista ucraniano, Aleksandr Karpets
Aparte de una natural reacción a las acciones dictatoriales del gobierno, esta rebelión irracional fue consecuencia de una incapacidad e imposibilidad de resolver los problemas catastróficos, acumulados en Ucrania después de la desarticulación de la URSS, de una manera racional. Problemas que se agudizaron con la llegada al poder de Yanukovich. Por una parte, la rebelión ha demostrado la debilidad de su régimen y por otra, que los líderes y las masas de esta rebelión no tienen ninguna comprensión racional de lo que pasará después y tampoco saben a qué aspirar en el caso de un eventual triunfo.
El principal problema está en las contradicciones que se acumularon en el país durante casi un cuarto de siglo: el saqueo de los bienes nacionales por parte de los nuevos ricos, aparición y fuerte aumento de la injusticia social, una enorme desigualdad económica y política y como consecuencia de todo eso una increíble descomposición moral de toda la sociedad que provocó una total corrupción desde abajo hacia arriba.
Este problema no tiene solución ni en una protesta callejera ni dentro de los procedimientos legales del estado, incluyendo todo tipo de negociaciones o “mesas” que pueden servir sólo como válvulas de escape.
En primer lugar la solución de este problema es imposible porque el actual estado ucraniano es una organización política de la oligarquía financiera y económica y de la burocracia que representa sus intereses. El objetivo de esta organización es la explotación de otros grupos sociales, manipulando y reprimiéndoles de vez en cuando para mantenerse en el poder. El cambio de los personajes en el gobierno, cumplimiento formal de algunos procedimientos democráticos e incluso cambio de varias leyes dentro de un estado de este tipo no importarán mucho, ya que no cambian la esencia de este modelo.
En segundo lugar el cambio es imposible, porque con el inicio de la crisis económica global la situación se empeoró notoriamente. Un relativo bienestar y un boom consumista, gracias al sistema de créditos, en vísperas de la crisis generaron una ilusión de la llegada a un “paraíso capitalista”. La crisis destruyó esta ilusión, volviendo al país a su realidad y sumergiéndolo en la pobreza y el desempleo. Esto, igual que en el resto de Europa, agudizó las contradicciones económicas y sociales. Un empeoramiento rápido de las condiciones económicas de una mayoría absoluta de los ucranianos fue acompañado con un igual de rápido enriquecimiento de los clanes oligárquicos y ciertos personajes.
Aparte de todo eso, al poder llegó el grupo más reaccionario de toda la historia de Ucrania independiente, grupo que instaló una dictadura de capitales de origen criminal y que se apoya en la policía y delincuentes comunes, igual que algunos regímenes latinoamericanos del siglo XX. Si el “fundador” del sistema oligárquico criminal el primer presidente de Ucrania independiente Leonid Kuchma comprendía y respetaba la existencia de ciertos límites que no pueden ser traspasados, lo que demostraron los no violentos acontecimientos “naranja” del 2004, los representantes del clan de Yanukovich simplemente no ven estos límites. Kuchma pudo jubilarse políticamente y ahora es conocido como mecenas, vendiendo la imagen de un “generoso abuelito” que ayuda a los niños. Los personajes del actual régimen no pueden dejar el poder, porque entienden, que si lo abandonan les llegará el castigo por lo que hicieron.
La construcción de este régimen fascistoide empezó inmediatamente después de la llegada de Yanukovich al poder. Estas son algunas de las etapas: la mal llamada reforma judicial que permitió al régimen tomar el control total sobre la justicia del país, un golpe constitucional en otoño del 2010 que permitió al régimen y a Yanukovich personalmente usurpar todo el poder, obteniendo superfacultades para las cuales nunca fue elegido, luego fue la imposición de un nuevo Código Fiscal, un ataque contra la pequeña y mediana empresa, reprimiendo con fuerza policial sus tímidas protestas. Después el gobierno impuso el Código Laboral explotador y el Código de Vivienda expropiador con el objetivo de recortar al máximo los derechos sociales y laborales de los ciudadanos. Luego comenzó una serie de expropiaciones arbitrarias de dinero y de vivienda a favor del capital oligárquico, que como ya dijimos es la base económica y social del régimen. Un permanente enriquecimiento de los oligarcas incluyendo a la más cercana al régimen, llamada La Familia, junto a la concentración de los bienes públicos en manos de un grupito de nuevos ricos. Y muchas otras cosas.
Antes del 19 de enero de este año las protestas se limitaban a fuertes declaraciones, promesas, amenazas, alegría y cantos en la Plaza de la Independencia de Kiev, que hoy se conoce mediáticamente como Euro-Maidan (maidan es plaza en ucraniano). Los “líderes” estaban preocupados por sus futuros logros electorales. Daba la impresión de que ellos tenían miedo de tomar las decisiones y luego tener que hacerse cargo. La masa repetía las consignas delirantes sobre una “revolución apolítica”. La asamblea popular del 19 de enero, a pocas horas de los enfrentamientos, terminó con un escándalo: frente a la verborrea de los “líderes” la gente abucheó y exigió presentar un plan concreto de acciones y nombrar a un dirigente capaz de encabezar el proceso y hacerse cargo.
Se habló mucho de las formas no violentas de protestar, donde lo más fuerte debería ser el paro general. El paro se prometió en reiteradas oortunidades pero nunca se concretó, esto, por la misma incapacidad organizativa e ideológica de los “líderes” “pro-europeos”.
Uno de los rasgos más repugnantes del régimen, es el hecho que las fuerzas de orden público empezaron a involucrar masivamente a los delincuentes y al lumpen en la lucha contra los activistas. Los delincuentes, contratados por el gobierno, realizaron varios ataques contra las personas, los bienes públicos y privados para luego acusar de esos hechos a los manifestantes. La delincuencia callejera aumentó muchísimo. Los mismos manifestantes tenían que organizar “guardias populares” para mantener el orden en el centro de la ciudad.
La apoteosis de la reacción fue sin duda posterior a la aprobación de la ley que prohíbe todo tipo de protestas ciudadanas, esto fue a partir del 16 de enero. Fue un acto absurdo e ilegal, aprobado en pocos minutos por unanimidad de los diputados obedientes. El mensaje parecía decir lo siguiente: somos una elite, podemos decidir y hacer lo que se nos ocurra y su único deber es obedecer o ir presos.
Esta actitud indica una total incapacidad del poder ucraniano de ver la realidad, sobreestimando su capacidad de controlar al país. En estos días varios hablan de una aplicación en Ucrania del escenario ruso-bielorruso, donde toda la protesta se reprime desde sus inicios. Pero no es posible. En Rusia el gobierno tiene una potente base económica, principalmente por la exportación de materia prima, pero no importa; el rating de Putin después de casi 15 años de sus consecutivos gobiernos con estabilidad supera un 50%. En Bielorrusia, a pesar de los problemas, sus empresas industriales y agrícolas funcionan, hay un empleo casi pleno, la salud y la educación siguen gratuitas y estatales, los programas sociales, culturales y deportivos funcionan bastante bien y Lukashenko tiene el apoyo de una gran mayoría de la población.
El gobierno actual de Ucrania no tiene fuerzas ni medios comparables con los rusos o bielorrusos. Además, Yanukovich y su grupo no tienen el nivel de aprobación ciudadana que tienen Putin y Lukashenko.
Durante mucho tiempo Ucrania, a pesar de la compleja situación económica y política después de la desarticulación de la URSS, se mantuvo con paz ciudadana, a diferencia de casi todos los vecinos del área. Yanukovich y su régimen ya entraron en la historia como los que lograron quebrar esta tradición, llevando el país al borde de una guerra civil.
Causa sorpresa y admiración el hecho que en una sociedad que hace poco parecía definitivamente hundida en la corrupción, en la indiferencia y el individualismo, aparecen hoy tantas personas dispuestas a luchar por una idea, llegando hasta las últimas consecuencias. Otro tema, es que los protagonistas de los combates callejeros son nacionalistas radicales, pero justamente ellos parecen reflejar ahora los ánimos de las masas que protestan.” Durante los choques del 1 de diciembre de 2013, a los ultranacionalistas violentos les llamaban “provocadores”, y ahora nadie se atrevería a criticarles. La causa de este cambio es evidente: el poder pasó un límite, lo que radicalizó a los ciudadanos. Un claro ejemplo son las imágenes del 19 de enero durante los primeros combates en el centro: un señor de edad, casi un viejito de un aspecto claramente “no radical”, parecido a un obrero, levantando un fierro de construcción gritaba: ¡Basta!!! ¡A la mierda! ¡Basta de soportar a la banda! ¡Es una guerra!!!
Director de cine ucraniano, Igor Storchak
Todavía no sabemos quienes son los guionistas, pero analizando el drama podemos ver sus diferentes etapas:
1. El 28 de noviembre el Presidente de Ucrania Víctor Yanukovich decide postergar la firma del acuerdo de la asociación con la UE por las pérdidas económicas que esto implicaría en la relación económica con Rusia.
2. La oposición convoca una protesta en la Plaza de la Independencia. El 30 de noviembre la policía reprime a cientos de manifestantes y desaloja la plaza. En la sociedad hay una molestia y decepción pero no más que eso.
3. En la noche del 30 de noviembre, cuando las protestas de los partidarios de la integración de Ucrania a la Comunidad europea perdían sus fuerza, las fuerzas especiales de la policía sorprendentemente atacaron a un grupo de estudiantes, pegándoles salvajemente. La TV muestra las imágenes a todo el país, la oposición inmediatamente hace un llamado al pueblo y al día siguiente, para sorpresa de todos, sale un millón de personas a la calle, en Kiev, una ciudad con 3 millones de habitantes.
4. Al día siguiente, 1 de diciembre, un grupo de radicales de habla rusa (una gran mayoría de los activistas hablan ucraniano) ataca con palos y cadenas a un grupo de estudiantes de la escuela militar y policías antimotines. Los atacantes tratan de involucrar en su agresión a los civiles que protestaban pacíficamente. Los policías presencian esta situación más de una hora y media sin recibir órdenes para reprimir y cuando llega la orden, reprimen brutalmente. La mayoría de las víctimas son civiles inocentes y decenas de otros inocentes se van presos. La TV rusa lo filma todo e inmediatamente estas imágenes salen al aire por los canales de la oposición ucraniana. Resultado: el pueblo llega a la Plaza de la Independencia, se instala con carpas y rodea los tribunales de justicia. Las fuerzas policiales ya estaban seguras que todos los manifestantes son extremistas a punto de atacar y los otros ya no dudan que los policías antimotines son unos verdugos sangrientos, tal vez mercenarios rusos disfrazados de policías ucranianos.
5. El 11 de diciembre, cuando la tensión baja de a poco, se organizan las “mesas redondas”, llegan muchos emisarios europeos ofreciendo la intermediación y parece que todos están a punto de llegar a un acuerdo, la policía ucraniana sin mayor entusiasmo hace un intento de desalojar la Plaza de la Independencia, lo hacen con bastante cautela y sin atacar a nadie. En respuesta por toda la ciudad suenan las campanas de las iglesias y la gente a las 2 de la mañana sale de sus casas al la fría noche a defender la Plaza. El transporte público ya no funciona y los taxistas llevan al centro gratis. Al final, el pueblo que ya estaba perdiendo su entusiasmo inicial de nuevo se anima y construye las barricadas de 3 metros. Los jefes de la policía están molestos porque no recibieron ordenes para reprimir.
6: Pasa casi un mes. El Presidente Yanukovich viaja a Moscú y recibe de Putin la promesa de un crédito por 15 mil millones de dólares. Después de las fiestas de Año Nuevo la gente está cansada, en la Plaza se nota cierta desilusión y agotamiento. Y de repente el 16 de enero el parlamento ucraniano, violando todas las normas, aprueba “Leyes de la Dictadura” que prohíben estrictamente todas las manifestaciones públicas. La gente ve estas noticias y no lo puede creer. Todos de nuevo se vuelcan a las plazas y al centro. La oposición política se ve cada vez más pasiva e indecisa. El 19 de enero los mismos jóvenes que fueron antes los provocadores del 1 de diciembre (la misma edad, los mismos lemas y los mismos métodos) atacan absurdamente el día domingo el vacío Palacio de Gobierno y con mucha violencia de nuevo agreden a la policía y a las tropas especiales. La gente agotada por la pasividad de la oposición política cae en la provocación y también participan tirando molotov a los representantes del poder. Empiezan los combates callejeros, el resultado: 40 policías y militares, más cientos de civiles heridos. El gobierno ordena el uso de carros lanza-agua contra la muchedumbre, aunque la temperatura es de 5º C bajo cero. Uno de los líderes de la oposición, el boxeador Vitali Klichko intenta reunirse con el Presidente, quien trata de ganar tiempo y no lo recibe. Los odios por lado y lado crecen.
7. A partir de este momento en las calles aparecen masivamente los jóvenes deportistas, muchos de ellos con un pasado delictual, contratados por el poder para amedrentar a los manifestantes. Los activistas radicales empiezan a cazar los , a algunos detenidos los llevan a la Plaza de la Independencia, pegándoles, pero sin salvajismo y mostrándolos a la prensa. El 22 de enero, el Día de la Unión de Ucrania, nuevo feriado del país, los francotiradores desconocidos matan a 5 personas. Todos los disparos fueron hechos por profesionales, directo al corazón o a la cabeza de las víctimas. Los autos sin matrículas empiezan a secuestrar a los activistas y transeúntes casuales, sospechosos de simpatizar con Maidan, a decenas de estas personas las torturan salvajemente, desnudan y botan a la nieve. También queman los autos de muchos activistas. La televisión de oposición (varios canales) muestra a los muertos y la brutalidad policial, en internet circula un video donde todo el país ve como los policías después de torturar, desnudan en la nieve a un activista y luego se toman fotos con él. Matan a un conocido líder social doctor de ciencias…
Alguien invisible todavía está muy interesado en dividir y enfrentarnos…
Sin estar de acuerdo en todo con estas opiniones, siento que reflejan muy bien el sentir general de la gente que no comparte las pasiones nacionalistas de las nuevas vanguardias ucranianas.
Mientras tanto, en Kiev siguen circulando los rumores de todo tipo. Hablan de cientos de secuestrados por organismos de seguridad, cuentan que el gobierno liberó a todos los delincuentes peligrosos. Desde provincia, fuera de horario, a Kiev llegan extraños trenes con jóvenes deportistas contratados por USD 50 diarios, para “ayudar a mantener el orden”. Los desconocidos por la noche matan a un policía de civil. El odio crece y se expande. Grupos de manifestantes ocupan edificios de gobierno regional y nacional. El movimiento rápidamente se expande hacia el sur y al oriente del país, territorios tradicionalmente pro-rusos y pasivos políticamente. Al mismo tiempo, un ex Ministro de defensa llama a los ciudadanos a defenderse con armas frente a la violencia policial. Los manifestantes anuncian la fundación de la “Guardia Civil”. Circulan listas oficiales con cientos de presos políticos. Una reciente investigación periodística desmiente como una falsificación el video de los policías que desnudan a un manifestante, pero todavía no sabemos si es cierto o no este desmentido. Pero otros muertos y torturados con seguridad son reales. La mayoría de los autores de estos crímenes son anónimos y tenemos muchas razones para desconfiar en las “versiones oficiales” de ambos bandos. Tenemos todos los fundamentos para pensar que los grupos económicos que están detrás de la actual crisis están incentivando la división del país y el choque entre sus ciudadanos para luego reemplazar la bestia de Yanukovich por algún otro, más sutil y carismático, pero mucho más parecido a un dictador fascista que el actual presidente.
Concluyendo, veo entre los signos más dolorosos del drama ucraniano la expansión de una epidemia galopante de ceguera y sordera total, donde se abre sólo espacio a la intolerancia. Materia prima para una guerra civil.
El nombre de mi país Ucrania proviene de dos palabras del eslavo antiguo “u kraia” que significan “en el borde”, lo que refleja ba la ubicación geográfica de sus tierras en el límite suroccidental de los territorios eslavos. Ahora el nombre de Ucrania vuelve a reflejar su ubicación en la historia actual.
@OlegYasinsky
Santiago de Chile, 1 de febrero de 2014
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Peter Seeger, trovador de la justicia y la verdad


Democracy Now!


La vida de Pete Seeger, al igual que el arco del universo moral que célebremente invocó el Dr. Martin Luther King Jr., se inclina hacia la justicia. Seeger murió esta semana a los 94 años. Durante gran parte del siglo pasado le cantó verdades a quienes estaban en el poder, a través de su épica lucha por la justicia social, los derechos civiles, los trabajadores, el medio ambiente y la paz. Sus canciones, sus sabias palabras y su legado resonarán durante muchas generaciones.
Los padres de Pete eran músicos. Sus viajes por Estados Unidos permitieron a sus hijos conocer la música del ambiente rural estadounidense. A los 19 años, Pete trabajaba para el aclamado cantante de música folk Alan Lomax grabando y catalogando canciones de música folk para la Biblioteca del Congreso. Allí conoció a Woody Guthrie, el legendario trovador de la clase obrera de la época de la Gran Depresión, que era un poco mayor que él. Seeger viajó con Guthrie, aprendió a subirse a los vagones de los trenes de carga y decidió combinar su pasión por la búsqueda de la justicia con su talento musical. Él, Woody y otros músicos formaron el grupo Almanac Singers en 1940. Vivían en forma comunitaria en el barrio Greenwich Village, en Nueva York, y trataban de vivir de la música. Poco después comenzó la Segunda Guerra Mundial.
Pete fue reclutado por el Ejército. Cuando, en 2004, le pregunté acerca del servicio militar, recordó: "Al principio quería ser mecánico de la Fuerza Aérea. Me parecía interesante, pero la inteligencia militar empezó a interesarse en mi actividad política. Mientras mi unidad perseguía la gloria y la muerte, yo me quedé allí en Keesler Field, Mississippi, recogiendo colillas de cigarillos durante seis meses. Finalmente, me lo dijeron: me habían estado investigando y abriendo mi correo". Más tarde, Seeger fue trasladado a Saipan, en el Pacífico, donde organizaba el entretenimiento para los soldados convalecientes en el hospital militar. Durante un período de licencia en la Ciudad de Nueva York, Pete le propuso matrimonio a su novia, Toshi Ohta. Toshi murió el año pasado a los 91 años, apenas meses antes de su 70 aniversario de casados.
Después de la guerra, Pete formó un grupo denominado “The Weavers”, junto a otros tres músicos. Se convirtieron en un éxito de escala nacional. En aquel entonces, la caza de brujas del senador Joseph McCarthy contra los sospechosos de ser comunistas proscribió la música de “The Weavers” en la radio. Seeger tuvo que declarar ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses de la Cámara de Representantes el 18 de agosto de 1955. Asumió la postura de ser fiel a sus principios, al reprender en tono amable a quienes lo interrogaron: "No responderé a ninguna pregunta vinculada con mi asociación, mis creencias filosóficas y religiosas, mis creencias políticas, a quién voté en las elecciones, ni sobre ningún asunto de mi vida privada. Creo que es inadecuado formular esas preguntas a cualquier estadounidense, especialmente con esta compulsión".
Pete Seeger fue acusado de desacato al Congreso, hallado culpable en un juicio y condenado a un año de prisión. Si bien su condena fue posteriormente revocada, en el documental "Pete Seeger: The Power of Song", su biógrafo David King Dunaway describe el permanente acoso que Seeger sufrió por parte del FBI:
"El FBI persiguió a Pete Seeger al punto en que no podía conseguir trabajo, solo podía cantar a los niños, porque nunca pensaron que sería un problema que Pete Seeger le cantara a niños de 6 años. No tenían idea. De eso surgió, no un movimiento subversivo, sino un renacimiento de la música folk estadounidense, por el que debemos agradecer al FBI ".
En 1957, Pete Seeger conoció a otra persona que era víctima de la vigilancia y la intimidación del FBI: el Dr. Martin Luther King Jr. Se conocieron en el instituto Highlander Folk School de Tennessee y, tras ese primer encuentro, Seeger ayudó a King y a otros activistas por los derechos civiles a incluir la música en sus tácticas de organización de base. Fue allí donde Seeger cantó por primera vez ante King la canción que se convertiría en el himno del movimiento por los derechos civiles: "We shall overcome" (Venceremos).
Al igual que King, Seeger se convirtió en un fuerte crítico de la Guerra de Vietnam. Finalmente, en 1967 lo retiraron de la lista negra (en la que había sido incluido en la época de McCarthy) gracias a su aparición en el exitoso programa de televisión "The Smothers Brothers Comedy Hour", de la cadena CBS. Sin embargo, una de sus canciones, "Waist Deep in the Big Muddy", fue censurada por CBS. La canción describía en forma alegórica la Guerra de Vietnam como un atolladero y describía al Presidente Lyndon B. Johnson como "un gran tonto" que "dice que hay que continuar". Su interpretación de la canción finalmente fue transmitida en el programa, meses más tarde, después de una avalancha de protestas contra la cadena televisiva.
Pete Seeger siguió cantando a favor de la paz, el desarme nuclear y, fundamentalmente, a favor del medio ambiente. Fundó la organización sin fines de lucro Hudson River Sloop Clearwater. Junto a otras personas, construyó un velero, llamado “Clearwater”, que utilizaron para educar y promover la limpieza del río Hudson, a donde tenía vista su casa. Cuando lo entrevisté en agosto del año pasado, le pedí que cantara "We Shall Overcome", lo hizo, y me contó: "Sí, es algo que es preciso recordar a la raza humana. No se rindan. Venceremos. Venceremos, algún día..."
En 1955, en la audiencia ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses, le preguntaron qué hizo al regresar de la guerra. A lo que respondió: "Seguí cantando y espero hacerlo siempre". Y así fue, y con sus canciones nos cambió a todos.

Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2014 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplom

viernes, 31 de enero de 2014

Ucrania: la quimera de Europa





El estallido, a finales de 2013, de una nueva crisis política en Ucrania, más allá de los protagonistas locales y de las causas internas que han llevado a su repentino desarrollo, manifiesta que la agria disputa por el dominio de la antigua periferia soviética no ha terminado, ni mucho menos. Junto a las fuerzas políticas ucranianas, y los grupos económicos ligados a ellas, tres poderes exteriores protagonizan la crisis. Por un lado, es visible la acción de Estados Unidos, que aunque por imperativos geográficos no puede aspirar a introducir en su área de influencia directa a Ucrania, sí pretende convertirla en una segunda Polonia: un país-cliente, satélite, activo propagandista de la visión norteamericana del mundo y solícito cumplidor de todas las demandas de Washington, desde el envío de tropas a aventuras neocoloniales hasta la apertura de cárceles secretas, pasando por la colaboración de servicios secretos y fuerzas armadas. Por otro, es evidente el ejercicio posibilista de la Unión Europea, que si bien aspira a atraerse a Ucrania a su zona de influencia (con la colonización del mercado interior ucraniano y la apertura de nuevas fuentes de inversión y negocio para las empresas europeas), sabe también que, inmersa en una dura crisis la propia Unión, no puede prometer a Ucrania una integración inmediata: el interminable “caso turco” (Bruselas firmó con Ankara un tratado de asociación… en 1963, que no ha tenido consecuencias para la integración), y las dimensiones de Ucrania, muestran los límites de su política exterior. Por su parte, Rusia se halla embarcada en la reconstrucción y reintegración del antiguo espacio soviético, resignada al distanciamiento báltico, el rechazo azerí y la enemistad georgiana, pero dispuesta a poner límites a Washington y Bruselas en el resto de las antiguas repúblicas soviéticas.
Las informaciones de la prensa occidental han tendido a presentar la hipotética firma de un acuerdo de asociación entre Bruselas y Kiev como la antesala de la integración ucraniana en la Unión Europea, pero dista de ser cierto. La Unión Europea ha firmado acuerdos de Asociación con Centroamérica, el Mercosur, Israel, Georgia, Moldavia, Chile, la Comunidad del Caribe (CARICOM) y la República Dominicana, entre otros. Esos acuerdos son, en general, pactos reguladores de comercio entre las partes. La Unión Europea, además, mantiene una particular relación con seis ex repúblicas soviéticas (Ucrania, Bielorrusia, Georgia, Armenia, Azerbeiján y Moldavia), que participan en el Programa de Asociación Oriental, con un vago propósito de desarrollo de relaciones de integración… pero que no implica el ingreso en la Unión, al menos en un futuro previsible.
El acuerdo que la Unión Europea y Ucrania debían firmar a finales de 2013 es un conjunto de medidas que pretenden anular los aranceles que protegen la producción ucraniana, y que, de llevarse a cabo, supondrían la destrucción de buena parte de la industria que subsiste en Ucrania, y la entrada de multinacionales europeas que se apoderarían del mercado y de las estructuras productivas ucranianas. Es cierto que, sobre el papel, un acuerdo de asociación permitiría a los productos ucranianos el acceso al enorme mercado de la Unión Europea, y estimularía las inversiones extranjeras en Ucrania, pero, al mismo tiempo, aumentaría el desempleo y facilitaría la emigración de muchos jóvenes, puesto que destruiría buena parte de la industria local, incapaz de competir con empresas más fuertes y desarrolladas. Por añadidura, empeoraría las relaciones con Rusia. El actual proyecto de asociación no es bueno para Ucrania, y las diferencias entre el tamaño de la economía ucraniana y el de la Unión Europea muestran el duro destino reservado para Ucrania. El acuerdo obstruiría las relaciones económicas con Rusia, cuyos pedidos son imprescindibles para la industria ucraniana, que entraría así en una crisis terminal. Las condiciones del convenio son tan onerosas que Piotr Simonenko, secretario del Partido Comunista ucraniano, ha calificado al proyecto de asociación con la UE de “acuerdo suicida”. Debe recordarse que, a pesar de la importancia del país, y de su considerable población (similar a la española) y extensión, el desastre del tránsito a la economía capitalista ha reducido su importancia a extremos casi ridículos: hoy, Ucrania tiene un PIB inferior al de Austria o Suiza, pequeños países que apenas superan los ocho millones de habitantes, y poco mayor que el de la empobrecida Grecia.
Los análisis realizados por los grandes medios de comunicación occidentales, repletos de lugares comunes, mentiras y desinformación, trazan con brocha gruesa un panorama en el que las fuerzas ucranianas “proeuropeas”, supuestamente partidarias de la libertad y la democracia, luchan contra los partidos ucranianos autoritarios, herederos de un pasado siniestro cuya referencia sigue siendo Moscú. A juicio de la prensa conservadora, la disyuntiva es clara: Ucrania debe optar por la Unión Europea o por Rusia. No hace falta insistir en que ese esquema es de una falsedad evidente: primero, porque las fuerzas dominantes en el país (los azules de Yanukóvich o los naranjas de la “oposición democrática”), ambas, son los instrumentos del poder oligárquico que se hizo dueño de Ucrania tras la desaparición de la URSS y que se repartió la propiedad pública, las empresas y la riqueza social acumulada; y, segundo, porque ambos bloques tienen ideologías semejantes, basadas en el predominio de la propiedad privada y en la defensa de una economía capitalista. No hay en ellos dos visiones de Ucrania, puesto que ambas facciones (integradas por distintos partidos) coinciden en las cuestiones fundamentales, aunque se enfrenten por el control del gobierno y tengas orígenes territoriales diferentes e, incluso, simpatías diversas: los partidos naranjas se reconocen más en la tradición nacionalista (y, también, fascista) del occidente ucraniano, y los azules en las regiones de idioma ruso del Este del país. Sin embargo, el anterior presidente, Yúshenko, o la encarcelada Timoshenko, así como los actuales dirigentes opositores (Arseniy Yatseniuk, Wladimir Klitchko, Oleg Tiagnibok) son muy similares a Yanukóvich, partidarios de una economía liberal, y, también, no hay que olvidarlo, semejantes a la coalición rusa conservadora que gobierna en Moscú y que tiene a Putin como dirigente. Todos son unos dirigentes corruptos, cómplices del descarado robo de la propiedad pública, o bien nuevos allegados que pretenden incorporarse al reparto del botín.
En tercer lugar, porque, de ese escenario, la prensa conservadora ha hecho desaparecer en sus análisis a la izquierda, que, aunque muy debilitada, mantiene una radical crítica tanto al gobierno ucraniano de Yanukóvich como a la oposición “liberal”. La fuerza principal de la izquierda es el Partido Comunista, que llegó a ser el más votado en los años noventa, con el 25 % de los votos, aunque la acción de los gobiernos de derecha y sus propios errores redujeron su electorado. En las últimas elecciones, a finales de 2012, el Partido de las Regiones de Yanukóvich obtuvo el 30 % de los votos; Batkivschina (Patria), el 25’5; Udar (Golpe), de Klichko, el 13’9; el Partido Comunista, el 13’1, y Svoboda (Libertad), el 10’4 %.
Ese es el esquema político actual en Ucrania, pero ¿quiénes son esos liberales elogiados y apoyados por los gobiernos europeos y por Estados Unidos, supuestamente partidarios de la libertad de Ucrania? Klitchko (el boxeador protegido por Merkel y el PP europeo), es el dirigente de la Alianza Democrática Ucraniana para la Reforma (UDAR), una fuerza conservadora y populista que no duda en prometer quimeras y mentir a la población; el nacionalista Oleg Tiagnibok, es el dirigente de Svoboda, una formación de extrema derecha, claramente fascista en muchos de sus postulados; y Yatseniuk es el dirigente de Batkivschina, el conglomerado de partidos de la encarcelada Timoshenko, coalición que mantiene unos vagos “valores europeos” y que es una fuerza de derecha, partícipe de la corrupción. Timoshenko ha perdido en buena parte el favor de la derecha alemana, que se inclina ahora por apoyar a Klitchko, un demagogo boxeador, que no tiene inconveniente en hacer las promesas más disparatadas. Enfrente, el partido de Yanukóvich es también una fuerza conservadora, originaria de las regiones del Este del país y que ha mantenido una posición más amistosa con Rusia, aunque defiende el ingreso en la Unión Europea. La CDU de Angela Merkel financia al partido de Klitchko, y mantiene buenas relaciones con el partido de Timoshenko: no en vano, tanto el partido Patria, de Timoshenko y Yatseniuk, como la Alianza de Klitchko son miembros observadores del Partido Popular europeo. Svoboda es un partido fascista, punta de lanza de las provocaciones y de la xenofobia. En esa oposición “naranjista” predomina un nacionalismo xenófobo, antirruso, racista. El antisemita Tiagnibok, por ejemplo, no duda en acusar de los mayores males a la “mafia judía” que, según él, gobierna en Moscú.
Oleg Tiagnibok, y su partido Svoboda, fueron los protagonistas de la destrucción del monumento a Lenin en Kiev, como fieles anticomunistas y exaltados seguidores de Stepán Bandera. No era la primera vez que lo intentaban. La puesta en escena del derribo de la estatua de Lenin (semejante, no por casualidad, a la operación de propaganda que hicieron las tropas de Bush en Bagdad, en 2003, con la de Sadam Hussein) fue catapultada de inmediato por toda la prensa occidental, deseosa de emociones fuertes y de noticias de impacto. El asalto de edificios gubernamentales, ministerios, del ayuntamiento de Kiev, presentados por la prensa occidental casi como una “revolución democrática”, fue acompañado del saqueo de propiedades públicas, la ocupación de la plaza de la Independencia de Kiev y una furiosa campaña desencadenada por el razonable rechazo del gobierno ucraniano a un acuerdo de asociación con la Unión Europea que era claramente perjudicial para el país. Curiosamente, en esas informaciones parecería que Yanukóvich, Putin, Lenin, y, más allá, los rusos, compartían alguna cosa. Nada más lejos de la verdad. La oposición liberal, el nacionalismo y la derecha rusa festejaron con gran alegría la destrucción de la estatua de Lenin en Kiev. De hecho, pese a las obvias diferencias, muchas cosas unen al régimen de Yanukóvich, a la oposición ucraniana, y al propio régimen de Putin, que también intenta ocultar la figura de Lenin a la población, por ejemplo tapando su mausoleo en los desfiles conmemorativos de la victoria sobre los nazis en la Segunda Guerra Mundial: por encima de todo, les une su decisión de hacer irreversible la destrucción del sistema socialista soviético. Mientras se ponían los focos de la prensa internacional en Kiev, nadie hablaba de las multitudinarias protestas contra el acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Moldavia que tenían lugar en Chisinau, de signo radicalmente contrario a las de Kiev.
La demagogia naranjista cuajó sobre la insatisfacción popular y en los sectores nacionalistas ucranianos, mayoritarios en el oeste del país. Es obvio que las embajadas y servicios secretos de potencias occidentales participan en la evolución de los acontecimientos, y en la financiación de organizaciones opositoras. Sin embargo, tachar las protestas de conspiración caricaturiza y simplifica la crisis, aunque no hay duda de que la actuación de las potencias occidentales, con Merkel a la cabeza, y de Estados Unidos, es una intromisión vergonzosa. No es muy habitual que ministros de gobiernos extranjeros intervengan y apoyen manifestaciones, como hicieron ministros polacos, suecos, o el ministro de Asuntos Exteriores alemán. Catherine Ashton, la responsable de Asuntos Exteriores de la Unión Europea no tuvo el menor reparo en reunirse con Tiagnibok, dirigente de un partido fascista. Por no hablar del paseo del senador norteamericano McCain, a mediados de diciembre, animando a los manifestantes en Kiev, o la visita de la vicesecretaria de Estado norteamericana, Victoria Nuland, repartiendo alimentos en la plaza de la Independencia de Kiev y llamando a resistir y a combatir al gobierno. ¿Cuál hubiera sido la reacción norteamericana si ministros de otros países se pasearan entre los manifestantes del Occupy Wall Street en el Zucotti Park de Nueva York, por ejemplo, apoyando la ocupación de sedes oficiales, y llamaran a combatir al gobierno de Obama?
McCain, Nuland o Ashton no fueron los únicos en protagonizar groseras injerencias. Mijaíl Saakashvili (ex presidente georgiano y probado hombre de Washington, iniciador de la guerra en Osetia del sur, de acuerdo con Bush), acudió a la plaza de Kiev a arengar a los manifestantes llamando a la “defensa de la libertad”, azuzando los odios nacionalistas, acompañado, además, de sospechosos “grupos de seguridad”, armados con objetos contundentes. Lo mismo hizo Vlad Filat, ex primer ministro moldavo; y dirigentes del PP europeo como José Ignacio Salafranca, junto a Jacek Saryuz-Wolski, o el ex primer ministro polaco Jerry Buzek. Todos, arengando a los manifestantes. También Kwasnewski, el converso ex presidente polaco, hacía un llamamiento a la resistencia para derribar el gobierno ucraniano de Yanukóvich. Anteriormente, el secretario general de la OTAN hizo unas declaraciones abiertamente ofensivas para Moscú. Como en otros escenarios semejantes, en las calles de Kiev apareció Marko Ivkovic, un serbio (hoy, nacionalizado norteamericano, creador de Otpor, el movimiento que derrocó a Milosevic, que trabaja para el Instituto Nacional Demócrata, y que ha impulsado movimientos de protesta en Georgia, en Ucrania, y Kirguizistán, donde derrocaron a Kurmanbek Bakíev), que se reunió con Arseni Yatseniuk para “coordinar” la acción de los manifestantes de la plaza de la Independencia de Kiev.
Durante la cumbre de Vilna, Angela Merkel, para justificar su política y la acción de sus ministros, no tuvo el menor reparo en declarar que pensaba “en todos los que, en Ucrania y en Bielorrusia, viven en difíciles condiciones políticas”. Y lo decía quien no había dudado a la hora de imponer, por medio de Bruselas, durísimas condiciones a la población griega, irlandesa, portuguesa, y española. En los hechos, la Unión Europea desempeña, deliberadamente, la función de desestabilizar la situación política en Ucrania, sin reparar en las consecuencias ni en los posibles riesgos de enfrentamientos civiles que puedan desatarse, en una irresponsable política que recuerda a la que mantuvo durante los enfrentamientos iniciales en la antigua Yugoslavia que acabaron desencadenando una aterradora guerra civil.
* * *
Tras los partidos “naranjas”, como tras los partidarios “azules” del gobierno, se encuentran los mismos oligarcas que se enriquecieron con el robo de las propiedades públicas. La crisis ucraniana es un enfrentamiento entre dos sectores de la misma oligarquía, que pugnan entre sí con diferentes partidos para optar a una mayor porción de la economía del país y por controlar los resortes del gobierno, que siguen siendo cruciales para la obtención de riquezas y oportunidades de negocio. Los dos sectores, además, están relacionados con el crimen organizado, que ha conseguido dominar importantes áreas económicas, aunque los lazos son oscuros y confusos. Ambas facciones han recurrido al acarreo y la compra de ciudadanos para nutrir los espacios públicos y las manifestaciones que se han celebrado durante semanas. Pero las dos están de acuerdo en el acercamiento a la Unión Europea, aun con diferente entusiasmo. Existen diferencias entre ellos: los “naranjas” consiguen su clientela en las zonas de mayor tradición nacionalista, al oeste del país, y los “blanquiazules” en el Este y Sur (Donetsk, Járkov, Lugansk, Crimea), de clara inclinación y cultura rusa, pero ambos optan desde hace años por la integración en la Unión Europea, en una competición demagógica sobre las supuestas ventajas que ello supondría para la población. Muchos ucranianos les han creído, pero el proyecto de asociación no supondría la llegada de la prosperidad prometida, sino el desmantelamiento de buena parte de la industria y la entrada de empresas y tiburones financieros occidentales. Muchas de las promesas se han vuelto amenazas, y Yanukóvich, que teme una revuelta popular por las duras condiciones que supondría aplicar el acuerdo con la Unión Europea, fue consciente de ello retrasando la firma del mismo… con la esperanza de conseguir mejores condiciones y, al mismo tiempo, de conseguir ayuda rusa, en un difícil equilibrio que tiene un objetivo a corto plazo: ganar las próximas elecciones. A nadie se le escapa que una zona de libre comercio entre la Unión Europea y Ucrania crearía problemas y disfunciones graves en las relaciones ucranianas con Moscú, que vería la llegada de productos occidentales por la puerta falsa de Kiev.
Los elevados índices de desempleo, los bajos salarios, los altos precios de los productos de primera necesidad, los abusos en la administración pública y la policía, la omnipresente corrupción (bajo gobiernos naranjas y azules), componen el escenario de la crisis, donde la insatisfacción popular por las duras condiciones de vida es utilizada para nutrir las protestas y dirigirlas hacia objetivos estratégicos. La oposición quiere trasladar al mundo la idea de que componen un conglomerado de fuerzas democráticas que se opone a la deriva autoritaria del gobierno de Yanukóvich, y, también, al autoritarismo de Putin, y que se identifican con los valores de la Europa democrática, sean cuáles sean esos valores, pero el conglomerado opositor agrupa a viejos demonios familiares para el mundo, en la constatación de que mantiene no sólo una forma distinta de concebir Ucrania: el nacionalismo de Svoboda tiene peligrosas connotaciones fascistas.
En la segunda ciudad ucraniana, Lviv, centro del nacionalismo ucraniano, el ayuntamiento está dirigido por Svoboda (el alcalde, Andrii Sadovyi, es un ultra seguidor de Stepán Bandera), y la prensa occidental recogió, en 2012, el acusado racismo de una parte de la población: los seguidores del equipo de fútbol Karpaty Lviv tienen por costumbre mostrar en los encuentros banderas con símbolos nazis, y son frecuentes las muestras de odio hacia los judíos y los comunistas, sin que las autoridades muestren mayor preocupación, fuera de algunas declaraciones tranquilizadoras para consumo exterior. Sbovoda no ha dudado en homenajear en Lviv a veteranos de las divisiones de las SS nazis, al igual que se ha hecho en los países bálticos, y una de sus actividades habituales es organizar persecuciones de homosexuales. El sector liberal de la oposición hace algún mohín de disgusto ante la evidente barbarie del nacionalismo ucraniano, pero precisa de sus grupos de choque para crear y mantener la situación de crisis y de emergencia en el país. Los grupos más extremistas reclaman la prohibición del partido de Yanukóvich y del Partido Comunista ucraniano (a quienes califican de organizaciones criminales), exigen la ruptura de los acuerdos con Rusia, la “desrusificación” y “descomunistización”, así como la prohibición a quienes no sean ucranianos para ejercer cualquier cargo público, junto a otras exigencias semejantes.
Las ilusiones puestas por una parte de la población ucraniana en la Unión Europea no resisten ningún análisis. No ya por el destino reservado a la periferia interna (la escalofriante situación en Grecia, el duro retroceso en Portugal, España, Italia, el asalto a las conquistas sociales en Francia y Alemania, son la prueba), sino también por la progresiva derechización, el aumento de la segregación y el racismo, la limitación de la libertad, y por la inclinación a aventuras exteriores como las intervenciones en Libia o el abortado ataque a Siria. Sin olvidar que es vital para Ucrania recuperar el volumen de intercambios comerciales con Rusia: el propio primer ministro ucraniano, Nikolái Azarov, declaró que, de no ser así, el colapso de la economía sería inevitable. La creación de zonas de libre comercio entre la Unión Europea y la antigua república soviética no estimularía los intercambios y la competencia, sino que inundaría Ucrania de productos de la Unión y haría quebrar buena parte de su estructura productiva. La hipotética ayuda del FMI, utilizada como anzuelo por Occidente, estaría condicionada a una serie de obligaciones imposibles de asumir por el gobierno de Yanukóvich: nuevos recortes sociales, aumento del precio del gas para la población, limitación de derechos laborales, reducción de los presupuestos de ayuda a los más necesitados. Por lo demás, el acuerdo de asociación no abre la puerta de la Unión Europea a Ucrania, ni mucho menos, ni establece ningún tipo de plazos para una hipotética integración futura, ni facilita la movilidad de los ciudadanos ucranianos por el interior de los países de la Unión. Fija, sí, las condiciones para un desmantelamiento voluntario de la economía ucraniana, ya de por sí débil, para facilitar la actuación de las empresas y del capital de Europa occidental: el destino de Ucrania sería el de Bulgaria o Rumania, un nuevo peón de la estrategia norteamericana en la periferia de Moscú, y, de inmediato, el colapso de su economía, y con toda probabilidad una explosión social que el poder o la “oposición” sólo podrían detener sino con una dura represión. De momento, los acuerdos cerrados entre Putin y Yanukóvich (rebaja del 30% en el precio del gas, y la inyección rusa de 15.000 millones de dólares en la economía ucraniana, entre otros) evitan, en opinión del primer ministro ucranio, la quiebra de la economía y el colapso social.
Tras todo ello, se encuentra también el complejo juego de equilibrios estratégicos: Estados Unidos, y sus clientes de la Unión Europea, siguen apostando por la destrucción del espacio euroasiático que ocupó la URSS y que Rusia se esfuerza por reconstruir: Moscú, además, no quiere a Ucrania en la OTAN, hipótesis que contempla como la culminación del cerco que se inició hace veinte años con el incumplimiento de las promesas de Washington a Gorbachov de no ampliar la alianza militar occidental. Tampoco Moscú ve con buenos ojos el acercamiento de Ucrania a la Unión Europea, porque, en buena lógica, impediría la reconstrucción y reintegración que busca. Después de todo, argumenta Rusia, si Occidente considera legítimo que Ucrania pueda integrarse en la Unión Europea, ¿por qué no iba a ser legítimo también que se asocie con países con los que Kiev ha estado unida durante siglos? Por el contrario, si Ucrania optase por integrarse en la Unión Aduanera de Rusia, Bielorrusia y Kazajastán, Moscú reforzaría considerablemente su posición y empezaría a tomar cuerpo la nueva arquitectura estratégica del espacio postsoviético.
Washington quiere amarrar a Ucrania a una asociación con la Unión Europea, que le permitiría ejercer en Ucrania una influencia semejante a la que tiene en Polonia, y desactivar así el proyecto ruso de reconstrucción, que tiene otros escenarios de enfrentamiento con Estados Unidos en el Cáucaso y en Asia central. Por su parte, Bruselas sólo aspira, hoy, a ampliar territorios comerciales, sin que disponga de un serio proyecto estratégico para el Este de Europa. Moscú, lucha trabajosamente por superar la división que trajo la debacle gorbachoviana y la traición yeltsinista, consciente de que Occidente no renuncia a apoderarse de una parte del espacio que ocupó la Unión Soviética, y de que no ha renunciado a destruir la propia Rusia. El secretario general del Partido Comunista ruso, Ziugánov, denunciaba recientemente los cantos de sirena para desmembrar partes de Rusia, en Siberia, el Cáucaso, y en otras regiones, y no debe olvidarse que Brzezinski defendió recientemente, en la propia Rusia, la estrafalaria idea de que Siberia se separase del país y se integrase con Estados Unidos, supuestamente para asegurar el desarrollo y el bienestar de la población siberiana. De momento, Yanukóvich ha anunciado que Ucrania puede compaginar la asociación con la Unión Europea y el rango de país observador en la Unión aduanera que impulsa Moscú, y pretende llegar a soluciones de compromiso con la apertura de negociaciones tripartitas entre Moscú, Bruselas y Kiev, hipótesis que es rechazada de plano por la Unión Europea, y, tras ella, por Washington.
La Unión Europea es la quimera de Ucrania, un espejismo que ayuda a soportar la dura vida traída por el capitalismo, y, en un sorprendente juego de espejos, Ucrania es también la quimera de Europa, la huida hacia delante de la Unión para escapar de una aguda crisis interna que puede suponer su propio fin. La intromisión en los asuntos internos ucranianos por parte de políticos europeos y norteamericanos ha llegado a extremos delirantes, vergonzosos, en una disputa de enormes repercusiones estratégicas que no ha terminado, porque la batalla continúa.

Una huelga de maestros cierra las escuelas en Puerto Rico



Workers World


Miles de maestros y maestras, estudiantes y sus familias, así como organizaciones progresistas, sacudieron al gobierno local de Puerto Rico lanzándose a las calles el 14 y el 15 de enero para exigir que los maestros no sean los que carguen con el costo de la grave crisis económica de Puerto Rico. La insolvencia de la economía puertorriqueña
Desde el pasado otoño, la empresa financiera estadounidense Moody’s ha amenazado con bajar la clasificación crediticia de Puerto Rico a la clasificación chatarra debido a las dificultades con el pago de la deuda pública, que asciende a $70 mil millones.
Durante décadas, el gobierno de la isla ha estado vendiendo bonos para mantener la parasitaria economía colonial. El dinero que se obtiene de la venta de estos bonos se ha usado para la nómina de las/os empleados públicos, la construcción de infraestructura –muchas veces innecesaria– y principalmente para pagar la deuda del país.
Ninguna parte significativa del producto de estos bonos se ha usado para crear empleos sólidos que eliminarían el desempleo crónico, el cual a noviembre de 2013 alcanzaba la elevada cifra de 14,7 por ciento. (tradingeconomics.com)
Debido a la triple exención contributiva sobre los intereses pagados por el gobierno de Puerto Rico a nivel local, estatal y federal y el altísimo rendimiento de los bonos de Puerto Rico, estos gozan de gran demanda en el mercado financiero de los EE.UU. Además, existe la seguridad de pago ya que la constitución de la isla garantiza a los bonistas que se les pagará de manera preferente antes que a cualquier otro acreedor. Los bonos de Puerto Rico están en más del 70 por ciento de fondos de bonos municipales en todo los Estados Unidos.
Los gobiernos embaucan al pueblo
Desde el 2006, es decir, desde antes de la gran crisis financiera en los EE.UU., la economía de la isla ha ido en picada. Hay un dicho muy conocido en Puerto Rico: “Cuando en Estados Unidos hay catarro, en Puerto Rico nos da pulmonía”. Este dicho expresa la condición colonial: todo indicador económico se agrava en Puerto Rico porque la isla carece de autodeterminación para establecer una trayectoria que beneficie al pueblo puertorriqueño en vez de Wall Street.
Cada una de las administraciones locales, sea el Partido Nueva Progresista (PNP), favorecedor de la estadidad, o el PPD, el Partido Popular Democrático que favorece la colonia— partidos que se alternan el gobierno cada cuatro a ocho años — ha impuesto medidas de austeridad que han sumido cada vez más al pueblo en la pobreza y ha embaucado la isla mediante la privatización y tasas contributivas regresivas.
El actual gobernador es Alejandro García Padilla, del PPD. En sus promesas de campaña destacó su “voluntad” de gobernar en favor del pueblo. Sin embargo, en aras de satisfacer a los inversionistas de EE.UU., en el poco tiempo que ha ocupado el cargo desde enero de 2013, ha impuesto muchas medidas que van en contra del pueblo. Ha privatizado el aeropuerto y carreteras, aumentado los cargos de servicio de agua y alcantarillado en 60 por ciento, aumentado la edad de retiro y reducido las pensiones de las/os empleados públicos.
Ahora García Padilla exige una reducción en el sueldo de los maestros y maestras de las escuelas públicas. Hay más maestros en la isla que empleados de gobiernos: 42.000 maestros activos y 38.000 retirados. El magisterio no recibe el Seguro Social, de manera que toda reducción en sus pensiones los dejará con poco o ningún ingreso.
El 24 de diciembre, como despiadado regalo de Navidad, el gobernador firmó la Ley 160 que reduce las pensiones de los maestros y los jueces.
Los maestros y maestras se resisten y llaman al paro
Este ataque más reciente, junto con el anuncio de la “reforma” de las pensiones provocó una fuerte resistencia entre el pueblo. Los maestros y maestras, quienes ya estaban organizados en un Frente Amplio, afirmaron que no se quedarían cruzados de brazos y convocaron un paro de 48 horas para los primeros dos días de clases, el 14 y el 15 de enero.
El Frente en Defensa del Sistema de Retiro de Maestros se compone de seis organizaciones principales: Educadores para la Democracia, Unidad, Cambio, Militancia y Sindicalismo (EDUCAMOS), Unión Nacional de Educadores y Trabajadores en la Educación (UNETE), la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR), la Asociación Nacional de Puerto Rico de Directores de Escuela (ONDEPR) y la Organización de Directores y Administradores de Escuela (ODAE).
Eva Ayala, líder principal de EDUCAMOS y una de las principales líderes del Frente, habló con Workers World/Mundo ­Obrero el 19 de enero acerca del paro, las reuniones con el gobernador, las demandas y estrategia del Frente, la situación de los maestros y los próximos pasos en la lucha.
Ayala catalogó el paro de “muy exitoso” y compartió algunas de las experiencias y reacciones. A pesar de que hablaba con voz ronca—resultado de las actividades y estar vociferando bajo la lluvia, que le produjo un catarro — expresó el entusiasmo que sienten los maestros y maestras en huelga.
“Esto fue una huelga en todos los barrios de Puerto Rico. Asumí la tarea de visitar varios pueblos y fue bien interesante ver que había marchas en cada pueblo que visité, de maestras y maestros, de padres y de estudiantes. Fue algo nunca antes visto en Puerto Rico.
“Pensé que si había marchas en todos los lugares de Puerto Rico el primer día, entonces habría un mar de gente el día siguiente, y así fue. He asistido a muchas protestas en mi vida, pero nunca había visto algo como esto.
“El éxito se dio porque aún las organizaciones de maestros que no tienen tradición de protesta se involucraron”. Señaló que las/os miembros de esas organizaciones empujaron a su liderazgo conservador a tomar acción. Las/os organizadores dividieron la isla en cuatro regiones y visitaron cada región para explicar la situación a las maestras y maestros, las/os estudiantes y las comunidades.
Otra de las razones del éxito, expresó, fue la participación de las organizaciones de los directores y supervisores de las escuelas, que por lo regular son conservadoras.
“Cuando me preguntaron el día antes cuántas personas participarían, dije un 82 por ciento, a base de las respuestas que habíamos recibido de los maestros, pero se superaron nuestras expectativas”. Todas las escuelas estaban cerradas.
Otro factor que Ayala enfatizó, aparte de la participación de los estudiantes y los padres, fue la participación del sector sindical. “Un elemento que nunca se ha visto en estas acciones fue la participación de todos sectores sindicales, alentando a los padres a que no enviaran sus hijos a la escuela, expresando una tremenda solidaridad, ayudando con la logística, etc. No hay duda de que los maestros están en pie de lucha”.
“Algunas personas lo calificaron como ‘el paro perfecto’”.
Demandas y estrategia del Frente
Moody’s le exigió al gobierno de Puerto Rico que rebajara las pensiones de los maestros y maestras para evitar que se calificaran los bonos como chatarra. La demanda de los maestros es breve y al grano: Que no se toque el fondo de retiro de los maestros.
Ayala expresó, “Sabemos que hay déficit; la Junta de Retiro necesita $333 millones para resolverlo. Pero tenemos una estrategia que le llevamos al gobernador”.
Entre los nueve puntos de la estrategia se encuentra el aumento de un 1 por ciento a las empresas extranjeras. Una de las razones que la economía está en ruinas es que Puerto Rico es un paraíso contributivo para las empresas extranjeras. Aún después que la legislación de exención contributiva se derogó en 1996, las contribuciones bajas y disposiciones especiales para estas empresas hacen que todavía sea un buen negocio para éstas. Esto en efecto le transfiere dinero del pueblo de Puerto Rico a los bolsillos de los financieros de Wall Street.
Ayala expresó, “Estas empresas extranjeras obtienen más de $30 mil millones de ganancias al año y solo pagan el 4 por ciento al gobierno. Este por ciento se eliminará en el 2017. Este [1 por ciento] aumento solo se podría asignar al sistema de retiro de los maestros”.
Ayala nos recordó que las/os maestros “no han tenido un aumento salarial en más de una década y con nuestro sueldo tan bajo hemos tenido que pagar por los materiales que hacen falta en las escuelas, tales como papeles, copias, pintura para los edificios, computadoras, etc.”.
El gobierno, que es un gobierno colonial, se encuentra en un callejón sin salida. El gobernador García Padilla se reunió con el Frente en cuatro ocasiones antes de la huelga y prometió que no les haría daño. Pero él es un instrumento del imperialismo, un administrador colonial que no tiene ningún poder. Muy obedientemente firmó la ley preparada por Wall Street en contra de la agencia más grande de la Isla, el departamento de educación. En el proceso, afectó directa o indirectamente a todo el pueblo de Puerto Rico.
Los próximos pasos
Enfatizando que “En Puerto Rico, el 82 por ciento del magisterio son mujeres. Un alto porcentaje de estas, son jefas de familia. En el nivel elemental, la proporción de mujeres supera el 90 por ciento. Esto implica que el desmantelamiento del Sistema de Retiro para Maestros afecta principalmente al sector de las mujeres. Por eso siempre hemos dicho que la lucha magisterial en nuestro país, y en este caso, la lucha en defensa de nuestro sistema de retiro, tiene rostro de mujer”.
La lucha no ha acabado. Se ha establecido un Comité de Diálogo con la participación del Frente, el Gobierno y la Arquidiócesis. El comité tiene unas escasas semanas para realizar su trabajo.
El 14 de enero, el primer día de la huelga, el Tribunal Supremo de Puerto Rico detuvo la implementación de la ley sobre el retiro de los maestros, hasta que se realice un estudio por parte de un comisionado especial quien deberá tomar una determinación final a más tardar el 7 de febrero.
Las/os maestros continúan con sus manifestaciones y usando camisa negra los miércoles, así como continúan denunciando esta crítica situación.
Con respecto al comité, Ayala dice que el Frente ha advertido que si no se ven los resultados, continuarán con la lucha en las calles.
Mientras tanto, el Frente indica que tiene una urgente necesidad de fondos para trabajar y organizar y piden que envíen sus cheques de aportación a EDUCAMOS, P.O. Box 642, Comerío, PR 00782.
Traducción: Ana Jones
Fuente original: http://www.workers.org/articles/2014/01/30/huelga-de-maestros-cierra-escuelas-en-puerto-rico/

Libertad de expresión en el contexto capitalista burgués, ese cuento timo para superficiales.

En el contexto capitalistas burgués los grandes medios privados de comunicación están en manos de empresarios imperialistas y lacayos. Mejor que pongas en cuarentena sus informaciones y las pases por un detector de manipulaciones. Como viven de la publicidad de empresas capitalistas burguesas les es imposible criticar al capitalismo burgués y dedican sus días a difamar a los socialismo y a quienes pretenden domar a los capitalistas salvajes con leyes e impuestos.. Sería su suicidio criticarlo puesto que dichas empresas se negarian a anunciar sus productos en ellos y acabarían cerrando por falta de recursos. En fin,  a esclava de capitalistas llaman los superficiales prensa libre y como se comparan con el estalinismo se creen demócratas los muy idiotas idiotizados cual serpiente que se muerde la cola.
¿Qué clase de capitalistas y periodistas existirán en Latinoamérica  para que no duden en demonizar a gobiernos que osen promulgan leyes existentes en Europa Occidental o que mantengan relaciones con gobiernos a los que el imperialismo estadounidense ha convertido en enemigos por insumisos? Parece ser que sólo las empresas estadounidenses pueden comerciar con Rusia y China, etc.

Administración Obama, alienados psicólogicos o zorros astutos critican a la CELAC

Yo sólo les digo una cosa a los fantasmas que hoy habitan en la casa blanca, habitaron y ojalá dejen de habitar. Ya se disfracen de repúblicanos o de demócratas, quedan en partido único defensor de la esclavitud astuta burguesa y del imperialismo, otra esclavitud astuta dictatorial. Una dictadura que se disfraza de democracia pero que si Cuba no se protege en la URSS no hubiesen dudado en repetir con el pueblo cubano lo que le hicieron al filipino en la guerra filipino-estadounidense.
Lo siguiente deja a los fantasmas imperialistas estadounidenses en ridículo y ya en toda Latinoamérica conocen sus astucias hipócritas y antidemocráticas:

Piden elecciones “libres” en Cuba los imperialistas estadounidenses que derriban gobiernos electos en elecciones “libres” Varios hechos: Irán 1953, Guatemala 1954, R. Dominicana 1965, Chile 1973; Plan Cóndor, Venezuela 2002 y Honduras 2009. En realidad piden elecciones sumisas porque consideran que libertad es que sus multinacionales sean las dueñas de la economía mundial y todos los gobiernos las obedezcan.

La Celac refirmó "el carácter latinoamericano y caribeño" de Puerto Rico



Página/12


El Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) celebró el documento aprobado por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños como "un extraordinario paso" del Estado Libre Asociado a EE.UU. Rubén Berríos Martínez, presidente del PIP, destacó que los artículos 38, 39 y 40 de la Declaración de La Habana son "fundamentales" en la carrera hacia la "liberación nacional" de Puerto Rico.
"Los Jefes de Estado y Gobierno de la América latina y el Caribe, representando todo el espectro ideológico de la región, aprobaron una declaración histórica respecto a Puerto Rico, en la que pasan de la palabra a la acción", afirmó el dirigente independentista en un comunicado.
"No sólo reafirmaron como algo prioritario en la agenda de la Celac la resolución del caso colonial de Puerto Rico -añadió Berríos Martínez-, le encomendaron a una comisión compuesta por Costa Rica, Cuba, Ecuador y Trinidad y Tobago impulsar la descolonización de Puerto Rico en la ONU y los foros internacionales pertinentes". "Dicho en palabras sencillas: de ahora en adelante la América Latina como bloque impulsará la agenda de descolonización y la independencia para Puerto Rico", celebró BM. En su opinión, "nunca en la historia se había tomado una determinación de esta naturaleza, suscrita por los presidentes y jefes de Estado de los países latinoamericanos y caribeños, sin distinción ideológica alguna".
La Declaración de La Habana, sobre la que el Gobierno de Puerto Rico, partidario de mantener el estatus actual, no se ha querido pronunciar oficialmente, constituye para los independentistas "un factor de enorme presión internacional sobre EE.UU. para que cumpla con su obligación descolonizadora". La Celac reiteró "el carácter latinoamericano y caribeño de Puerto Rico y, al tomar nota de las resoluciones sobre Puerto Rico adoptadas por el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, reiteramos que es asunto de interés" del bloque regional.
El artículo 39 de la Declaración sostiene que "los países miembros de la Celac nos comprometemos a seguir trabajando en el marco del Derecho Internacional, y en particular, de la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 14 de diciembre de 1960, para lograr que la región de América Latina y el Caribe sea un territorio libre de colonialismo y colonias". En el siguiente "encomendamos al Cuarteto de la Celac para que, con la participación de otros Estados miembros que deseen sumarse a este mandato, presenten propuestas para avanzar en lo señalado en el párrafo 38 de esta Declaración".
Puerto Rico fue una colonia de España hasta 1898, cuando pasó a ser una jurisdicción de EE.UU., cuyo Congreso concedió la ciudadanía estadounidense a sus ciudadanos en 1917. Desde 1952 es un Estado Libre Asociado, lo que limita su autonomía en varios asuntos, como las relaciones internacionales.
En el último referéndum celebrado en noviembre de 2011 entre los puertorriqueños de la isla, se observó un rechazo al estatus actual y un apoyo mayoritario a la anexión a EE.UU., como un estado más. Recientemente, el Congreso federal aprobó una partida presupuestaria para apoyar la organización de un plebiscito cuyos resultados no puedan ser sospechosos de responder a intereses partidistas, tal y como ocurrió en el anterior.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-238826-2014-01-30.html

¿El apocalipsis de Internet?



avaaz.org


Queridos amigos y amigas,

El 1% más rico del planeta podría controlar a partir de ahora y para siempre todo lo que cada uno de nosotros ve por Internet. Esto supondría el apocalipsis de la red tal y como la conocemos, y borraría del mapa la promesa democrática que idearon los fundadores de la web al construir una plataforma de información accesible a todo el mundo.

Nuestra comunidad ha contribuido a alimentar ese sueño. Juntos hemos usado la web para luchar contra la corrupción, salvar vidas y brindar nuestro apoyo ciudadano a países en crisis. Pero EE.UU y la UE están a punto de permitir que las corporaciones más ricas ofrezcan sus contenidos más rápido mientras imponen barreras o ralentizan los de todos aquéllos que no puedan pagar por obtener dichas ventajas. Esto haría peligrar, por ejemplo, la capacidad de Avaaz de difundir imágenes grabadas por periodistas ciudadanos desde Siria o de lanzar campañas para salvar nuestro planeta.

Las decisiones se están tomando ya a ambos lados del Atlántico. Pero pioneros de la tecnología, defensores de la libertad de expresión, y algunas de las más destacadas compañías web están contraatacando. Si millones de nosotros nos unimos a ellos ahora, podemos crear el mayor llamamiento de la historia a favor de un Internet libre y democrático. Firma ahora y corre la voz:

http://www.avaaz.org/es/internet_apocalypse_pa_eu/?bMhbgcb&v=34946

Hasta ahora, cualquier mejora en Internet nos beneficiaba a todos -- si la ultraconservadora cadena de Rupert Murdoch, Fox News, lograba una forma más rápida de retransmitir vídeos, también lo hacían los medios independientes que cuentan lo que sucede sobre el terreno, ya sea en Palestina, Siria o Ucrania. Los expertos bautizaron esto como “neutralidad de red”, y solía estar protegida por ley en Estados Unidos, pero un tribunal acaba de echar la legislación abajo. Y ahora, el Parlamento Europeo amenaza con aprobar una nueva regulación que daría a los proveedores de servicios de Internet (o ISPs) el derecho a repartirse la red y controlar lo que vemos, ralentizando las páginas o haciéndonos pagar por acceder a sitios web.

Pero podemos parar esto. En primer lugar, irrumpiremos con una enorme cantidad de firmas en la sesión pública que se celebrará esta misma semana en Estados Unidos para decidir si restablece la protección a Internet con una petición. Después asignaremos un equipo de alto voltaje que presione al Parlamento Europeo hasta lograr que sus comités escuchen a la opinión pública. Éste es el primer gran empujón que debemos dar para ganar las importantes batallas que tendrán lugar a lo largo de los próximos meses.

Proveedores web como Verizon, Vodafone y Telefónica están presionando con todas sus fuerzas para crear un Internet para ricos y, sin una respuesta masiva de los ciudadanos, podrían ganar, poniendo el trabajo de toda nuestra comunidad en riesgo. La mayor parte de nuestro Internet está repartido entre EE.UU y la UE, de modo que esto nos afecta a todos. No hay tiempo que perder. Haz clic abajo y únete ahora:

http://www.avaaz.org/es/internet_apocalypse_pa_eu/?bMhbgcb&v=34946

Cuando nuestra comunidad tenía menos de la mitad del tamaño de ahora, nos organizamos y ayudamos a acabar con el tratado ACTA y a parar las leyes de censura masiva en Internet llamadas PIPA o SOPA. Hoy, somos más poderosos que nunca. Luchemos juntos para asegurarnos de que lo que nos une sigue estando abierto al público.

Con esperanza,

Pascal, Emma, Dalia, Luis, Emilie, Luca, Sayeeda y todo el equipo de Avaaz.


MÁS INFORMACIÓN:

¿Cómo afectará a los consumidores la anulación de las reglas de neutralidad de redes? (The Wall Street Journal):
http://online.wsj.com/news/articles/SB10001424052702303802904579331180493126364?mg=reno64-wsj&url=ht...

La falta de Neutralidad en la Red pone en peligro la libertad de prensa (Periodismo Ciudadano):
http://www.periodismociudadano.com/2014/01/21/la-falta-de-neutralidad-en-la-red-pone-en-peligro-la-l...
Europa: en riesgo el principio de neutralidad en internet (Europafocus):
http://www.europafocus.com/2014/01/04/europa-en-riesgo-el-principio-de-neutralidad-en-internet/
El destino incierto de Internet (Télam):
http://www.telam.com.ar/notas/201401/48956-el-destino-incierto-de-internet.html

Corte de EE.UU emite sentencia en contra de normativas sobre neutralidad de la red (CNN):
http://cnnespanol.cnn.com/2014/01/15/corte-de-ee-uu-emite-sentencia-en-contra-de-normativas-sobre-neutralidad-de-la-red/

Los usuarios pierden protección tras sentencia contra neutralidad en internet (La Vanguardia):
http://www.lavanguardia.com/tecnologia/20140116/54398167715/los-usuarios-pierden-proteccion-tras-sentencia-contra-neutralidad-en-internet.html

Neutralidad de la red: innovación y creación empresarial (El País):
http://blogs.elpais.com/via-ie-business/2012/06/neutraidad-de-la-red-innovacion-y-creacion-empresari...

Fuente: http://www.avaaz.org/es/internet_apocalypse_loc/?fp